La
globalización del mundo actual da para muchas cosas, como para desenfrenar las
fuerzas productivas contra la naturaleza y a la vez tratar de preservarlas,
para llevar las tecnologías de la información a donde nunca se pensó que iban a
llegar y hasta para hastiar a muchos y alejarlos de la información. Se dice que
la globalización es un fenómeno que va mas allá del capitalismo, de los
sistemas jurídicos internacionales, de los movimientos religiosos y de la misma
cultura, pero seguro no es menos cierto que ese gran fenómeno social al cual se
le adjudican gran parte de las transformaciones sociales de hoy en día no puede
ser, ni mucho menos, el culpable de todo lo que pase sobre la tierra. En el
desboque del tren informático del siglo XXI hay quienes aun prefieren ir más
despacio, pero no precisamente porque se les limite al acceso a los excitantes
deleites efímeros de la vida moderna, sino porque su vida simplemente es diferente.
Existe actualmente por parte de muchos
gobiernos del mundo un fuerte movimiento por la recuperación de los
conocimientos tradicionales que aun algo conservan de diferente a la monótona
globalización, a esa globalización que puede hacer de una ciudad asiática y una
suramericana una copia de lo mismo, sin muchas diferencias. Aun hay reductos en
lo profundo de las selvas colombianas en donde es posible encontrar estas
personas, quienes a pesar de resistir y no querer entrar en el tren consumista
de la vida occidental, a cambio se les llega con proyectos que con una buena
intención dicen querer preservar su vida tradicional. Imaginemos por un momento
que nosotros somos un indígena que vive en una comunidad del amazonas, que sin
estar aislado y totalmente desinformado, algún día llegan a su comunidad unas
personas que dicen estar interesadas, a nombre del gobierno, las organizaciones
indígenas, campesinas, negras y las organizaciones internacionales, de que
ellos recuperen su modo de vida tradicional, ya que por fin, las fuentes
documentales, científicas y los consensos internacionales, tras muchos siglos
de investigación y de serias reflexiones, han llegado a la muy sabia conclusión
de que definitivamente el modo de vida indígena es ambientalmente sostenible
para los ecosistemas. Gran conclusión!.
Pero
lo que es definitivamente sospechoso, es todo el tiempo que tomaron los
gobiernos para descubrirlo. Como si se metiera la mano en un jarro de agua
caliente puesto sobre una estufa, y a los quinientos años concluyen: “está
caliente”. Pero no es mi intención aquí alimentar las teorías conspiracionistas
sobre expoliación de los conocimientos de las culturas indígenas por parte de
los gobiernos a través de la historia, sino mas bien ponerme en los zapatos de
ese indígena que un día estando en su comunidad alistándose para ir a la
chagra, a pescar, a jugar futbol, o cualquier actividad, es interrumpido por
unos finos caballeros y damas quienes los convocan para darles la buena nueva:
el gobierno nacional está interesado en crear un mecanismo de protección
jurídico a los conocimientos tradicionales de los pueblo indígenas, campesinos
y negros de la nación.
Lo
primero que pensaría yo estando en la posición de alguien que escucha tan bello
cuento, es preguntarme si en esa reunión van a dar refrigerio, y que ojalá sean
unas galletas con gaseosa; pero para mi desilusión este equipo de doctores muy
astutamente nos brinda un casabe con chicha, ¡que gracia! entonces para que
vienen si nos van a dar de lo mismo que hacemos nosotros. Pasan los minutos y
después de grandes esfuerzos de traducción empiezo a entender un poco más a
estos doctores que traen a la comunidad una platica para gastar. Por fin podré levantarme algunos pesos para instalar el
direct tv, o mandarle a mis hijos que están estudiando lejos de la comunidad.
Pero
la cosa al parecer no es por ahí, pues después de varios minutos de disertación
logramos entender en que se trata es de ayudar
a la comunidad en el fortalecimiento de su cultura. Y aquí quiero hacer un
paréntesis, pues desde hace mucho todos en la comunidad tenemos claro que es
cultura: “son todas las cosas que nos enseñaron nuestros abuelos: bailar,
cantar, el idioma, a curar con plantas, con rezos, a usar el tabaco, la coca, a
contar historias y a recibir consejos”. Mi abuelo me contaba, que en el
internado en donde hizo hasta tercero de primaria, las monjas lo regañaban y castigaban
por hablar su lengua. Que venían a la comunidad y se llevaban a los niños para
educarlos, por eso el me aconsejó hablar español y asistir al colegio juiciosamente.
Pero mi abuela en cambio nunca me habló en español, ella me llevaba a la chagra
y me decía la historia de cada planta, realmente nunca me dijo que lo que ella enseñaba era importante, simplemente me lo enseñaba.
Ahora que en la comunidad se habla de conocimiento tradicional, por
momentos siento que se hace con un cierto interés que antes
no se tenía. Es extraño sentir que vienen
unas personas de afuera con un interés sobre la comunidad, y más extraño aun
sentir que el gobierno esta interesado en proteger lo que somos nosotros. A
veces uno piensa que su intención es devolvernos a vivir en malocas, a
quitarnos la ropa y que vivamos como los abuelos, pero también traen cámaras,
nos toman fotos, nos muestran películas, hacen concursos que integran a la
comunidad y la pasamos bacano.
Algunos
abuelos de la comunidad los ven con desconfianza, sin embargo los reciben y los
acogen, se integran en las actividades y al final se dan cuenta que no hay
razón para que piensen mal de ellos. Pues lo único que se busca es que los abuelos enseñen lo que saben, porque si no lo dicen a sus hijos y nietos, esa
experiencia y conocimiento se perderá. Que diferente es ser un indígena que se
siente feliz de serlo, no tenemos que estar aparentando o pretendiendo ser
otros. También nos gusta tomarnos fotos, vernos en películas, como dijo el
abuelo en la maloca la otra vez, “la cerbatana y el internet fueron inventados
por los mismos humanos, nada ganamos siendo mezquinos con ellos, así como ellos
nada han ganado ignorándonos a nosotros, y ahí tienen sus consecuencias:
ciudades contaminadas e inseguras, bosques destruidos, miseria y riqueza”.
La
vez pasada vimos una película en donde se muestra una foto del planeta Tierra.
Al principio creí que era mentira, hasta que me explicaron que han habido
personas que han ido más lejos de donde están las nubes, y han tomado esas
fotos. Que habrá pensado esa persona que vio por primera vez esa pelota azul y
verde cubierta de nubes blancas flotar solita en la nada. En esa bolita es a
donde han nacido, vivido y muerto generaciones de personas, a donde fue la
creación de los Tikunas, de los Uitotos, de los Andoques, a donde estuvieron Adán
y Eva y también los micos que se volvieron personas. Todo eso pasó en esa
pelota que flota en un infinito universo, definitivamente todos venimos de lo
mismo y vamos a lo mismo, y nada se ha salido de ahí.
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