El tiempo es irreversible, no hay
forma de traer la entropía, por eso se llama así, porque se libera por siempre.
No sabemos mucho de la entropía, la podemos probar en un experimento,
ejemplificar mediante un mecanismo, pero no sabemos nada, porque lo cierto es
que no hay conciencia que traiga lo que pasa del Abyss, lo que está más allá de
donde nadie ha vuelto para contarlo. Los mitos dicen que sí, que personas
murieron y volvieron, que enseñaron a los vivos, que les devolvieron la
esperanza en un mundo sin aparente sentido. Morir es vivir, y eso aplica
literal, lo que quiere decir que la entropía es irreversible en el tiempo que
vivimos los humanos, pero no por ello podemos creer que es energía libre de
generar algún otro proceso vital. Esto lo saben los biólogos muy bien, quienes
estudian la física y química de las cosas, de los fluidos e intercambios de
información, de los pedazos de vida que contienen la clave de todo lo que
somos. Pero de la muerte no sabemos nada y a pesar de que sea el único destino
compartido por todos los seres vivos es increíble lo ignorantes que somos de
ello, pero lo que más nos hace ignorantes de la muerte no es no saber nada,
sino creer que esa dimensión es ajena a esta en la que estamos, como si todo lo
que se hiciera bajo el sol fuera solo de la incumbencia de quienes estamos bajo
el sol.
martes, 29 de octubre de 2019
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