domingo, 28 de diciembre de 2014

Tu propio invento, "Cuento postulado ante un concurso de cuento de Ficción en Chiapas y que no ganó ni un jopete".



Por: "Alias" Aníbal Cachorro.

A las seis de la mañana, después de una noche de luna llena, de oscuridad que es continuación del día, sonó el despertador. Hacía muy poco el perro del vecino paraba de ladrar. Salté de mi cama, puse agua a calentar: hirvió, agregué café y se me regó.

“Changos” –Pensé. “Cuando se riega el café los niveles de cafeína se alteran”.

Un poco indispuesto tomé el café que quedó y lo acompañé de un pan con mantequilla y queso. Al morderlo, herí mi labio haciéndolo sangrar.

“Pinche…! –Exclamé con dolor. “Café regado y mordisco al labio”.

Puse la taza sobre la mesa, al lado de otro café servido, estaba caliente, como acabado de hacer, lo miré fijamente como pidiéndole una explicación, luego vi hacia la estufa y ahí estaba, a que no adivinan… otro pan con mantequilla y queso estaba puesto sobre el fogón, preparándose. Como si otra persona estuviera en el lugar, haciendo lo mismo, pero no la veía.

Regresé la mirada al café que había encontrado sobre la mesa, pero ya estaba desocupado, alguien se lo había bebido, observé mi taza y mi café…ese si estaba ahí. Se apagó la estufa y el pan se consumió como por arte de magia, sin dejar boronas y sin hacer ruido. Mi pan aún estaba sobre el plato.

Asombrado pero no temeroso, sentía una inusitada familiaridad con lo que estaba pasando. Quien me acompañaba no era un desconocido, sino alguien que ya conocía.

-“Te llamaré…mmm”. Un nombre, un nombre, debía bautizarlo rápidamente!

 -“Invento, eso, te llamaras: Invento”.

Era noviembre, un buen momento para atender a las visitas. Para que Invento se sintiera a gusto le preparé un jugo con tres naranjas, de las mas jugosas. Quizá Invento se quisiera preparar el suyo, pero no pasó, ni una naranja se movió. Tomé mi jugo pensando que Invento solo gustaba de un café con pan en la mañana, y cuando llegué al fondo del vaso escuché:

-“Aaaaahh…sabrocito”.

Todo parecía mucho lo muy sospechoso: yo bebí el jugo, Invento lo disfrutó. Yo preparé el jugo, Invento se lo tomó, no, yo me lo tomé, lo recuerdo. Yo preparé un café, Invento se tomó otro café, yo hice mi pan, Inventó se comió su pan, o el mío? Dónde está mi pan?

-“Invento, Invento devuélveme mi pan, que te has creído?”.


“Tu propio invento”. –dijo Invento...

jueves, 27 de noviembre de 2014

Es noviembre.

Era 2 de noviembre. El frío helado del aire acondicionado penetraba la escaza ropa que me había traído de Cancún. De reojo miraba las colonias y parajes de la entrada a la ciudad de San Cristóbal. Los contrastes eran seguidos, casas de bloque gris cercanas a bancos de arena, montañas, carros, gente. Bajé del autobús, agarré la mochila, y estaba en una ciudad colonial, indígena y turística, tal como la había visto en internet.

-¿Dónde queda el centro? –Pregunté a una señora.

-¿El centro de qué pues?

-De la ciudad.

Señaló con su mano una dirección, le agradecí, me di vuelta y un olor que no podía identificar se apoderó no solo de mi olfato, sino de todos mis sentidos. Olvidé por un instante mi afán de llegar al centro, las casas coloniales ya no eran de colores vivos, sino de adobe desnudo o pintadas de blanco. En las calles no había carros, sino carretas, asnos y caballos. Justo detrás de mí una multitud iracunda perseguía a un indígena.

Agárrenlo! –Gritaban.

Traté de esconderme pero me fue imposible, la turba pasó tan cerca que creí me iban a aplastar, pero ni siquiera me vieron. Busqué a la señora que tenía hace unos segundos al lado pero no estaba. Las campanas de la iglesia sonaban, todo olía diferente, a boñiga de caballo, a polvo seco, y a muerte. No sé porque me olía a muerte, si no sabía a qué olía la muerte.

Atemorizado caminé por las polvorientas calles mirando cada casa, cada persona, tratando de encontrar una explicación a lo que sucedía. “Es dos de noviembre, día de muertos, todo debe ser una celebración popular”, me decía tratando de escuchar algo que sonara familiar, pero todo lo que veía era extrañamente ajeno e irreal.

Legué a la plaza y la turba había agarrado al indígena y lo tenía amarrado. “Ladrón, ladrón”, gritaban furiosamente, mientras lo golpeaban y desnudaban, exhibiéndolo  con sevicia. Traté de mantenerme aparte, pero mi indignación explotó:

-“No más, no más, déjenlo!”- Grité, pero nadie me escuchó, ni siquiera se percataron que yo estaba ahí, al parecer solo era un testigo mudo, invisible a la atrocidad que presenciaba.

San Cristóbal no parecía ese pintoresco retrato que había visto en las páginas de internet, sino a un polvorín, sucio y con olor a muerte. En ese momento recordé a mis seres queridos, a quienes no vería nunca más, sino salía de ese limbo indefinible del tiempo y la memoria en que había caído. Los lugares que recordaba ya no estaban claros, ni siquiera estaba seguro si ese lugar era realmente San Cristóbal, o cualquier otro del mundo donde las cosas ya no se nombraban por lo que eran, sino por lo que se creía de ellas.

Poco a poco fui desvaneciéndome entre la impotencia, la arena del suelo, el olor a muerte y las campanas de la iglesia. Los gritos del indígena retumbaban en mis oídos, el mareo debilitaba mi cuerpo y amenazaba con dejarme caer. Recordé la imagen de una ciudad, con casas coloridas y turistas sonrientes por sus calles, con indígenas vendiendo cosas y carteles que recordaban a los 43 que ya no estaban. “¿Era San Cristóbal?”

Entonces comprendí que ese lugar no era real, y las imágenes que lo vendían en catálogos de agencias de viajes solo podían hacerlo con mentiras para atraer a personas como yo, personas sin ningún interés en aceptar que el olor a muerte no solo es algo conocido, sino es el propio olor y no se quita nunca.

