Anoche luche por mi vida, por otra oportunidad, por
volver a empezar. La vida se mete en un pensamiento, y se lleva toda por ese
lado, hace formas y construye estructuras, hay que pensar bien, hay que
proteger la imaginación, porque lo que se imagina es lo que se vive, fortalecer
la voluntad y no depender de nada ni de nadie, entender que la vida es de Dios
y nuestra misión como humanos es buscar a Dios. Anoche se me paso la vida por
delante, pero no tanto la que ya viví, sino la que no he vivido, como si fuera
un equipo de futbol que pide tiempo extra al árbitro para salvar el partido. La
vida que viví es esto, el presente y el milagro de respirar y sentirme vivo,
parte del Universo, la Divinidad, la Vida. La decisión debe ser sabia y fuerte,
convencida por el propio bien de mí mismo y de mi familia, no hacer cosas de
manera irresponsable cuando el partido más que nunca exige estar concentrado y
tranquilo, disfrutar de cada cosa y hacerla con dedicación y cariño. Gracias a
Dios hay voces y personas alrededor, que nos lanzan la soga para salir del
hueco en que uno mismo entra, pero lo más importante es el trabajo propio, la
responsabilidad de no hacer cosas en contra de uno mismo, buscar las
bendiciones del cielo, lograr la voluntad y la sanación que ahora pido para mi
dolor, y que será concedida en el momento que Dios disponga.
martes, 23 de junio de 2015
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