domingo, 22 de noviembre de 2015

Tomás y Paulis:

Hoy te vi, en la pantalla del skype, pero te vi, peor es nada, y quedé tranquilo porque estas con mamá, con Paulis, mi esposa hermosa, a quien amo con el corazón, por eso estoy feliz porque te vi sonreír, llorar, jugar y dormir, te veo en el pensamiento hijo mío, bendigo tu presencia. Tomás, ahora estoy lejos, pero espero estar pronto nuevamente contigo, la vida es así, a veces nos pone misiones en el camino que nos llevan a sacrificar algo, como en este caso que estemos juntos físicamente, jugando, viviendo, pero si vemos, como tu mejor lo sabes porque eres un bebé, nunca nos separamos, desde el espíritu la presencia se siente, se vive; y si nos sentimos solos nada de nervios... que no es más que nuestra humanidad que gime a gritos la libertad del alma, porque no entendemos, no comprendemos bien de que se trata lo que no se ve. Extiendo esta energía a ti, Tomás, y a tu mami, Paulis, para que Dios los cuide, en felicidad y amor, en abundancia y sabiduría, solo Dios sabe que es y será de nuestra vida, nosotros vivimos el presente y nuestra misión es hacerlo rico en vida, en amor, en palabra de corazón, en acciones que honren las virtudes, los dones del cielo. Solo espero que estas palabras sean las que nos llenan y guían en nuestros pensamientos y acciones, y lo que creemos un tropiezo realmente no lo es, tan solo son enseñanzas que hay que saber interpretar y ponerlas en el curso de los propósitos menesterosos que nos inspiran. No hay de otra, porque el autocastigo por los errores no es un camino donde se pueda crecer en la vida, todos pasamos por momentos así, unos menos que otros, posiblemente, pero todos los seres humanos de alguna manera tenemos que dar para superar las pruebas que se ponen en el camino, o más bien las que nosotros mismos diseñamos desde lo que creemos que son las cosas, solo Dios es eterno, lo demás puede decirse que es un invento de nuestra mente, aunque también bendita y divina. Me conecto con Paulis y Tomás desde acá, le pido a Dios que nos de la virtud necesaria para dar lo que vamos a dar, para ser quienes somos. Desde aquí te saludo mi familia, porque los quiero y los amo con todas mis fuerzas, que me dan ganas de llorar todo el tiempo, porque se me expande el corazón en un amor que no tengo palabras para describir, pero debo enviar mas bien tranquilidad, que vivamos el presente y ya está, que todo pasa, y es lo mejor que podemos hacer, no sufrir y dejar que la vida hable.