“Es noviembre, día de muertos”. Pensé


lunes, 17 de noviembre de 2014

Conversaciones con Altieri


Confieso que el 98% de las veces que he trabajado directamente con la naturaleza ha sido para su destrucción y no para su recuperación, en el colegio, en la clase de agricultura, usábamos agroquímicos y asi tener tiempo de estudiar a los exigentes exámenes de matemáticas, mamar gallo, vagar, y aventurar. Otra opción era deshierbar el surco a mano, y eso teníamos que hacerlo repetidas veces en clases, recreos, mañanas y tardes, pero no era suficiente, llegaban las vacaciones y lo mas triste era perder las cosechas, entonces muy fácilmente accedíamos a echarle una rociadita de round up al surco, para que desapareciera esa maleza que nos hacia quedarnos durante horas retirándola mientras la ciudad con sus diversiones nos llamaba. La aventura estaba afuera, había que ir por ella, los conciertos de rock, las películas de cine, y muchas vagabundeadas y destineadas por la vida.
Esto lo pensé hoy durante la conferencia de Miguel Altieri, quien vino a ECOSUR a una muy productiva e interesante charla donde habló de la agroecología. La reunión dejó simples conclusiones, y muy importantes para el movimiento agroecológico que abrazan técnicos, investigadores y estudiantes de esta institución y de muchas otras. La confianza científica, y el apoyo moral a su propuesta, lo hacen una alternativa importante para el problema de los alimentos ¿Que si es la única posible? No creo, hay otras que se hacen que no son agroecología y también pueden ayudar sin sacrificar la diversidad alimentaria, por los juegos uniformizantes del capital financiero y corporativo.
La agroecología sería la única opción en un mundo donde no se sabe hacer uso de las ciencias genéticas y moleculares en favor de la vida y de la madre tierra. En algún momento cuando este planeta ya haya acumulado tanta entropía, que quienes vivan estén tratando de parar alfileres, la vulnerabilidad producida por cualquier cambio en la demanda de alimentos en China, o en las libertades industriales de los Estados Unidos, hará que agroecología sea la única opción de adaptación en este mundo.
Para la agroecología  no todo es color de rosa, pues están los que piensan, que es mas fácil hablar de las bondades agroecológicas que hacerla a diario. Con los campesinos la cosa es demostrándolo en la realidad y no en los argumentos inspiradores, o en palabras bonitas, sino desde una perspectiva prágmatica, mediante un conjunto de actividades probadas que dieran confianza a los campesinos, investigadas, sistematizadas y construidas por un profundo dialogo entre saberes tradicionales y científicos. 
Altieri y sus ecuaces están impulsando un movimiento que busca la pluriformidad y no la uniformidad alimentaria, corporativa y capitalista. Se anima un movimiento que no tiene la necesidad de llegar a pretensiones científicas, aunque lo pudiera en cierto grado, para buscar actuar en el espectro político, social, cultural y financiero. En la reunión se resaltó lo importante que es contar con organización y acción política territorial, si la agroecología fuera una simple ciencia que buscara objetivar el conocimiento creo que no fuera tan interesante como la presentaron en su campo de acción, en la batalla por las ideas, esas que influyen las decisiones políticas sobre los agroecosistemas del mundo.
En fin, en medio de este debate, yo solo pensaba que cuando estaba en clases de Agricultura en el colegio, yo prefería echar el fumigante para que no crecieran las hierbas que considerábamos malezas. Pero sino fuera por el round up, no hubiera podido aprender las cosas que estudié en el colegio, deshierbar a mano era una tarea larga, que por supuesto también teníamos que hacer. La conservación del planeta, como la llamábamos, era importante, pero el futbol, las fiestas, las aventuras callejeras y los recreos, también lo eran, y más que la “conservación del planeta”. Al fin y al cabo éramos hijos de una sociedad que nos obliga a ser esponjas infinitas de niveles de información, que muchas veces terminan tergiversando el sentido de la vida en aras de ser competente y triunfar en la vida. Triunfar en la vida, no quería decir que la vida triunfara.
La vida moderna trae todo tipo de contradicciones, entre las cuales se encuentra esa extraña paradoja que cuando se busca el mayor confort lo único que se logra es la inconformidad de otros. Tener más solo es posible a consta de que otros tengan menos, y a liberaciones de entropía mayores. La conversación con Altieri me gustó, porque agarró el sartén por el mango cuando se refirió a la pobreza como una condición ante todo psicológica que se puede destapar si asi lo trabajamos. Fue muy pragmático en sus propuestas y miradas, destacando la historia de la agroecología latinoamericana, buscando acrecentar su movimiento.

Toda la conferencia me mantuve callado pero en dialogo profundo con mi conciencia, buscando en los extramuros un chispazo que me dijera cosas como que todo eso que se promueve debe hacerse de manera alegre y divertida, la gente de estos tiempos lo que más le gusta, y lo que mas dispuesta esta a realizar, es divertirse. El tiempo libre es el bien más preciado, y no muchos están dispuestos a sacrificarlo en actividades como deshierbas el surco de las hortalizas. Hay que aprender a divertirse por supuesto, todos debemos hacerlo, divertirse debe pasar de ser una acción de mera autodestrucción a una de autoconstrucción, y ahora que recuerdo, mucho de lo que hacíamos en clase de agricultura era divertido, sobretodo cuando se trabajaba en equipo.

Adiós Roberto

Y porque no mientras se pasan los tiempos echarse una ronda por una historia que hace poco sucedió. Me refiero a la muerte de Roberto Franco, una persona que merece, con todo el honor del mundo, inspirarse y echarse aquí unas rolas de escritura para recordar a este gracioso y divertido personaje que algún día conocí en Tarapacá, a la segunda semana de mi llegada, un domingo del año 2009.

Era mi segunda semana en Tarapacá, aun no entendía donde había llegado. Sentía una clase de contradicción extraña en el estómago, el yo civilizado no renunciaba a morir, mientas el salvaje luchaba por nacer, en ese proceso, esa mañana de Domingo, se bajó del avión Roberto con Javier Ortiz y nos presentamos. 

Como si ya nos conociéramos, así fue que nos conocimos con Roberto. No me acuerdo como, pero a pocos minutos de hablar con él y con Javier, ya yo era parte de la tripulación, de la expedición que partiría a socializar el proyecto en las comunidades del río Cothué. Roberto y Javier se comportaban como vecinos, algunos reconocían a Javier, y a Roberto, saludaban, recordaban nombres y apellidos, como si fuesen una especie más de la fauna amazónica, esa que yo apenas empezaba a vislumbrar.

La comisión que partió para el río Cothué estaba compuesta por Nini, Manuel Miranda, Javier Ortiz, Roberto Franco y mi persona. Los dos primeros funcionarios de parques, los otros del PNUD, y el ultimo el colao del Sinchi. Llegamos a Lorena, a la cabaña de Parques, y encontramos que estaba cerrada con llave, y que “El diablo” u Orlando, funcionario de Parques, no la había dejado. Se escucharon muchos insultos contra “el diablo” en ese momento. Nos resignamos a tener que hacer una operación de apertura de puerta con sacada de tornillos y despegada de angeo para poder entrar. En esas, alguien leyó un letrero que decía, “las yaves están debajo del tapete”.

Ese recorrido incluyó la comunidad de Santa Lucía, Ventura, y Caña Brava, a esta última solo entramos y nos fuimos pues la comunidad estaba totalmente peda de masato y chicha. En Caña Brava Roberto me contó una historia, que hay palabras en algunas familias lingüísticas del Amazonas que tienen raíz en el Tupi Guaraní de los indios del Paraguay. Los primeros misioneros trajeron indígenas del Paraguay, ellos los ayudaban a comunicarse con la gente. Ese dato me pareció increíble. Como lo que sentí cuando supe lo de los “patones”, o “indios bravos” que yo pensaba eran espíritus del monte, pero no, eran seres de carne y hueso, los mismos de los que habló German Castro Caycedo en su relato de Julián Gil, en el libro Perdido en el Amazonas. Ese libro lo leí cuando estaba en el colegio, no como una tarea, sino por casualidad.

Roberto era una persona que sabía letra menuda, no era un historiador de generalidades, a él le importaban los detalles, los nombres, los apellidos, lo que vio, como era, de qué color, de qué forma, de que material, todo tenía sentido en su mundo de reconstrucción histórica, en su etnografía con la cual generaba diálogos de una profundidad que me dejaban de nuevo pensando que Roberto era un amazónico más en el estuche de un rebelde de cuna, un gozón y alegre personaje con un sentido del humor entre fino, grosero y negro.  Una verdadera caja de sorpresas.

La historia tenía que seguir. En el año 2012 me incorporé al equipo del Sinchi que trabajaría junto con el Ministerio de Ambiente el proyecto de Conocimiento Tradicional en Tarapacá. El día de la llegada, conocí a María Constanza. Era la jefa por el lado del ministerio. Nos fuimos de aventura por el río Cothué hasta buenos aires a hablar del proyecto, en esas, María Constanza pasó largas horas leyendo un libro llamado Cariba Malo, su autor: Roberto Franco. El mismo con el que había tenido la dicha de compartir otra pintoresca travesía por el río Cothué.

No se si María Constanza terminó de leer el libro en ese viaje, el hecho es que antes de irse me lo dejó con un autógrafo legalizado tras una llamada de celular a Roberto y firmado con la transmutación manual de María Constanza. El libro quedó en Tarapacá, leí la primera parte, se lo pasé a Sonia, y nos fuimos para el río Cothué. El libro desapareció, pasó al Septimo Cielo, y tuvo que volver más tarde para que lo pudiera leer, asi es la vida, demora lo que nos interesa.

El segundo encuentro con Roberto Franco sucedió cuando conocí a Patricia, su esposa, que trabajaba en el proyecto del conocimiento tradicional. Artemio fue el que me dijo, “es la esposa de Roberto Franco, el de los aislados”. La esposa de Roberto? Pensé. Que interesante, me respondí, arremedando mentalmente al compañero Harold. Nos conocimos con Patricia, le conté que al otro día viajaba Cucunubá con Paulis, y ella dijo que iba para Tinjaca, podríamos irnos juntos. Por supuesto, asentí, podríamos irnos juntos.

