Arde Chile, el
mejor país de Latinoamérica, la mejor economía, pero arde y la gente se ve
puterica, indignada. Para quien viene de un país en cenizas, que nunca ha
ardido porque ni siquiera ha nacido, es difícil entender todo esto, pero ahora
hay toque de queda, estado de emergencia y los militares patrullan las calles
buscando a la gente que este caminando, son amarrados, tratados como
delincuentes, el señor que sale a la tienda, la polola del vecino que se le
hizo tarde, el joven que no ve noticias, esos son los que están amarrados. Eso
nunca lo había visto, yo, un colombiano, que, aunque nacido en una burbuja, me
he topado con el miedo y la violencia varias veces, jamás imaginé vivir estas
cosas en otro lugar, menos en Chile.
martes, 29 de octubre de 2019
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