Las cosas se mueven y la voluntad
fluye como un hilo sinuoso, a su paso arrastra palitos, hojas y pepas le caen
por doquier, la fuerza del día calienta y la de la noche la enfría, así corre
el agua en la quebrada, asi corre el caño Cardozo. Cuando te bañas tu cuerpo
enfría y duele hasta el hueso y comienza a temblá, seguramente escucharas
hablar a la gente de allá, a la otra gritar, al perro ladrar y a doña albita
decir: “Yei”.
En el centro del círculo, el
punto infinito, se abre un clarito y se levanta maloca, adentro esta teo
hablando palabra, a los hijos de coca y las hijas las yucas. Tumtumbea el
pilón, revienta masiso y muele la coca, pa luego cernir, mezclar con yarumo y por
fin a mambear. Sentados en orden,
temblando un poquito, con la espalda derecha y el jopo bien puesto, sentados
escuchan, hablan y chistean, la van a lo profundo y la pandean con gracia.
Sobre el techo de paja, la
llovizna entonaba, un tumbao sabroso, arreciado y bailoso, maloca caliente,
fuego encendido, Monayajurama, un Ángel Protector y el otro Enseñante, asi se
saludan a estas personas a lado y lado de la oreja de uno, ahí estás
MooBuinaima.
A comer, llaman de donde Bety,
adentro están los palma jugando 51, un cuadro que cambia, una jugada que gana,
el As de Copas, contra el 3 de Espada, y de repente alertada, sale Diego
Villada, y de cabeza atestada… el gol de la campeonada.
Conjurando lo que hay que dejar
que si pase, que se unan las aristas y se corra por el cuadro que se vino a
pintar, que se vino a jugar, hacerlo con el corazón, con tranquilidad y mucho
de magiedad, para abrir el cuadrante a las 9 dimensiones de la revolución de la
recocha, comandado por sus jefes naturales.
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