viernes, 17 de mayo de 2013

Creencias naturales de una naturaleza desnaturalizada.



¿Quién sabe si antes de concluir el presente siglo
la sabiduría popular habrá inventado este nuevo proverbio:
“Tan increíblemente crédulo como un científico”.
H. Blavatski.

Así como el agua es invisible al pez porque nunca ha visto nada diferente, así mismo se podría creer que nuestras creencias permanecen invisibles a nuestros sentidos. La creencia puede tomarse como algo que es necesariamente real para una sociedad. Pero la relación del creer no es propiamente una relación naturalizada, y así como la observación es a la razón, la experiencia es a la creencia. Es difícil separar a la creencia y a la razón, cualquier distinción solo podría quedarse en un plano analítico apto para el sociólogo o el antropólogo, porque en la realidad, a pesar de que la educación y la religión lo han separado en la sociedad, son parte del proceso de la experiencia, y por ende, del conocimiento.

A diferencia del pez que sale del agua y no tiene más camino que la muerte, los seres humanos podemos experimentar un extrañamiento hacia lo que consideramos más obvio. Para muchos resultara natural creer que el ser humano es un producto de un proceso de evolución del homo sapiens, pero seguramente en otros tiempos, cuando la teoría evolutiva no había surgido, para muchos resultaba obvio creer que el ser humano había sido creado por Dios. ¿Qué es lo natural entonces? Nos tropezamos entonces con una diferencia entre lo que se pueda entender como natural desde la ecología, a lo que la antropología nos pueda aportar. En ambos casos podemos resbalar en un esencialismo que solo puede ver lo natural en el funcionamiento de la naturaleza prístina, o en un relativismo, que entiende lo natural como algo cultural.

Pero la pregunta sigue su curso, y no se detiene ante las trampas del análisis, porque la misma experiencia nos asegura que lo vivo es natural, sea humano o no, pero la razón también nos recuerda que algo hay de natural en el ser humano que no lo es en las plantas y animales. “Miren a los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen graneros ni despensas, y Dios los alimenta”[1]. Es entonces cuando la creación de Dios en las plantas y animales es tan perfecta que es posible sentirlo, un efecto de comunión natural. En la conciencia la naturaleza se transforma en pensamiento, se puede observar, cuidar, apreciar, transformar, aprovechar, se le puede rezar como una deidad.

La crisis ecológica actual viene llevando a la naturaleza en un proceso creciente de desnaturalización. Los procesos de escisión y recomposición natural de la postmodernidad ha revaluado el esencialismo de la ecología, mostrando una naturaleza nueva, o mas bien a las naturalezas. Ulrich Beck (1999; p. 72), de una manera poética lo expresa del siguiente modo: “la propia naturaleza no es naturaleza: es un concepto, una norma, un recuerdo, una utopía, un plan alternativo. Hoy más que nunca. La naturaleza está siendo redescubierta, mimada, en un momento en el que ya no existe”. Aquí Beck nos recuerda a esa naturaleza “ecológica” donde el ser humano no cabe en las relaciones, que choca con esa naturaleza del ambientalismo, politizada, cuantificable y sacralizable.

El pensamiento premoderno analizaba a la cultura humana como esencias inmutables, esta visión, fuertemente enraizada en el pensamiento etnológico del siglo XIX relaciono el determinismo genético y geográfico con la psicología. También ha sido fuente de inspiración de muchas historias. Tarzán, la representación de un hombre blanco que crece en la selva y aprende a dominarla mejor que los propios nativos, sigue conservando su aire puritano, propio de los valores “civilizados”, en oposición a los “salvajes”. Para Tarzan la selva es su medio natural, pasa de liana en liana por los arboles, es amigo de los leones y las serpientes, pero si fuera llevado a Londres, seguramente aprendería a comportarse como un gentleman.

Para esta figura cinematográfica, la selva puede ser un medio tan natural como lo puede ser la gran ciudad para un corredor de bolsa. Pero estos no son mas que malos ejemplos sacados de la imaginación estereotípica, una construcción imaginaria que muchas veces se transforma en realidad cuando se trata de confrontar y definir conflictos asociados a la naturaleza. La pregunta por la realidad aquí puede ser transpuesta a qué es lo natural. Si entendemos la naturaleza como una construcción social, como una creación divina, o como un proceso de la evolución seguramente llegaríamos a resultados diferentes, así no exista diferencia en que todos habitamos el mismo planeta.

Las discusiones epistemológicas sobre la relación del hombre con el medio natural son tan antiguas que se pueden ubicar desde los orígenes de la filosofía misma. Por años, la academia y en especial los humanistas, han establecido un dialogo profundo con las ciencias naturales para encontrar un campo de definiciones que no se sienta tan frio y cojo como el propuesto por la “tecno-ciencia”, o  inestable y movedizo como el que tan pomposamente se presenta desde la transdisciplinariedad de las ciencias. Estas discusiones, aunque ponen de manifiesto preguntas tan importantes como las consecuencias ideológicas derivadas de la separación del alma y el cuerpo, no han hecho mucho para resolverlo.