Esa mañana, nos despertamos con Paulis en la casa de mi abuela, era un sábado, Roberto y Patricia pasaron exactamente por la calle 92 con 16 y muy amablemente nos recogieron para llevarnos hasta Ubaté. Durante ese viaje no se si hablamos de los aislados, o qué, pero la pasamos muy bueno, con Roberto al volante, emulando los mejores momento de Airton Sena en las pistas de la fórmula Uno. Contó que en unos meses viajaría a Tarapacá.

Esa vez Roberto llegó con una comisión de Parques Naturales, y logramos conversar más a profundidad como era la historia de esos manes que vivían entre la selva, sin procurar la cercanía física de nadie mas sino ellos. El cuento de los aislados me puso a pensar muchas cosas, a mí y a todos los que estábamos en Tarapacá, a Harold, a Iván, Jair, Teo, Fausto, Victoria, y a todos los que andábamos por ahí.

Al año siguiente  Roberto vuelve a Tarapacá, ya había salido un borrador de una propuesta de Ley aprobada para la protección de los aislados, el libro de Roberto tuvo un impacto importante entre grupos  y organizaciones que se dedican a temas indígenas, políticos, de defensa de la autonomía de los pueblos, a ser respetados por lo que ellos decidan sobre sus vidas. El tema fue ganando atención y mayor conciencia sobre el hilo que separa a los Yuri y Passé de nuestras vidas. Esa barrera debe ser respetada y no ser objeto de fisgoneo. El hilo es frágil, aprendamos y no repitamos las mismas cagadas.

En la comunidad de Puerto Nuevo obtuve noticia que el curaca, quien había sido guerrillero en los años noventa, tenía una historia que contar acerca de los yuri y Passé. Aprovechando que Roberto estaba en Tarapacá, acordamos un encuentro y una pequeña entrevista en la cual participé, escuché de parte del curaca como estos pueblos usan las mismas trampas para cazar dantas y borugas para alejar a los intrusos.  

No siendo poco, una tarde Roberto me pide el computador prestado para abrir un mail, se lo presto, se conecta a internet y lo baja, deja una copia de seguridad en las descargas y obviamente yo, con mi curiosidad y las ganas de buscar lo que no se me ha perdido lo abrí, era un informe con las coordenadas exactas de las malocas, imágenes de satélites, y una ruta de transeptos para monitoreo. Encontrar ese documento me puso nervioso, porque lo creía un documento secreto, (ahora sé que eso está a la mano de quien pague un servicio de fotos por satélite), en ese momento sentí estar desentrañando los archivos secretos de la KGB y la CIA juntos.

Mi asombro fue tal que tuve que hacer una llamadita de rigor, necesitaba hacer partícipe a alguien de mi hallazgo, gracia a Dios tengo a quien, a un amigo, a William, para no solo contarle sino también enviarle el documento, William era la única persona en la que yo podía confiar para manejar esa información, su corazón abierto sería una ayuda para los Yuris y Passés a vivir como les venga en gana, sin metérseles al rancho.  Willisito lo garantizaba, y se lo compartí para vivir la emoción de una manera más jocosa y divertida.

Parte de las tareas de Roberto en Tarapacá y La Pedrera era dialogar con las organizaciones y autoridades indígenas sobre la tarea de crear una red de organizaciones indígenas encargadas de velar por la protección de sus áreas de influencia, manteniéndola despejada de colonos, cazadores, pescadores, antropólogos, misioneros que quisieran acercarse a sus territorios. El cinturón encargado de vigilar el territorio estaría entre el rio Putumayo y Caquetá, entre la Chorrera, Araracuara, La Pedrera y Tarapacá.

La noche concertada para la reunión prometía grandes emociones, por un lado ASOAINTAM hacia parte activa de la discusión, Harold, Teo, Falcón, Chucho, Tortugo y los Pipo conjeturábamos al respecto, siempre compartiendo el asombro y la admiración por personas que tomaban la decisión de permanecer por fuera de la babilonia, donde estamos el resto (entre comillas). Pero en fin, de las historias que cuenta Roberto es que los aislados hacen llover a quienes se acercan a sus territorios, su trabajo espiritual también atiende las misiones de defensa del territorio colocando espíritus protectores a sus alrededor.

Comenzó la reunión con una proyección de fotos que Roberto pasaba a una velocidad acelerada, cuando todos queríamos verlas lentamente, en medio de la reunión, se viene un aguacero durísimo, “cortico pero sabroso”, un aguacero que hizo difícil el dialogo esa noche en un recinto cubierto por teja de Zinc, los aislados no querían que habláramos de ellos, y nos lo hicieron sentir. Pero como somos testarudos, igual se habló, se escuchó a Roberto, terminó la reunión y nos quedamos con los pesos pesados de ASOAINTAM, en una confrontación sincera sobre todo lo que había atrás, de la manera como se han sucedido las cosas.

Sin pretender predecir la suerte de los Yuri y Passé, para donde van, más vale la prudencia y el respeto. Las organizaciones y comunidades deben ser conscientes y emprender campañas de enseñanza en pro de la protección de los Yuri y Passé, lo que significa velar porque no se meta nadie, si ellos quieren salir algún día, que no sea por presión de este lado, que sea una decisión plena y consciente, no producto de una tragedia de enfermedades, presión por recursos, grupos armados, mineros, investigadores o misioneros que los presionen. Nada de eso, la historia no se puede repetir.

Pasando a otro tema, cuando Roberto iba a Tarapacá siempre salían divertidos Passéos compuestos por la fauna sinchistica de la comarca, Passéos al pozo, por la pista, cuando las cosas se ponían mas graciosas, Roberto siempre remataba con un apunte que decía: “nos divertimos barato”. Recuerdo con mucha risa como Roberto se le escabullía a una señora que le proponía cada cinco minutos que fueran a misa, ver la cara de Roberto, de horror y de espanto, era muy gracioso, igualito a Lee Marvin (La leyenda de la Ciudad sin nombre, con Clint Eastwood, buenísima, con el perdón de Clint).

Hace pocas semanas me enteré que Roberto murió en un accidente de avión entre Araracuara y Florencia. La noticia me la dio la tía Gladis. Recordé una vez que Roberto me contó sobre una travesía en avioneta de seis horas, historia que culminó con una exclamación “que susto tan hijueputa”. Una avioneta con una pinche hélice adelante, sobrevolando la selva, el territorio Yuri Passé. Roberto me contó la historia de un investigador que murió buscando tribus aisladas en la selva, con un tono que hacía notar el susto de solo pensar en ello. También le escuché a Roberto varias veces hablar sobre como los Yuri y Passé acuden a su manejo espiritual para alejar a quienes se acercan a ellos, con trampas, arreciando tormentas, usando la mente y el manejo de fuerzas de la selva, Roberto sabía que él estaba cerca.

Aburrido quedé cuando lo supe, pero al fin y al cabo me demostró que el destino es el destino y lo único posible es cumplirlo. Ya no habrán más paseos con Roberto por Tarapacá, me complace pensar que lo poco que lo conocí nos divertimos, la estima y el respeto fueron recíprocos. Ya no habrán más historias sobre la amazonia al estilo de Roberto: el dato menudo, al relato apasionante, con testigos con nombre y apellido (si se podían revelar), fuentes históricas, recorridos de campo, todo para que quienes por alguna razón estamos trabajando en la amazonia, cerca del territorio Yuri y Passé y quien sabe cuántos pueblos más en aislamiento y resistencia voluntaria, seamos conscientes de la responsabilidad que tiene ser vecinos de los indios bravos, aislados, patones…, sean quienes sean, son humanos.



Adiós Roberto muchas gracias, a donde quiera que esté, gracias.

Tianguis amazónico

Hasta que yo no me convenza no me siento satisfecho, es extraño buscar algo que nunca se ha ido, tratar de definir lo que ya está dicho y charlado en la maloka, que está ahí, claro como el agua, pero que por cuestiones de la aceptación académica, que realmente no es esa, sino la mía, o el que dirán, o la letoquitis, que se da vueltas haciéndolo mucho lo más complicado. Otros harían otras cosas pero no lo que yo haría, y yo no se lo que haría, lo que lo pone aún más interesante. Ese tipo de pensamientos los tengo todo el tiempo con mi tesis, el como que si pero no, lo mismo pero diferente, o si pero no nuevamente, como un espiral sin fin que nunca acaba, si es que acaba…

De algún modo hay que persistir en el intento, se trata de darle la forma y contenido adecuado al cumplimiento de una misión de la cual yo hago parte, porque es galáctica y misteriosa en su esencia, nadie sabe lo que pasará con ella, cobrará vida propia, tendrá hijos?, asi juegue a que lo busco, construyendo un protocolo que habla y habla cosas lo muy graciosas e interesantes acerca de todo un razonamiento no se si infructuoso, por algo que es mas de voluntad que de cualquier otra cosa. Solo recuerdo muy bien un momento, cuando me baje del avión de Satena por primera vez en Tarapacá la palabra que surgió en mi mente: gracias Dios, bendice a este lugar, bendícenos a todos.


