Dicen que terceras partes nunca fueron buenas, que lo que
trata de continuar con lo que fue una buena historia siempre no es igual a la historia.
A esos dichos del común yo les tengo su contra ejemplo: Volver al Futuro II es
mejor que la I, la tres también es muy buena, diferente, además enlaza muy bien
con lo que es el hilo de la historia, la tercera es la ultima, pero no por
taquillera, sino porque verdaderamente redondea, y da un fin a la historia. En
el lejano oeste, 100 años antes de 1985, Dog, el científico loco conoce a su
mujer y decide quedarse con ella, entonces Martin, o Clinteastwood, como se
hizo nombrar en el lejano oeste, se va a 1985, al tiempo que pertenece y se
encuentra con su chica, tras unos incidentes ocurridos en la segunda parte
donde la chica va al futuro, se les aclara que el destino, no esta escrito, es
decir no esta escrito por los hombres, así que ellos quedaron dueños de su
destino.
Valga saber de donde viene
tremenda contradicción que lo hace a uno pensar, pero el hecho es que de
repente, mientras Martin y su hermosa novia pasaban por la via ferrea, aparece
con los mismos rayos con que se anunciaba la llegada de la maquina del tiempo,
un tren que viaja por los tiempos, a dentro esta Dog, con su mujer, y sus dos
hijos, Julio y Verne, como conjurando un epilogo propio del genero de la
ciencia ficción, y lo que de cerquita (y
de lejitos), tiene mucho que ver con la relatividad del tiempo, y lo que Albert
Einstein formuló en otroras tiempos del siglo XX.
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