El racionalismo científico, radicalmente cartesiano y metódico, a pesar de haber desarrollado una instrumentalidad capaz de develar la estructura fisiológica o genética de los organismos, aun se mantiene tímido a la hora de dar crédito a “las causas primeras” que tomaron los pensadores neoplatónicos y alquimistas como punto de partida de estructuración de la naturaleza, esta separación, por algún motivo terminó alimentando la idea de un “mundo espiritual”, de las mónadas, o de los elementales, como un terreno caprichoso y subjetivo, donde cada quien ve lo que quiere ver. Por su parte, el humanismo ha quedado entre la espada y la pared de la ciencia moderna y los saberes “periféricos”, y por no perder su legitimidad se han rehusado a tratar como iguales a las ciencias mágico-espirituales, y se han aferrado mas a un tibio fenomenalismo, que apenas disimula lo que tiene de materialismo.

Hélène Artaud, en su investigación sobre la sacralidad del mar para la comunidad musulmana Imrâgen de Mauritania, analizando la ritualidad y la manera de apropiación de estos a través de la pesca, encuentra que el “secreto del mar” ocupa sin dudas el corazón de la dialéctica entre el mar y lo sagrado. Sin embargo, como cuando se presenta un fenómeno inexplicable, asume la limitación de su ciencia:

Le caractère paradoxal d’une recherche sur le « secret » a naturellement stimulé diverses difficultés, d’ordre éthique et méthodologique. Défini par son caractère caché, non-dévoilé et non-dévoilable, le secret n’offrait qu’un seul traitement méthodologique possible : celui de la phénoménologie. Il n’a donc pas été question de savoir ce qu’est ce « secret de la mer », mais comment il se manifeste, se raconte, se transmet… 

Para muchos etnólogos el registro del fenómeno constituye un momento de grandes confrontaciones, la Sociología Reflexiva de Bourdieu (2005; Pág. 119), asume que “la coincidencia entre las estructuras objetivas y las estructuras encarnadas que crea la ilusión de comprensión espontánea es un caso particular de la relación con el mundo, vale decir la relación originaria.” Por su parte, la etnometodología de Garfinkel parte de la base de reconocer las limitaciones del observador cuando describe el fenómeno social: “hay un sesgo intelectualista inherente a la posición del científico social que observa desde afuera un universo en el que no está inmediatamente involucrado.” (Bourdieu y  Wacquant  citando a Garfinkel; pag. 119)

La fenomenología siempre ha tenido que vérselas con el positivismo, pues la experiencia siempre ha sido un terreno problemático de describir y transmitir. Muchas etnografías describen y estructuran las cosmogonías de muchas comunidades indígenas de una manera tal que todo lo que van a describir aplica solo para sus estudiados. “Para los indígenas…”; “Segun los Desana…” y llenan paginas con informacion sorprendente, que para cualquier adepto no puede ser tomado como un conocimiento puramente subjetivo, sino como una parte integral de una Gran Ciencia Universal.

La investigación botánica y antropológica está llena de estos sucesos, y aunque los primeros científicos fueron adeptos, herméticos, poseedores de “secretos”, la materialización de la ciencia llevó a crear una barrera enorme entre la ciencia experimental y lo que desde el esoterismo se conoce como filosofía hermética. En muchas comunidades indígenas del amazonas, el investigador científico es visto con recelo, por un lado representa un cazador de saberes, presto a lucrarse a consta del saber tradicional, pero por otro lado es visto como un niño, que no comprende que el verdadero secreto de una planta, no está en sus componentes químicos, físicos o genéticos, sino como dicen ellos: “es en la oración que se pone”.  

Lo que desde las ciencias humanas se conoce como el poder simbólico del mito, es para muchos indígenas de la amazonia una realidad tan científica como lo puede ser la ley de la gravedad. Esta manera de referirse a las ciencias mágicas chamánicas, es el resultado de una sociedad que ha dejado como “cuentos de hadas” lo que para los antepasados era lo mas natural. La fantasía, es un terreno construido para la sugestión de los niños, desplazando el significado hacia lo inconsciente, porque a medida que va creciendo se le va enseñando a discernir lo que es la realidad de lo que no, es introducido en un mundo racionalizado, escindido, es prevenido a no creer lo que los ojos no pueden ver. 

