Y como
casa milagrosa, el principio y el fin del mismo clown se presentaron ante mi,
invitándome a entrar a descubrir un mundo de lentos movimientos y pocas
palabras, a donde el sentido esta en tejer historias mudas, sobre la
misma trágicomedia que puede ser la vida, como un rayo sinuoso que pasa
por el drama, la esperanza, el juego y la torpeza, presentando de manera amable
a un nuevo personaje.
Que clown
sea yo, no lo se aún, y estoy lejos de saberlo, pues es tanto el descubrimiento
que a cada hora sale un nuevo personaje. Cuando la profesora Christine nos pidió
llevar un objeto para la primera clase, puse en mi maleta un turbante y un huevito,
porque son elementos con los cuales ya se han tejido historias de comedia en
las calles de Cairns, y en los escenarios de Sábados Felices, con el turbante
se hizo ese clásico video recordado por todos, Ali Baba.
De la
primera clase a la que asistí, me quedo un extraño sabor de boca, aunque reconocía
que lo que había pasado adentro era más importante, que simplemente sentir que
se sale con una liviana sensación. Se empieza por enfrentar el ego, y comienza
el reto de cada alumno por superar ese molesto querer demostrar porque esta
ahí, o porque cree tener talento para ser clown, un comienzo bastante estúpido
para todos.
El
talento y la complejidad hacen los egos tropezarse, y por ende los peores
shows, mientras la virtud de la paciencia y la Fe, que como obra misma
de diosito lindo, sale siempre a rescatar el momento con graciosos y divertidos números. Como
los que se recuerdan aquella
noche en Ubaté, cuando a los asistentes al concierto de la banda del Joe y el
Pipe “no me acuerdo”, vallenatero él, se les degustó de una deliciosa entrada de
queso mozzarella, pues alla mismo en la tarima estuvieron Iván Rodríguez,
leyenda del Rock Bogotano, productor, bajista y compositor, estuvo Aleja,
artista de las más bellas artes, Gonzalo en la batería, el maestro de los
futuros músicos de Ubaté, Paulis, bailarina de Ballet y poseedora de una
perfecta métrica musical, y ni que decir de los hermanos Pope, que como los
mismos corioto, van al cielo con su instrumento.