Quizá
me lo pueda imaginar, quizá no, en que se viene convirtiendo las trazas que
recuerdan lo que vivo, pienso atrás y me vi artista, pienso ahora y me veo un
investigador, lo que más me alegra, es que el antes y el ahora no existe, pues
simplemente son, eso nos lleva, por la ecuación sincuanperfecta a las
postrimerías donde todo merodeo es escapatoria de su propia escape, asi pero
diferente, o lo mismo yo digo pero diferente, le aplicamos la paisana y tomamos
lo bueno, que nada está escrito en el libro humano de la vida, sino en la mente
misma de Dios, todo puede suceder… no escribo para planear, lo hago para
conjurar, para sentir el momento cuando se vuela en la librería de las
palabras, y se combinan solitas, como tripeándose en saltos de canguro, con una
bolsita y cargando a su hijo, a Tomás, que tu camino
sea venturoso y lleno de buenos momentos, aventuras chéveres, y acontecimientos
provechosos. Para disciplinarlo hay que metaforizarlo, y yo lo quiero llevar, por eso sacamos los juguetes, los carritos y la dulzaina y nos
vamos a jugar, vamos Tomi. El Payaso baja de la chimenea, y dispone su recta
figura con movimientos armoniosos y recochológicos, nada tiene que ver con
nada, pero todo tiene que ver con todo, baja el payasito y lo tratas de tomar
en tus manos, entonces el payaso vuela y tu lo tratas de atrapar, estiras la
manito y lo traes a tierra, donde la raíz comunica con el centro sustancial de
la sustancia.
lunes, 1 de mayo de 2017
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