Entre las cosas chistosas que ocurren en las ciencias de la
vida, está la de la escalada hacia el propósito, resultase que al principio, cuando
la revelación se da, bajan esas entidades que muestran cada una de las partes
del rompecabezas, tienen rostros, juegos de elementos, significados, se encarnan
en personas, en los libros, en la mente, en el silencio, en los tropiezos y
encuentros, se hace tan fuerte la aparición, que de visión pasa a volverse
obvio, la emoción y el miedo siempre van de la mano, se requiere ayuda,
devoción, un punto divino, pero en los albores de la historia aterrizan otras
voces, las del ego, las que dicen que no se puede, que no hay manera, que quien
dijo que esto o lo otro, la duda que aconseja dormir en las amañadoras aguas de
la normalidad, y asi empieza la lucha, que es a muerte, y se libra todos los
días de la vida.
Empieza la cosa, con un aguacero de sorpresas y buenos
momentos, la seguridad abunda y todo se hace: sorpresas, impresiones,
agradecimientos, el sartén esta tomado del mango y nadie se lo quita a uno.
Pero al mejor panadero se le quema al pan, y es cuando renace el momento mas
cruento de la lucha, el error, la posibilidad de equivocarse, y la reflexión de
que pase lo que pase, no hay errores, solo en el cuento humano que los ve, aquí
se debe rescatar la verdadera conexión con la energía, para levantarse
fortalecido, y seguir el curso con la cabeza arriba. El camino al
perfeccionamiento de cualquier arte viene acompañado de pruebas duras, sobre
todo en lo que respecta a la imaginación propia del creador, que trata por un
lado seguir la energía y viajar con ella, mientras por otra se avergüenza y
busca refugio en los viejas barricadas, a donde supuestamente no entran las
balas, pero si entra el viejo contrincante de todo este cuento, el propio ego.
En fin, pareciendo todo esto un
cuento de aciertos y desaciertos, realmente no lo es, pues el camino que se
recorre previamente ha sido trazado, y solo se recuerda en el justo momento que
se esta viviendo, por eso nada puede separarlo, nada puede enajenarlo de lo
absoluto, asi todo por dentro se retuerza y no se vea, a veces ni se goza, lo
que es normal, pero no aceptable, pues si no se divierte el divertidor,
realmente se logra la diversión?
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