No se pueden dejar cosas de lado, porque el estudio que yo necesito es muy costoso y se trata de hacer un estudio prospectivo en el cual se indaga por la capacidad económica con la que cuenta un grupo dado, en este caso, el de los tarapaqueños, para participar como clientes, productores, vendedores, y animadores de un Tianguis amazónico. Pero la pregunta es que se requiere para producir ese espacio, cual es la forma de la inversión de energía que se debe llevar a cabo. Lidiar con el gusanillo que le dice a uno al oído que no se ha hecho espontáneamente una plaza de mercado no es fácil, solo hay que confiar en esas palabrejas de Polanyi que recuerdan que las cosas solo empiezan a existir en cuanto se les da vida…seguramente si hay “placillas de mercado”, escondites secretos por donde se bombean las arterias del flujo energético tarapaqueño…solo hay es que saberlas reconocer en su estado evolutivo. 

Se goza de descordinar la escritura rápida y natural

Por algún nombre hay que empezar… para darle cuerda al sieso, para que narrase lo que sucediese, pues resulta que como representantes de la locombie entramos en las huestes del parche locochon…como su palabra lo indica viene del parche de Dick Tracy y lo locochon de Darinka… ese que por cosas de la providencia vino a dar regocijoso y sabrondoso colchón a las locurillas de este el escribiente, como empresas vivas de sus días. Pues si no fuese en los huesecillos del elixir experimental rosquejinoso, serioso y aventadoso, para darle al cuerpo los mejores regalos, como el que se ha recibido hoy con el Kung Fu, nada tendría tanto sentido como ahora hasta aquellos recuerdos  de Leonardo y su otro hermano Ninja en Chía, sobre la avenida Pradilla, con Camilo y Mateo.
Esa parte es interesante, pero no la mejor,… porque la mejor llegó cuando este pobre escribiente cayó derretido y no sabía ni quien era, lamentaba el momento en que decidió decir, “si vamos a Kung Fu”, muchas voces me dijeron “huevooooon”, “marica” e “imbécil”, también inútil, no puedo decir que no me importa porque si me importa, tengo la certeza y siento que es un regalo de Dios que debo tomar, pero mi cuerpo es débil y tima a mi mente, diciendo que no es capaz, como me sucedió jugando Futbol, en un momento sentí que una energía me bloqueó a participar en ese proyecto de querer parecerme a Javier Zannetti. Es como si de repente se siguieran transmutando los cristales que me dieron ese legendario seiko sudachi us! Pero esto es kung fu, se dicen otras cosas como kiaaa!!! Lo que mas me gusta es que pase lo que pase lo bendito ya está hecho y se va a suceder como sabiéndose que se sabe y ahora si que me confundo, como diría el paisano: “lo mismo pero diferente” “si pero no” o “ambos dos”.
Y habiéndose sucedido esto asi… algunas consignas se recuerdan como aquella que dice “revolotear el avíspero” como lo hacía Corinito con las chicas de la Locombie. Y entonces la estrategia Bourdienseña sería eso de hacer un sancocho de estructuras e hilos que mueven estas cosas que se llaman sociedades. Conectar los hilos, enlazar mundos, cruzar historias y conocimiento cercano. Al fin y al cabo se trata de compartir y el parche locochon no puede quedarse en una simple Locombie, pos debe mas explorar en la gestión de la vida real y acercar cuerpos, hacerlos cooperar, para que sus almas se sanen, se amen y acepten. Sino es por ahi entonces “dejémonos de mandes”, o “dejémonos de actuallys”, como dirían esas arcaicas ciencias del destineo interminable.
Entonces no siendo esto así, resultase que se fué sucediendo, como peliando a toda mecha, como lo hace Kung Fu Panda cuando se embejuca y se toma confianza. Arreglando las gramáticas circuncidianas del aristos de orion y jupiter, en una triangulación espacial de lados equidistanciosos y además mucho lo muy jactanciosos, esas son las ciencias ciertas de Scooby Doo, esas que juntan metales y dan por origen milagros, como convertir el plomo en oro.
Oh pero que misterioso, oh pero que cosa lo mucho muy de secretoso, como esas logias que estudian algo que niegan que realizan, la reunión secreta, la hermandad, eso serán cosas que quien sabe para que sirvan.. yo solo atino a decir que prefiero lo que es divertido y me da paz interior. Porque no queriendo nunca uniformizar al prójimo a mi propia imagen y semejanza, me quito esa idea de que todo lo puedo, cuando no es así. La buena noticia es que no importa, porque eso no es más que esa falsedad, de esa misma que por alguna razón también se sobrevino hoy en la conversación con Allen.
Todo esto son palabras para conjurar la realidá…para pasar el tiempo y la divertición, con la Purple de Jimi Hendrix, esa misma que llega a huestes de Pompeyolandia, por alguna casualidad de la pabliandia. Y que no se ponga el tono así como de que vamos cerrando el programa y la transmisión de esta noche…mejor echémonos una rola por la verdadera escritura de conjuros, esa que se interrumpe cuando el cursor se va para otro lado en el momento que la frase se está poniendo más buena… y que goza de descordinar la escritura rápida y natural. Quizá me convendría tomar el curso de mecanografía, aunque me convendría un teclado al cual no se le corre la cursorgrafía.
Cual cursor? Preguntará el filósofo posestrcturalista, “llegar a la libertad”, al “paraíso terrenal” a la plenitud y la alegría, a la paz y al amor? Ojala le sea suficiente al filosofo postestrcturalista estas razones pos la verdá no conozco mas… son puritica verdá y no me las  estoy inventando. He dicho! Al bicho, ni picho, y chicho…hay que cosa se siente subir, una culebrilla electriza cada capilar energético cuántico fractal complejo de mi cuerpo, haciéndome acordar de las bellezas del saber y del no saber, de la mentirología avanzada que se pregona desde pulpitos y canales, propagandas y parrandas…como algo contra lo que se lucha pero... Parece un trabalenguas mas que una poesía final, el nobel se malogró, Jorge barón también, seguramente el del balón de oro, o la de bronce en los olímpicos no eran para mi… pero que va si hay que vivirlo con el corazón… y no dejar a la mente que interfiera en sus cosas. 
Se teme ser cuando se ha de escribir de verdad, es mas fácil o irse por juegos interminables sin ninguna sinceridad, sin ningún sentimiento sino solo como una locochona fabrica de palabras. Pos resultase que toda esta historia habla de una gran quema hecha por mi mismo para mi salud y remedio, entregando al fuego las palabras y dándome el regalo de aprenderlas nuevamente. Que regalazo, se hizo una vez, y ya no considero hacerlo porque las palabras que cargo ahora traen sueños, festejos, alabanzas y agradecimientos, datos curiosos, escenas de acción, de comedia, de trabalenguología, o de cualquier otra guasonería que se me haya ocurrido en el camino, dándome la oportunidad de escribir sobre lo escrito, porque todo es luz y ha sido bendecido, hay sinceridad.
El hecho es que todo esta confabulándose para un momento super hiper mega apoteósico, espectacularmente espectacular, y ese momento es ahora, porque es, no mas que es. Destilando ese extraño perfumillo, ese aire anarquista que lo hace encantador pero tambien baboso y presumido, con un poco de espiritualismo indómito de converso a la fe cristiana, de revelado por los mismos misterios de las palabras. Eso no es mas que una máscara diría el crítico neofreudiano...es una introyección simbólica y sintetica del “ellos” en los anales del “ellas”…reflejando la imagen cognoscente del sujeto que solo piensa en términos del falo y esas mondades.

