24
de Junio de 2009
Como
toda aventura que comienza, comienza donde supuestamente no esta pasando, me
encuentro en Bogotá en los preparativos de una inmersión no académica y tampoco
turística. A una semana de viajar al Amazonas me impresiona lo mucho que me he
venido conectando con esa región, no he leído mucho del tema pues tampoco
quiero verme embadurnado de conceptos y percepciones, que si bien tienen mucho
que aportar, podrían velar el foco de mi propia experiencia. Toda esta historia
comenzó con un sueño, dormía yo en la cama donde lo he hecho durante toda mi
vida, y entonces apareció una ciudad que tenia rascacielos, se veía oscura,
como de noche y con las luces prendidas, esta ciudad estaba rodeada de selva y
estaba en el Amazonas, era Leticia? No estoy muy seguro, podría ser, pero si
era el Amazonas. Este sueño se guardó en mi memoria como pocos lo hacen, lo
recordé y cobró sentido un día en que me encontré con Natalia Benrey y me contó
sobre su viaje al Amazonas durante un mes, resultase que estábamos sentados en
el jardín de la casa que supuestamente se iba transformar en destining
(proyecto que hasta ahora no sucede) y ella empezó a hablarme del Amazonas y
todas sus aventuras, en ese momento mi mente viajo con ella, por medio de su
relato y sus palabras sentí el olor de la selva, percibí como era el lugar,
quienes vivían y que pasaba allá. Nunca he estado en el Amazonas, lo mas al sur
a lo que he llegado de Colombia es algo así como Cali, aunque no fui a Cali, he
vivido en un país maravilloso durante toda mi vida y nunca me he aventurado a
conocerlo sin prevenciones pues su situación de violencia siempre me ha
asustado un poco. Ahora soy otro y he cambiado, aquí no vengo a hablar de eso
aunque muy seguramente en algún momento me detendré a contar ese pedazo de la historia
personal que por supuesto tiene muchas velas en este entierro.
El
día de hoy tuve una reunión con un señor que se llama Carlos Ariel Salazar, sociólogo
de SINCHI y amplio conocedor de la región amazónica del país. La intención de
la charla fue empaparme contextualmente de la región Amazónica, obviamente todo
mediado bajo los conceptos que se construyen en la academia y la
institucionalidad, una dosis de esto no creo que afecte mi huida radical de la
“astucia de la razón”, mas aun sentí una vez mas lo que sentí cuando hablé con
Natalia del Amazonas, una conexión y una absorción estructural del territorio
que pronto visitaré, Dios mediante. De los aspectos que mas llamaron mi atención
fue cuando Carlos describió la Amazonia como una región cosmopolita, “desde
hace 500 años por allá ha pasado el mundo, ingleses, franceses, españoles,
holandeses, portugueses, han llevado sus visiones de mundo y todo eso ha pasado
al frente de los indígenas, y aun ellos mantienen su mundo y lo cuidan”, según
Carlos esto indica que las comunidades indígenas que poblaron el Amazonas no
han permanecido tan aisladas como parece, ese aislacionismo es mas un
imaginario creado al interior del país, donde, según la historia, se ha
permanecido mas distante del mundo.
Cuantas realidades podrán
encontrarse en ese vasto territorio? Hoy hablamos de las economías de enclave,
de la historia del caucho, la tendencia de las tribus indígenas a ser cada vez
mas núcleos poblacionales, de las mixturas urbanas y las jerarquías entre los
indígenas, de los importantes del pueblo que controlan las telecomunicaciones,
hacen los giros y lo saben “todo”, la de los funcionarios e instituciones con
sus amigos y enemigos, la de los misioneros, los turistas y quien sabe cuántas más,
cuál será la mía? En fin todo está puesto y si el destino así lo decide una
historia está lista para mí, escrita desde el principio… no será más que un
recuerdo que ira apareciendo en imágenes sucesivas, para decirle a mi mente: ah
claro! esto es esto y esto lo otro, que sucederá? Seguramente será lo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario