domingo, 20 de noviembre de 2011

Del Cuaderno rojo de las australasias


Guerrero  . . . .      Luna Planetaria 11.    14/04/08
Hace muchos días me pregunto acerca de la honestidad o sentido que pongo en mi escritura, a veces siento que no estoy siendo abierto con mi propia conciencia y algunas cosas se quedan por ahí, levitando en el extraño ciclo de la confusión que se produce cuando el camino obliga a romper con el ego y mostrarse tal como se es. Dejar derramar palabras venidas de lugares mas allá de mi propia percepción parece, a simple vista, la desnudez total del alma y el libre fluido de la energía, así es, aunque no se sienta como tal, entonces estará mejor si expongo mis propios demonios y rompo con el miedo del ser. Acepto mi presentación social como honesta y verdadera, lo que no se me puede pasar es el decirme a mí mismo que es lo que trae a colación tanto juego de palabras que más parece confundir que propiamente ayudar, pues bien, nunca es tarde para empezar y aceptar que este camino de escritor no solo requiere de ganas y una apasionada conexión con la vida, a veces podemos parecer duros con nosotros mismos, y está bien, creo yo, solo cuando la confrontación con los propios valores sagrados y no sagrados de nuestro propio ser da la libertad y harmonía a cada uno de los días de nuestra existencia. Ser honesto con la vida no significa seguir la voz que lo juzga todo en uno, ni seguir la voz que lo adula todo en uno, siempre hay algo mas verdadero en que podemos confiar y con lo cual es posible la navegación segura por cualquier mar, y como diría un escritor que por ahí leí: esa libertad no está donde un cuento, bonito o no, guía los destinos del alma y el cuerpo, en estos tiempos es mas así, aunque también se presente en su opuesto.
Yo, Pablo, tengo miedos que aun me hacen punzada en el centro del pecho, oigo voces que valoran en forma inmediata el presente, tengo fugaz de energía que disipan las conexiones de mi existencia, a veces siento que la estoy cagando en la vida y que la película se viene oscura, si, eso pasa por mi cabeza, como también me imagino que yo voy a salvar el mundo, o por lo menos a Colombia, de que? No se, para mi salvar es liberar y punto Creo a veces ser un comediante, un productor artístico en medio de la invisibilidad de su existencia, imagino ser un gran escritor que cambiara los destinos del universo, imagino tener una familia y viajar por el mundo. Que es real en todo esto? No se, son voces que oigo y que le pido a Dios que las feas sean simples escenarios negativos que existen para impulsar una vida positiva y real, donde la paz, la tranquilidad y el ritmo natural marquen el paso de la vida humana.
Escribir honestamente es no esperar nada de lo que uno escribe, ni siquiera que algún dia se va a leer, escribir honestamente es tener siempre la esperanza que nuestras letras expresan sin miedo la verdad que tenemos dentro, escribir honestamente significa reconocerse como una energía irrepetible parte de un Todo.
Los días pasan y mas cuadernos se llenan, mientras el mundo afuera se mueve por todos los flancos, tengo 27 años, y he decidido refugiarme en un universo más simple, este universo en el que vivo no me exige ser un hombre de negocios o un revolucionario, esta vida simple me exige ofrecer un tinto o una copa de te a todo quien visite el castillo de Mullumbimby, este universo tan elemental no requiere de una pulcra presentación cotidiana ni de una rebelde y desharrapada presencia, no, las masas planetarias aquí tienen sus ciclos y un ritmo natural, las cosas se ven tal como Dios las puso en el mundo, y los hombres las valoramos, aquí el punto no esta en ver la vida pasar ni salir gritando que el mundo se lo llevaron los malos, este básico espacio no pretende nada, se transforma en todo y otra vez se va hacia la nada, en esta casa hay un piano, se oye música, se rayan los discos y hay también cortos circuitos mentales, esta casa no es otro planeta diferente, es tan solo un pedacito del mismo planeta a donde sucede todo lo diferente. Aquí no hay hippies, extranjeros, o escogidos, la gente que viene aquí es exactamente igual a las que están en la ciudad, manejando un automóvil o comiendo helado en un centro comercial.
Que puede ser eso que lo aleja a uno de sentir que se está siendo honesto con la vida, cual es la certeza que lo lleva a uno a acertar en las propias verdades, como se moverán todas esas cosas de las conexiones creativas de la energía, es tanto lo que siento que se me abre tanto el apetito de volar como superman y hacer milagros como Jesús, luego se invierte la escena y me muestra con crudeza lo lejos que estoy de mi propia fantasía. Por ejemplo ahora empieza a llover y tengo la ropa afuera que disque secándose y lo que está pasando es que se está mojando, la contradicción se presenta entre mi fantasía de tener la ropa seca y el hecho que demuestra estar pasando todo lo contrario, recuerdo que en la Universidad Nacional la profesora Clemencia echaba el cuento de un profe que se chifló viendo las contradicciones del materialismo histórico en Marx y la lógica dialéctica de Hegel, como todo loco, lo que estaba viendo era la verdad, y pues no se para que sirva descubrir eso pero lo descubrí, y mas que contarlo me interesa es encausarlo energéticamente para la construcción de un lugar. Mi mente se escapa y enfrenta a demonios y hacen vibrar las pulsaciones del esfero hacia el papel, (nótese el cambio de letra) pues hay un algo que mi conciencia nombra como poder…inmediatamente sale en mi una sonrisa de dictador Nazi, o una exagerada timidez para afrontar esa cosa que no se que es, y lo llaman poder. Morderá? De qué color será? Se ríe? Quién sabe, pero seguramente la vida me podrá nutrir de un conocimiento experiencial…ahora tengo cara de serio y mi mente está en una canción que dice crazy mientras mi conciencia le dice a los otros manes que escribir requiere ser un poco crazy, y aquí está la contradicción que me ayudara a concebir de manera calmada y sin procesiones mentales como trabaja eso del poder y la locura, antes de ir a cometer una locura como la de Hitler o la de Bush, o cualquiera de esos huevones.
Para que pretender tener dinero cuando no se está seguro de querer tenerlo, para que pretender no tener nada cuando en algo me gusta tener alguito, para que inventar cuentos de hombres y mujeres que se disputan entre si, para que intentar pretender hacer lo que aun esta por aprender hacer, acá no existe el hacer mal, porque inclusive es experiencia, aquí no sirve quejarse y quejarse por un cuento que algún día nos creímos. Cada día que pasa sin hacer la Mozzarella es un fulminoso dolor que me enseña de la vida, me duele la impotencia de no hacerlo posible, que ocurra sin tener que fumigar un discurso de pretensionalidad, en mi sueño todo pasa hermoso sin que necesariamente yo lo vea hermoso, hay se aceptan y toleran las punzadas de los egos que se encuentran para realizarlo…y palabras mas, o menos, amanecerá y veremos siempre los rayos de un nuevo sol.