Recuperando el hilo que llevábamos en esta conversación, resultase que Allen me aconsejó hacer las cosas desde el corazón, por ahí es la cuestión, hay que centrarse en fluir desde ahí, la mente no se sabe para que sirve, al parecer es un órgano que usaban mejor los que eran como Lucy o yo que se, dejémoslo quietico y proyectar todo desde el amor mas puro. Suena drástico, si, lo se, porque muchos de mis aconteceres se van por el lado de la mente y esta no requiere de tanto estímulo para hacer su mejor función: pensar, etc. Buenas palabras se dijeron hoy en la Montaña con Allen, buenos sucesos nos esperan el viernes, las aristas del cristal mágico de la cooperación cercana entre las personas se activa en propósitos que sanen la vida, el cuerpo, el espíritu, la naturaleza, la armonía. Si que si.

martes, 4 de noviembre de 2014

Tiempo cíclico y contingente.

Sobre las fechas remotas que calculan los arqueólogos e historiadores que investigan en crónicas escritas por europeos, contrasta que la tradición indígena amazónica no lleva una cuenta numérica sino cíclica, contingente, observadora de la naturaleza, investigadora de la magia, de la física supramaterial, y la ecología de los seres del bosque. Cuentan los abuelos, que sus abuelos antes sabían hacer llover, con tan solo pensar que se haga, la naturaleza se movía y respondía, alcanzando un control suprasensorial y material que envidiaría cualquier director del Banco Mundial o de la WWF.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Creo pero no creo.

Creo pero no creo. Es la mejor manera que he encontrado para definir una sensación que me alberga, y es la idea del fin, no de la vida, sino de la humanidad. Puedo empezar por despojarme de mis propias creencias, o más bien prejuicios, como los que siento cuando escucho hablar del fin de los tiempos a algún religioso, o místico, me alberga una sensación de rechazo, quizá por la naturaleza de cada quien en preservarse, y evitar cualquier cosa que le recuerde que la vida no se trata solo de vivir, sino que de pronto hay una historia en todo esto, suena aterrador, sobre todo para quienes no lo asumen como tal. Otro prejuicio que me alberga es el de los científicos, cuando hablan de la transformación de la materia y ejercen su conocimiento, con un velo tal que no dimensionan lo que dicen, como si aquello que descubren nada tuviera que ver con ellos. Hay risas arrogantes, de todos los lados, de los que creen y de los que no, dejando la pregunta más profunda aun, que será verdad en todo esto? Pero de todos estos, el más grave de todos no es el del religioso ni el científico, sino del que escucha, acepta, entiende, y aun rechaza todo tipo de verdad. No sé por qué escribo de estas cosas con tan poca precisión, como si quisiera decir algo, pero aun no lo hago por cuidar la manera en que lo voy a decir, pero lo voy a decir, el mundo se va acabar, y nosotros nos vamos acabar con él, nuestros cuerpos morirán y la suerte será indistinta a todo, incluso a los mismos actos de los hombres, pero resulta que lo que se muere es el cuerpo, incluso la naturaleza lo puede hacer, pero entonces me pregunto que va pasar con toda esta energía, acaso la vida se reduce a lo que vemos, o lo que los biólogos definen como organismos vivos? Yo creo que no, la vida va mucho mas allá de eso, y por eso me sigue albergando la pregunta que pasará después de todo esto, seguiremos los mismos, de otro modo, en otro lugar, sobreviviendo y cuestionándonos, o todo será resuelto, la injusticia no existirá y todo será tan justo que no habrá nada mas por lo que moverse, o la voluntad se irá a la conciencia divina, o ahí estaremos nosotros para verlo, que estúpida e importante pregunta es esta. Pero dejémosla hay porque la verdad no tiene solución, a cualquiera solo puedo responder, creo pero no creo. Más bien la cuestión de vivir esta ahora mismo. Si, es muy fácil decirlo, no nos vamos a sentar a esperar la muerte, porque nada de esto tiene sentido, eso no lo creo, pero en algo si creo, y es que solo por creer que se hace lo justo, no necesariamente se está haciendo lo justo, debe haber algo mas, que afirme la justicia no por sus actos sino en su mismo ser, que es eterno. Así como una gota de agua es la prueba que el océano existe, así mismo el hombre es la prueba de que Dios existe. Digo yo creo en el amor, pero no en el amor por si mismo, sino en su principio divino, por amor estamos acá, Dios nos ama, vinimos a aprender a amar, el amor es la energía divina, la de la armonía, la belleza, la justicia, la caridad, la piedad, la compasión, la enseñanza, el amor viene de la gracia, de quien es amor en sí mismo, y Dios es amor. Bendito tú seas Dios, o por quien más podemos vivir, más que por realizar tu amor en esta vida, en este cuerpo humano que nos has dado, perfecto, y mortal. Si, Dios está en nosotros, a través de su Hijo. 

Escrituras apocalípticas.

Un recurrente efecto de la escritura y de la oratoria, es el de emplear tácticas enunciativas que pongan en falta al emisor hacia algo abstracto, superior y profundamente interno, hacer sentir el llamado, crear la estrategia de producción de la creencia, bajo un esquema de signos dispuesto de forma tal, que la única forma de leerlos es leyéndose así mismo, personalizando la señal. Más le vale a un religioso o a un científico ser reconocido como profeta que como escritor, la realidad objetiva solo causa influencia cuando la información se transforma en simbolismo. Para el religioso no solo es importante contar una historia, ni para el científico es suficiente con un diagnóstico de resultados, el sentido de los hechos develan un misterio, anuncian tendencias o marcan caminos para actuar, como narrando una historia que se vive en el mismo momento. Este poder es bien conocido por los sacerdotes y estudiosos de las sagradas escrituras, es el poder que establece una matriz de creencias, capaz de reproducirse y adaptarse al curso del tiempo. Para algunos lo apocalíptico no es más que un estilo literario, estimulante y fuertemente adictivo, pero para otros, la misma escritura es el objeto de la adivinación profética, porque mientras se hace, se puede llegar a sentir que no es la razón, ni el pensamiento de la persona la que lo hace, sino un espíritu que llega y profetiza. 

miércoles, 23 de julio de 2014

El fútbol.


Hace poco estaba chateando con mi papá, me comentó como van sus negocios, que las empanadas le quedaron deliciosas, que la tia Mary estaba malita y que mi hermano se fue de viaje y se va a casar. Después de todo eso me preguntó si había escuchado algo del jugador de fútbol Dairo Moreno quien fue transferido a un equipo de Tijuana. Dairo, como le decimos cariñosamente, es un brillantísimo delantero de Millonarios, goleador del torneo pasado e implacable olfato, zurda magistral y un caballero. Pero Dairo, no es mas que una palabra referente a algo más, a un universo que siempre circula entre los dos: el fútbol.
Es realmente estremecedor todo lo que me produce intercambiar con mi papa palabras de fútbol. Una extraña conmoción acompañada de gemidos absurdistas y maromas maniobristicas internas, un terror que debo enfrentar porque descubre lo poco que nos conocemos. Esa es la parte triste….. La buena es que si no existiera el fútbol no sabría cómo mas hacer feliz a mi papa. El fútbol es un intermediario, un primo de la familia, alguien conocidísimo, intimo, del cual tenemos que hablar… quien sabe pa que… si el fútbol es un negocio que mueve millones y millones de dólares para muy pocos. Y que los que si somos millones solo tenemos al fútbol como un objeto de consumo…se aparece hasta en la sopa, quiere gobernar hasta quien tiene derecho a vender elotes afuera de un estadio.
Muchas historias se pueden contar: Mi hermano una vez obtuvo un puesto de trabajo en una tienda de video en Londres gracias a que conocía algo de historia general del Manchester United. En el colegio ninguna niña se me arrimaba porque sentían en mí una desviada pulsión sexual por el fútbol. Mi función favorita dentro de un equipo de fútbol nunca fue jugar sino crear estrategias para enfrentar al rival…me gustaba el 3-5-2 con dos punteros de media cancha hacia arriba.
Soy un mal jugador de fútbol…cualquier delantero soñaría por enfrentarse contra un defensa como yo, se deleitaría con túneles, cabriolas, chalacas, media boleas, mamolas o cualquier otra figuriña…con un 99.9% de probabilidad de éxito… yo debo conformarme con un gran 0.1%, suficiente para creer que puedo detenerlo y hacer un pase coherente a mi compañero…o generar una jugada de peligro. El fútbol es una mata de frustraciones y enseñanzas profundas.
Son palabras solemnes.  Pero me quiero es disfrutar lo trascendental de algo tan elemental y estúpido como el fútbol. Manifestación artística, aparición fantasmagórica, cabala mística o simplemente una ideología de bárbaros sin mente, de esos que creemos que son los hinchas que van a un estadio….cualquier cosa es posible.
Primera axioma: El fútbol es una locución.
-Si señores espectacular juego el que nos trae hoy el Egol Cocacol en el Estadio Bicenenario Giordanno Voltieri…
-...y no es para menos Wilmar si tenemos a dos colosos de la historia del fútbol, clásico de clásicos: Chicken Futbol Club contra Las Ñañas Gonofotsiafotsias, el pronóstico es reservado compañero..
-Arranca el partido y estoy aquí narrándoles futbol una de las dos cosas que mas me gustan hacer en la vida.
Segundo Axioma: es para jugarlo.
Bien Andy, eso,... desmárquese por la punta derecha, métala al centro…. de cabeza….eso gooolaazo.
Tercer axioma: es una amenaza:
Referee, referee de la cancha no salís!
Cuarto axioma: Es teatro:
Driblar como aquel “Yovani” que sacaba de túneles a todos, para terminar con una caída simulada
Quinto axioma: Es literatura.
Un man leyendo un libro, lo termina, lo cierra y dice “que partidazo”.
Sexto axioma: es todo y nada.
Sin comentarios.

