Como
decir, digo, entiende, que es asi como le cuento, caminamos por seis horas por
la espesa jungla del resguardo Uitiboc, íbamos como pal Purité, por toda la
mitad de esa colita que por cosas de la vida le quedó a la nación colombiana de
toda la amazonia que al principio pretendía, entonces le dimos y le dimos,
entre puentes de palos, y barro, pequeñas lomas resbaladizas y una culebrita
que dormía en pleno camino y fue despertada de un machetazo en la cabeza. Y
llegamos al cedro, al único a tres kilómetros a la redonda, porque lo acabaron
todo, en el tiempo de la madera, todos querían plata, y lo talaron toditico, y
le dieron a la coca, y de eso hoy no queda nada. Ibamos con Pipo, Tortugo,
Chucho, Milton e Ivan, como siempre puro macho, por aca se anda asi, la mujer
es algo reservado únicamente para los que se casan con las de acá, o los que
van al trébol, yo no voy allá, entonces, el parche es asi, puro macho. Y que
vi, resulta, que del cansancio a la llegada nos esperaba un pescado asado, me
lo sirvieron en el plato, ya me había bañado, pero aun no había popeyado
naditica, eso lo tenia reservado pa la hora de la maloca. Entonces cenamos,
Popeye y pa la maloca, cogí ese manguare y me pegue un concierto que ni yo
mismo me lo creí, fue malísimo, pero no desfallecí, me sobreactué un poco pero
de eso se trataba, romper el hielo, si uno que lo hace tan mal lo hace tan sin
agüero, entonces porque no hacerlo el que lo hace bien, y asi fue, el ritmo que
yo asemeje fue tocado mucho mejor por pipo, mientras hacíamos el mambe y
hablábamos del tema de moda en la comunidad indígena tarapaqueña: la venta del
oxigeno. Hay que tema, ya eso me tiene un poco cansado, pero esta semana en que
se trabajo eso con un biólogo paisa, y la gente de la W, pues de eso se habló
hasta en el caldo, al principio pensaba yo que era una buena oportunidad de
obtener recursos, que si se hacían cosas buenas con la plata, pues la plata
servia, esta no es buena ni mala en si misma, sino por lo que se le pone, la
intención, pero luego me quedé con eso en la cabeza, pensando que el mundo
puede cambiar como lo ha hecho siempre, lo que es hoy fijo mañana no lo puede
ser, esa ha sido la historia de la humanidad, lo único seguro es que nos vamos
a morir, y asi la constitución diga eso de que el territorio indígena es
inalienables e inembargable, pues que va, si no se defiende, se puede alienar,
y embargar, se lo pueden robar, ya ha pasado, y sigue pasando. Entonces una
mañana, después de la caminata, me desperté con el pensamiento que recibir
plata de lo que es una pura alcagueteria y que asi tenga un sustento de
compensación ambiental, económico y político, no lo tiene por el lado
ecológico, pues eso parte de aquel viejo refrán de los colombianos que el que
peca y reza empata, y que recibir ese dinero, que disque por el trabajo de
conservar, lo que para el paisano no es que no sea hacer nada, sino es hacerlo
todo, es cumplir con algo que antes ni sabían, hasta que se inventaron la
palabreja conservar. Entonces, del pragmático que piensa en la globalización
como un inatajable tiro al arco y gol, paso mas bien al del resabiado, el que
ve con sospecha eso tan bueno, de que lleguen unos manes de repente repartiendo
dolaritos porque si, eso le daña la mente al paisano, si quiere plata, pues
entonces haga de la conservación un negocio, pero no por hacer nada, sino por
trabajarlo, vender la conservación no esta mal, pero recibir plata sin vender
nada eso si es mas sospechoso que cualquier cosa, nada es gratis, y la cosa con
esas multinacionales, que pagan para poder contaminar al otro lado del mundo es
seria, deles un dedo y quieren la mano, asi son, además, si se habla desde el
pensamiento indígena y la palabra, que estaríamos aportando, sino la
legitimidad de seguir contaminándole el ambiente a nuestros hermanos europeos,
asiáticos, gringos, pues a la larga los que pierden son ellos, y luego acá
nosotros,… lo que tienen que hacer es aprender a vivir con menos, a dejar de creer
que solo acumulando es posible la vida, que el crecimiento económico no puede
ser ilimitado. “Somos ricos” decía tortugo, mientras caminábamos por el
resguardo en medio de tan vasta vegetación, “somos ricos y nos tratan como
pobres, pues que lo sigan creyendo” respondia Pipo mientras degustaba de su
pintadillo asado con iyico, no se que piensen esos manes que les gusta medir la
pobreza, pero de aseguro que sus medidas
no son inocentes ante todo eso, si le digo a alguien que es pobre, asi no lo
sea, algún dia se lo puede creer, y ahí es cuando lo someto, cuando puedo
tratarlo y moldearlo como me de la gana, y eso hacen este tipo de iniciativas
de compensación ambiental, tratar a los otros como menores de edad, que merecen
vivir por el solo hecho de existir, sin trabajar, sin decidir, sobre sus vidas,
sus territorios, sin sufrir lo que cuesta mantener y valorar lo propio, darles
billetico, pa comprar cosas, pa que se sientan ricos, pa que luego se sientan nuevamente
pobres y quieran mas de lo mismo, no es suficiente, nunca es suficiente,
bienvenidos a la economía global. Ya me mamé de pensar esos proyectos redd+ y
he tomado una posición y es esta, que si de lo que se trata es de encontrar un
desarrollo propio y a la vez conservar, pues entonces hay muchas cosas que se
pueden hacer desde lo productivo, desde la cultura, desde lo turístico, desde
lo industrial a pequeña escala, es mejor tener poco, pero haber trabajado por
ese poco, que mucho regalado, eso sale caro, eso es la perdida de toda
dignidad, es bajar la guardia y dejar a la fiera que se lo devore todo, asi que
si le preguntaran al señor escribiente de estas letras por la venta de oxigeno
del resguardo Uitiboc yo les digo que no, que no lo hagan, no es un resabio de
paisano purista moralista, no, no soy paisano, y me gusta la platica como a
todos, pero soy consciente que la platica fácil es un embolate y desordena el
pensamiento, busquemos el billete, hay que hacerlo pero no a consta de que se
siga contaminando el planeta, pues a la larga eso es lo que los proyectos redd
pretenden, eso es.
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