Resulta que en estos tiempos me encuentro leyendo un libro titulado El
Quijote Apócrifo, de un señor Alonso Fernández de Avellaneda, este libro tiene
la particularidad que narra una tercera salida hecha por don Quijote y su
escudero Sancho previa a la aparición del segundo tomo escrito por Cervantes.
Cuando descubrí este libro, por puro azar dentro de una colección de libros
digitales, me preguntaba que pudo haber suscitado este efecto de continuar una
historia, siendo fiel al contexto, a los precedentes, la psicología de los personajes,
pero no a su creador. Lo mas curioso parece ser como las aventuras de estos dos
personajes se le salieron a Cervantes del poder de su pluma, tanto que antes de
que este hubiese terminado su segundo tomo, este otro ya estaba siendo leído, y
le amerito un comentario de parte misma del Quijote.
En la literatura muchas veces
se copian estilos de escritura, y personajes, e incluso muchas invenciones
modernas no son más que actualizaciones de relatos antiguos, pero que un libro
salga a la luz pública como la continuidad de las aventuras de un hidalgo,
incluso antes, de que el oficial inventor de estos personajes lo haga, es algo
bastante particular, que merece, sin duda, ser tenido en cuenta en el hall de
lo increíble. En que momento una historia de la literatura toma vida propia y
se le sale de las manos a su autor? Al parecer en esos tiempos en que Cervantes
escribía, también lo hacían un montón de locos que competían por fama y
renombre, el Quijote, es un personaje que en su locura sale a la caza de cuanta
aventura se le presente, a la caza de honra y prestigio, otorgada por ser
caballero andante. Estos escritores, como Lope de Vega, y otros que ni me
acuerdo, eran invadidos por ese mismo sentimiento, el afán por el
reconocimiento los llevó a proezas tan particulares como el continuar historias
que hasta sus colegas más cercanos comenzaban. La locura de Don Quijote y la de
su fiel escudero Sancho, de la cual todos tomaban por necia y falta de
coherencia se sale con la suya, elevando el relato de la mera anécdota al poder
simbólico de reflejar, de ser espejo del mundo, de la conciencia humana, del
devenir de la historia. Algunos lo ven como un cuestionamiento profundo a las
estructuras mentales de la época, una revaluación y critica al continuo desencantamiento
de la vida, pero más allá de eso, la historia del Quijote, se genera como un
mito, parecido a esos relatos indígenas que nunca acaban, y que siempre se
dicen estar incompletos y mal contados, porque siempre hay otro que sabe una
parte, o que puede explicar mejor alguna historia, el relato es revelado, y
tiene vida propia, es una entidad capaz de transformarse y renovarse con el
tiempo, las competencias de la época por ser el primero en escribir y ser
reconocido, pasan a un segundo plano, el Quijote es el mito que está siempre
vivo entre quien es absorbido por esa fascinante locura, y es que es una
enseñanza además de todo, algo que le recuerda al ser humano que la vida se
construye con base a esas locuras, a vencer el miedo y a combatir, con una
espadita de papel el pos del desagravio de los desvalidos, el ideal de dar la
vida, la práctica de la locura que se apoya más en la fe que en la razón.
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