You re right Mr. David Graeber.

Si no me confundo, aunque seguramente si lo hago, para Graeber el problema moral del capitalismo está en que se nos ha enseñado, y estamos creyendo, que es natural, ha sido y será por siempre. Se tiende a equiparar al capitalismo como sinónimo de superación, de competir, de ley científica, de evolución, convirtiéndolo en una especie de dios o demonio, fuente de admiración y temor, mas alla de lo humano y que por eso es bobada resistir. Nos hemos creído muchos cuentos que nos dicen sobre sus orígenes históricos, que  es un producto netamente de occidente cuando no lo es ni lo ha sido.  Siento que Graeber trata de recordarnos que la historia es la historia de todos, y todos tomamos parte en ella, por explotados o explotadores, por privilegiados o reducidos.
El capitalismo se puede imaginar como un ataque de pistoleros del lejano Oeste, esta imagen contiene los elementos que explican la actitud capitalista: un propósito como ganar honor o dinero, un arma y una aventura. El problema del capitalismo es un asunto moral, no si es natural o no, o si se cuestiona su eficiencia como solucionador de las necesidades humanas. 
Cuando llegaron los caucheros a la amazonia lo hicieron de manera violenta, pero también llegaron con cosas, objetos, valores de uso, por medio de los cuales engancharon a los indígenas para convertirlos en sus deudores, luego en sus trabajadores, y en sus esclavos. Para Graeber, el origen del dinero está donde hay personas arrancadas de sus contextos,  detrás siempre hay alguien con un arma, un objetivo y algo de valor consigo, sea en su mente o en su bolsa,  lo importante es que todos crean que efectivamente está ahí.
Una actitud capitalista no es la única que nos gusta actuar, también somos románticos, seductores, violentos, encantadores, amados, odiados, de cualquier manera que pueda esto entenderse…entonces Graeber, buen parcero mío, pone la mula de una manera apasionante en ese puntito en que de repente el capitalismo aparece como el único dueño de la creatividad, de la imaginación, de la industria, de la transformación. You re right Mr. David Graeber.
Graeber también demuestra cuan ignorantes pueden ser aquellos que no ven el dinero como un asunto de fantasmas y apariciones de repente, de presdigitadores y de magos capaces de hacer creer que esta ahí, aunque no se sepa dónde. La reproducción del capital es una historia con muchos matices dibujada por colores diferentes.
Para Graeber el amor es una manera de hacer las cosas nicely and clean, el amor que se reproduce por medio del apoyo incondicional crea esas burbujas, esos pequeños comunismos que pueden llegar a gobernar el mundo y a ponerlo en pocas manos, generando esas burbujas de dinero especulativo, asi como las de jabón que en algún momento se revientan. Las burbujas de dinero especulativo son las que renacen y mueren en el juego de la economía global, con dineros que aparecen y desaparecen, como jugando a los espiritistas, quienes nos hacen ver ilusiones con imágenes, sonidos y movimiento a la vez.
El libro de Graeber estuvo padrísimo, me lo disfruté mucho porque echa el cuento de una manera sencilla y comprensible, nos permite a nosotros los desecuacionados de la mente entender las cosas en las dimensiones de la humanidad, en sus productos como conjunto, con la mismita responsabilidad de todos, sin que nadie venga a hacer distinciones de que no todos y todas somos humanos y humanas. Si no es asi, no nos queda otro remedio que vernos como una manada de gandayas.  ¿Que tal si nos enseñamos a otra cosa y nos hacernos pasito?
Y es aquí cuando me pongo en los zapatos de quienes juegan y juegan en el mundo financiero, de esos presdigitadores alquimistas de la actualidad conocedores de la economicología, como hacer para que se pongan al servicio de otro tipo de sistemas. Ya estoy escribiendo como mamerto evidentemente, repitiendo palabras sin saber.
Viene cayendo viene bajando, también se puede salir y tomar el solesillo para luego volver a este nuevo capítulo de Charlas con Pacheca.
  
  


lunes, 7 de julio de 2014

Sobre la timocratividad.

La magia de esta ciencilla está en la capacidad de sentir tras un lenguaje que decodifica lo invisible en idioma visible. Una herramienta muy poderosa y de búsqueda, de estudio, pero sobretodo de sentido. Un trampolín impredecible directico al mar de las infinitas posibilidades: el de la timocratividad.
Pero que es la timocratividad? Hace pocas clases aprendí que la timocracia es un concepto que existía por allá en Grecia, que lo usó Aristóteles y muchos otros seguramente. Era un gobierno donde supuestamente el poder era plural, repartido entre los más virtuosos. Quizá estos griegos pensaron que algún día tendríamos un presidente artista (algo así como Swashnegger) . ¿Quiénes son los más virtuosos en una sociedad? Saber eso no es tan difícil, lo difícil es que una persona virtuosa crea que lo es.
La política es más un oficio, que alguien tiene que hacer y ya, no importa que no sea un virtuoso para la música, o para la poesía, esas son historias detrás del cajón, importantes por supuesto, pero no para ejercer la política gubernamental. En un dominio timocrático se ejerce la timocratividad, pero si esta se corrompe se convierte en democratividad. Cuando la timocratividad se ejerce se está conjugando el verbo de timar. El timo es una glándula, alrededor está el centro energético del plexo solar, el que se encarga de recibir la transmisión para irradiarla en el resto del vídeo.

La timocratividad es seguramente una ciencia que se puede hacer práctica de algún modo, sino no se la hubiesen inventado. En muchos lugares se hacen intentos heroicos para que esto vuelva, constituyendo consejos de ancianos con funciones de gobierno y peso político en las decisiones, algo así como que para ser del congreso hay que ser por lo menos 60 años old. Mientras eso sucede, un timócrata verdadero, dispuesto a dar todo por su organización debe dedicarse al cultivo de la virtud como único afán a alcanzar en su vida, no hacer cosas tan pendejas como escribir manuales de timocratividad.
Pero la timocratividad no es un concepto que nace en el aire ni por arte de magia de un teórico de la posmodernidá…porque a este lo preceden los timos del recreo, la presentación de Aurelio Gallo, y mucho mas adelante el timito, pasándose luego por las huestes del guaimaron timador. En el centro del timo esta una mañana cuando en el hueco de los cigarrillos en el Colegio Refous me fue transmitida la información por William Lozano, un niño del colegio al que le gustaba el metal. El timo fue un universo absolutamente nuevo, todo lo que uno pensaba, imaginaba, creía, todo era un timo.
Patriarca de esta historia es aquella fábula sobre quien descubrió el maíz pira y la teoría de la letoquitidad, esa que se nos manifestó esa legendaria tarde en un bar cerca a la U de los andes observando al mismísimo Fiori actuar en sociedad…Algo grande comprendimos, recuerdo la sensación, aunque difícilmente recuerdo que fue, y que bautizamos como la noletoquitis.  Asi la recuerdo yo, el comienzo de otras majas aventuras que ya saben muy bien por los cuadernos de colores de las australasias.
En fin, la tía y Harold van a saltar en una pata cuando sepan esta noticia, la timocracia abre una ventana de esperanza en nuestra organización ASOTIMATA, célula revolucionaria y siempre presta para grandes misiones en latitudes inimaginables… en lo infinitamente desconocido. 

domingo, 6 de julio de 2014

De 0 a f(x+y).

