Como
renunciar a la fe, por un montón de poses inertes y sin vida, como abandonar
los sueños por irrealidades que ya no están escritas en el libro del camino,
porque dejar de creer por la falta de un duro o por atender un compromiso, no
hay razón para bajar la guardia, ni para entregar las armas de la buena
batalla, lo mejor está por venir, estoy seguro que asi es, y de andar negando
el sentimiento nada le aprovecha al alma, y si causa mucho dolor adentro. Voces
que gritan en medio de la oscuridad, lamentos desesperados que me quieren
consumir, espíritus perdidos, vidas sin destino, sálvame Dios de caer en sus
camino, pues libre he sido creado, y ni un pensamiento adjudico a juicio mío, más
bien venga adelante con majadería, que se venga quien se venga, lo atiendo con
la izquierda si es debido. El desaliento que me alberga, el cansancio que no me
deja, es un síntoma de la voz, un susurro que me invita a abandonar lo que me
aprisiona por dentro, a las cadenas de las mentiras que me he creído, cuando
todo ha mostrado que los colores se vienen una vez más, como desaprovecharlos,
porque perderse tremendo carnaval, ni un segundo más a la desesperanza, que la
maluquera se pasa y hay una misión para mañana.
miércoles, 31 de octubre de 2012
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