Una ecuación, un resumen de una serie de procesos estaba a punto de plasmar en un papel, iba por trazar una recta entre 0 y f(x+y), estaba en la cocina de la que siempre fue mi casa en la ciudad de Chía, justo al lado del espacio que quedaba junto a la nevera blanca, cuando un papel empezó a caminar solito, una hoja tamaño carta cuadriculada, si, de esas mismas, y cuando se escondió detrás del cable de la nevera sentí que yo no estaba solo en ese lugar, sentí un poco de miedo, pero insistí en continuar con la ecuación. No podía pasar de 0, hasta f(x+y) sin saber dónde estaba x o donde estaba y, entonces tuve que retroceder hacer cálculos inútiles, hasta que me cansé, pasé por el cuarto de mi hermano, su luz estaba prendida, abrí la puerta para que se me quitara el miedo, pero la luz estaba apagada. 

Para que tanta educación si tenemos la navaja de MacGyver.

En una de tantas conferencias magistrales que dio en la Universidad de Mullumbimby, el profesor Aurelio Gallo dijo que el exceso de educación es perjudicial para el sano razonar. Pero como así? Le preguntó ese auditorio de inquietos estudiantes que pasan horas sentados tras una mesa, recibiendo la tan valiosa información que algún profesor les imparte. “Pues si, así es” prosiguió el maestro Aurelio Gallo, y no era para menos llegar a estas polémicas conclusiones cuando precisamente en el país donde se encontraba, el 1% del PIB era gastado en asuntos de investigación, posgrados y doctorados. “¿Cuáles son las razones para que un sistema educativo necesite tener una proporción importante de la población joven enrolada en procesos de educación superior?” Aurelio Gallo varias veces ha mostrado una cierta desconfianza hacia aquellos discursos que al unísono predican a la educación como el camino de salvación de la humanidad, como si todo se tratase de una esquizofrénica carrera por producir conocimiento y más control sobre todo lo que se conoce como vivo. “Retrograda medieval, nos quiere llevar a la época del oscurantismo otra vez!!!” le gritaba un entusiasta auditorio que ya veía al profe Gallo como un representante del retroceso de la ilustración. “Que hace un estudiante actual en un aula de clases la mayor parte del tiempo? Poner atención a su profesor activamente y participar constructivamente de la clase? Algunos si lo hacen”, decía Gallo, “pero la verdad es que desde que los salones de los posgrados son un punto wi fi, 4g, y no se que mas autopistas de la información, es poca la información que fluye y son más los cerebros que duermen viendo las ultimas noticias del facebu, o quien sabe qué otra cosa más. Si la información está toda en la red, ya no se necesitan maestros, si el saber está en la web, para que carajos pasar tanto tiempo en un salón?” Estas y muchas otras preguntas le hacia el maestro Gallo a su auditorio que poco a poco empezó a cogerle el chiste a lo que este controvertido personaje les traía, y como no iba a ser así?, si cuando lo decía ellos precisamente estaban poniendo “me gusta” a algún comentario venido por la red. “Vamos a demandar al Estado por exceso de educación” grito un activista de repente, tomándose muy a pecho estas nuevas ideas que llegaban a su revolucionario proceder. “No que no se trata de eso, no que no” decía el profe Gallo, “si tan solo la hora de estudiar fuera la hora de estudiar, si tan solo la hora de escuchar fuera la hora de escuchar, si tan solo la concentración volviera a ser esa navaja de MacGyver que todo lo hace comprender. Pero eso cada vez es más escaso, el mundo obnubila tanto los sentidos que los duerme tras tras la farándula personal y sus noticias, y su menú de la virtualidad. No soy viejo ni estoy cansado” replicó, “no me estoy despidiendo, y si vivo un día más, seguro tendré que ver más el internet, pero por favor, este es un grito de desesperación, de independencia ante ese herramienta que mucho lo puede, pero mucho lo frustra, para que el cerebro vuelva a pensar, para que hablar sea volver hablar”.

Del chatiamento como amenizador de la pachequidad.

Desnudo o vestido, amarra el corbatín y luego se pone el camisín, quien le dice que eso no es vestir? Madrugado o trasnochado, con algo o mucho de sueño sobre sus hombros se sienta el escritor a trabajar. Al frente una pantalla, un cuaderno o un papel, la materia prima no cambia, ni el resultado de lo que le pueda ocurrir. De repente y sin pensar, siempre prefiere dar un merodeo metodológico por las cosas del considere, para que todo lo que emplee en su nueva referencia no se quede sin lo que de verdad considere importante. Y así va calentando, navegando por los laberintos palabrísticos, sin aun decir nada que valga la pena, inspirado en ese tema de Gabo que hablaba sobre la falta de tema. Una anécdota para recordar? De donde la he de sacar? De la memoria de la fantasía, o de los estrechos lugares que por momentos se recorren y que a veces me pregunto porque estoy yo adentro de ello, como sino tuviese ni cinco de confianza en lo que pudiera hacer por mimismo, y tuviese la necesidad de pertenecer a una comunidad de voces para que avalen y digan si, a las cosas que se me ocurriesen. O que fuera más espectacular, que dijeran no y me rechasesiesen, por no tener estilo, por inventar palabras, por ir en contra de la gramática y porque no se a conoce nadie. Lo he intentado? Poco lo he intentado. O más bien, es poco lo que me reconozco a mi mismo a la hora de producir en literatura. Que palabra mas fea esa, producir, la maquina puesta hasta al servicio de quien escribe con retórica, de nada y para nadie, y aun así busca su industriosidad. Que tal levantarse todos los días a hacer esto, y que por eso algo llegue a la cuenta bancaria? Será mucho pedir, o es más bien presumir?. En fin, esta mañana vino acompañada de una biografía de Gabriel García Márquez, desde finales de los años 30 ya estaba él escribiendo y andando pa lado y lado, conociendo gente y compartiendo su verbalidad. Las herramientas de esa época eran escasas aunque ya harto lo desarrolladas, no me imagino como era escribir, a mano y luego en una imprenta. Hoy en día es más fácil, abro mi computador y ya lo tengo todo, tengo el internet con mucha información y se puede navegar hasta donde uno quiera y sin consultar a nadie de qué. Pero que desgracia es ver que todo eso también es nada, y aun peor, la muerte de la imaginación por estar pendiente de lo más banal que el Facebook pueda dar.  Ahí estamos, pero antes de despacharnos en impomperios ante la propia vagabundería de hacer uso de lo que nos gusta pero no nos gusta, recordemos ese arte verbal que el profesor Aurelio Gallo alguna vez mencionaba como chatiamento. El Chatiamento, es un género literario en el cual se producen actualmente la mayor cantidad de letras, pero poco es lo que se le reconoce como literatura de verdad. Cuenta Aurelio Gallo, que eso se le vino a la cabeza alguna vez que su amiga Chela le echo todo un rollo por el messenger sobre una trifulca con el ESMAD en el centro de Bogotá a propósito de la visita de GW Bush. Entonces fue tal el relato que se hizo de manera simple y sin adornos, con sinceridad y narrativa, que Aurelio lo tomó desde la ventana del Messenger, lo copió, borró sus anotaciones, y dejó solo las de chela, dando como resultado un Chatiamento con la chela, (http://pedelacruzn.blogspot.mx/2008/11/chatiamnto-con-la-chela.html). Quizá estas letras universales no fueron, ni serán revolucionarias. Este absurdo género, solo servía para perder el tiempo, y pasar sabrosas las horas de pachequidad en terrenos de la informática y las comunicaciones ilimitadas, para el profe Gallo, el chatiamento no podría ser revolucionario, hasta que estas letras no fueran escazas, mientras tanto serían únicamente una espécimen mas del amplio género de la chismografía.  

viernes, 9 de mayo de 2014

Volveremos, volveremos…



Volver a jugar al fútbol, correr detrás de un balón con toda la potencia que el cuerpo da, ser sacado de cuquita, con driblin por la izquierda, o por la derecha, que importa ser burlado una y otra vez, que el delantero la toma, y tiene todas las de ganar, pero que va, si no se trata de ganar, sino de poner buen pensamiento, con fuerza y recreación. Con una pantaloneta de flores, con la camiseta morada que Ivan se compró pero le quedo chiquita, tenis Nike recién comprados, recordando aquellas melodías de los pollos, de las ñañas, del quinto malo y profesores, las gambeticas de Pablo Jeangros que le hizo por doquier no a Aurelio Gallo, sino a este el escribiente. Todo delantero ha soñado enfrentarse a un defensa de mi talla, conmigo realizaban sus sueños de cabriolas, mamolas, juego del bobito, cuquita, taquito, caidita y la risita, para rematar con un balón cayendo justo en mis testículos. Muy bien la pase con el Falconi, el Jasso, el Toño, el Cesar, el Victor, y el pablo…, ya vio man que si se puede, que no se debe ser presumido, ni otras cosas que viniesen por caminos que no engrutan en el sabio entendimiento de lo que es vida, aun así imitándose, aun así, diciéndose, que la cosa sigue y viene andando, que se forma buena, y que promete tener color. 

La varianza del tren submarino.



Las mañanas traen mucha luz, cuando se trata de entender, y aunque no sea la mejor hora para invocar, si lo es para encender. Como así? Aurelio Gallo dice que cuando se madruga tempranitico en la mañana se combate la pereza, y esto es bueno, no por lo productivo que se pueda ser, sino por amoldar al considere somniferico una pizca de inquietud, y de ver en sueños lo que en la mañana se resuelve, por ejemplo anoche soñaba yo con un tren, que a principio de siglos era usado para viajar entre Estados Unidos y Colombia, y que además viajaba por el fondo del agua, como hacían para respirar? Me pregunté en el sueño. En esas abrí el ojo, eran las 4 30 am, me desperté inquieto queriendo comprender como los pobladores de esa época viajaban en un tren por el fondo del mar, me levanté y repase las lecciones de estadística que el profe Hugo nos ha dado en estos días, analice medias, varianzas, de muestras independientes, como esperando comprender por ahí como es que hacia ese tren, pero no llegaba, no, no lo hacía, ya estaba despierto, y la racionalidad numérica no me ayudaba, entonces fue cuando mejor preferí no buscar más y dejar que solito se encuentre la respuesta a través del suceder de las letras que no tienen ninguna racionalidad. Pruebo esto, pruebo lo otro, pero en los sueños todo es posible, ahi no hay intervalo de confianza, ni desconfianza, hay solo esto, que se conoce como la mismísima veracidad del decir y de lo que en un puff, entre el pienso y hago, que suaquete que sucede, y el tren viaja por el agua y ya está, y como es además posible, que a principio del siglo XX había en Colombia un tren que hacia eso, y ahora ni un tren hay, eso es una insensatez. 

jueves, 8 de mayo de 2014

Cuantos pelos tengo en la cabeza.

Que siga sucediendo,
que consiga acaeciendo,
que mientras hagome chicote
el asombro nuevamente
saca su chipote.

Freido en aceite caliente,
al baño de maría
o con cocinado con agüita
lo siento venir
siento su sabor
del sueño prometido
de la fe en el creador.

De esta obra de arte,
de este videíto
de este paseíto
no hay que molestarse
ni sentirse culpable,
mucho menos reprimirse
o deprimirse por ocultarse,
si ante dios no hay nada oculto
él sabe cuantos pelos tengo en la cabeza,
sabe cual es el remedio. 

Parar

Parar,
que si hace crash,
es mejor parar.
Tomar un aire,
porque hace falta aire…

Lo que es idea
y lo que no es ni siquiera idea,
lo que es palabra
o lo que no se puede decir,
ni se puede escribir,
ni se puede hacer.

Parar,
es mejor parar antes de seguir,
con lo que no se esta seguro si se quiere decir,
si las reglas de la gramática hagan añicos la imaginación,
capaz de hacer la proeza,
cuando es el corazón
y no con la pereza.

De lo contrario es engaño, es disimular,
y eso si que no, eso si que no,
porque se trata de manifestar
una mente tranquila y creativa
capaz de no solo imaginar y sonreír,
sino capaz de sufrir y construir.

Es el ejemplo,
la enseñanza del guerrero
del que es valiente y decidido,
no teme al que dirán
Y se expresa con honestidad.

Parar,
se puede seguir,
con el permiso de la verdad,
es mejor parar,
ver a los  dos lados de la vía,
tomar la imagen de la gracia
y hacerlo sonreír,
emerger desde adentro,
donde se siente con entrega.

Agradecer, y agradecer,
porque esto es un regalo
y es conmigo,
me hablas de cerca al oído
y guías mis destinos.

Encuentro subito.

En la llanura distante y frígida, en el atisbo inalcanzable del paisaje circundante, en el cubículo de un instituto llamado ECOSUR, pegándole al teclado, siempre buscando, lo que no sea lo enojado, fue entonces cuando salí y regrese, el cielo se nublaba, y en estas cosas me quedaría, sino fuese por el encuentro de aquel día, con el ángel de la virgen maría y la angélica luz que la envolvía…., jocosamente hiciose y de repente un fuerte remesón el corazón arremetía, con la única furia que el océano puede pegar, con el único ahínco que el fuego de las islas puede aquí evocar, como quien por un momento siente que lo mejor está por suceder, aunque ya este perfecto…. 

Pensamientos de Aurelio Gallo después de su enfrentamiento con los científicos piratas.


En una de las pocas aventuras que se puede dar cuenta de la vida de Aurelio Gallo, se cuentan un par de esas en que con alguna malicia, no exenta de menesterosidad, se enfrentó a una tanda de rufianes que defendían unos puntos de vista ajenos a su razonar. Se piensa que no fue justo por parte de Aurelio Gallo operar de la misma manera, pero mucho a él lo embejuca que no se trate con humanidad al ente investigativo, sino como a una computadora a la que se le hace click para que saque resultados, para que diga cosas, y trate con problemas, como si eso en algo le importara a quienes de cerca viven el problema. Pero es que resultase que Aurelio Gallo era más un alquimista que un químico vermicular, prefería este las artes sensoriales y de la experiencia, que lo que en muchas reglas de la lógica y la experimentación se busca formalizar. Como presidente en pleno del Escuadrón General de la Revolución de la Recocha, algunas medidas de facto se tomaron en contra de los piratas que buscaban convencer a un noble auditorio de lo que para ellos era el sano razonar, y forma de administrar las vicisitudes de la vida, olvidándose de la dignidad, olvidándose de lo dulce, en un ritual cruel donde se busca acabar con el expositor. Vendrían batallas quizá más crueles, que de pronto lo sacarían de las ropas y retaría a duelo a los tiranos bucaneros, desenfundaría su ambil mágico, para hechizar y corregir, sin ningún pomperio, con poco de improperios, porque así el corazón arda con la furia, así se quiera cambiar todo de una vez, eso no es así, ni va a suceder, pero hay que tener fe en que las cosas puedan cambiar, y trabajar con inteligencia y corazón en el dia a da de la vida, poniendo mas atención a las cosas importantes, restándole importancia a las informaciones que deben capturar otros pero no el profesor, el profesor Aurelio Gallo, fino maniobrador a la hora del recreo, conjurador de las cosas del destino, para que este sea, así sea, un poquito más lo divertido. Preguntábase muchas cosas, en las iniciaciones alquímicas de la estadística compleja, preguntábase eso pa que servía y si tal conocimiento era el que buscaban realmente los llamados estadistas, pero aun así dudaba, desconfiaba de la veracidad de la información, por no ser simple ni venida del lenguaje común, y aun haciendo un llamado a lo complejo, solo podría encontrar sentido cuando de divertir el sieso se tratase, y de comprender que la única estadística que le debía interesar, era aquellas que era alquimia, que tenía poder, y chance de transformar. Acordose entonces de todos los científicos, de aquellos que pasaron por la tierra y dejaron descubrimientos implacables, su bronca no era con ellos, sino con los impostores que con soberbia disimulaban seguir a tan grandes sabios. Un Einstein, un Lamarck o un Pasteur quizá no fueron solo reconocidos por sus conocimientos científicos, sino por ser personas con mas que una pizca de corazón. En estas y otras conjeturas se encontraba Aurelio Gallo, afinando la paciencia, mordiéndose la lengua, consintiendo el fuego eterno que en el corazón y la verdad se encendía, mesurando un poco la actuación para no ocasionar la afectación, esa que hace ver la escena, como un acto impostado y fastidioso, y que se acrecienta de mucha manera cuando la maniobra se adhiere al fino razonar.