Los dilemas de la observación, llevo que a principios del siglo XX en Inglaterra y Europa en general, se viviera una intensa discusión entre espiritistas, religiosos y científicos. En esa época, con el nacimiento del psicoanálisis y el auge de las comunidades herméticas, existió un furor entorno a lo inconsciente, a lo secreto. Eran muy comunes las sesiones espiritistas. Científicos, místicos, y religiosos desencadenaron una interesante discusión sobre la naturaleza y la veracidad de los fenómenos. Helena Blavatsky, en su serie de libros sobre Isis sin Velo, relata cómo se vivían esas luchas de argumentos en torno a si el movimiento de la mesa que súbitamente giraba en medio de los curiosos asistentes, era un artificio de ilusiones calculado fríamente por los mediums, o si tal fenómeno “sobrenatural”, era tan verídico como la ley de la gravedad. Según Blavatsky:

“Muchos científicos han reconocido la autenticidad de fenómenos en apariencia sobrenaturales, porque como el citado caso de levitación, contrarían la ley de la gravedad; pero al investigarlos, se enredaron en inextricables dificultades por su desgraciado intento de darles explicación con hipótesis basadas en las leyes conocidas de la naturaleza”. (Pág. 65)

Quiero llamar la atención sobre este aspecto porque es solo un ejemplo de los desacuerdos axiológicos que pueden existir en cuanto a definir lo “natural”. Si una comunidad indígena que lucha por proteger un bosque argumentara ante una entidad que no puede llevar a cabo un proyecto minero porque estaría afectando a las hadas, duendes y elementales que viven en el bosque, fácilmente se les podría tachar de locos o supersticiosos. El problema radica cuando la existencia de esos seres puede demostrarse, pero para eso, se necesitaría contemplar unas estrictas reglas, ser un “iniciaciado”, un aprendiz de brujo, un filósofo hermético o un elegido. ¿De cuándo acá, dirían los científicos, las demostraciones científicas son una cuestión de “elegidos”?

A la par que el mundo pareciese estar asistiendo a un reencantamiento de la naturaleza, así mismo no falta quienes temen un regreso a los nichos oscuros del Medioevo, a donde una casta sacerdotal y religiosa abarcaba todas las dimensiones explicativas con respecto al mundo y al universo. El desarrollo del esoterismo, se ha generado en las fronteras de la ciencia y la religión, su evolución ha estado marcada por una potente insinuación hacia la vinculación espiritual con la vida práctica, historia que ha estado llena de exageraciones, pero de algún modo se ha tomado en serio la construcción de una ciencia que no separe el Plano físico del Plano Astral.

La reproducción del paradigma científico ha sido un largo proceso de secularización, aunque paradójicamente, la crisis ecológica del mundo actual ha volcado la mirada de pensadores y nuevos científicos a donde todo empezó, a lugares donde quizá muchos saberes de culturas aborígenes e indígenas no han dejado de mirar, me refiero aquí al mundo de las animas, de los espíritus, al éter, a lo invisible, al plano astral. El marcado tono revelacionista con el cual la humanidad ha recibido el siglo XXI, ya muestra resultados sorprendentes. El mundo invisible, los seres espirituales, las profecías escatológicas, empiezan a ser tomadas más en serio por los escépticos, y asoman como una fuerza que el mismo materialismo se encargó de echar en el canasto de las supersticiones.

Los tiempos están cambiando, y como producto del mismo desencanto producido por la revolución tecnológica, se esta asistiendo a una necesidad de encontrar lo perdido. Lo que Patricia Noguera (2004 , p. 22) describe como un reencantamiento del mundo, en “que la voz misteriosa del mundo como vida, como ser en despliegue, como perpetua aurora y crepúsculo, pueda ser escuchada”. Lo describe como un proceso a dejar de lado los esquemas rígidos de la ciencia, en un intento parecido como el que se empezó a vivir tras el renacimiento, cuando se desplazaron los centros de sentido que las instituciones religiosas monopolizaron durante años.

Llama la atención el auge con el que emergen los nuevos movimientos comunitarios, entre los cuales se busca un sentido de pertenencia a través de una nueva espiritualidad, una recomposición identitaria, o una salvación ecológica. Fenómenos como la permeación creciente del espiritualismo oriental en occidente, y las expresiones ascéticas comunitarias del cristianismo primitivo, representados en movimientos rurales, a donde la naturaleza mantiene su referente de pureza. El siglo XXI, no solo representa un nuevo milenio en el calendario gregoriano, también se habla del comienzo de la edad de Acuario, del fin de un ciclo de 5132 años según el calendario Maya, del fin de la Historia y el comienzo de la Posthistoria, donde se han abierto espacios para la circulación, intercambio, renovación y nuevas elecciones de creencias.

En todo esto lo social parece seguir decidido a descubrirle todas las mixturas posibles a los valores, y busca afanosamente una nueva forma de ser reconocido, en un contexto a donde se promueven nuevos creeres y se transforma la identidad. Lo que en palabras de la socióloga francesa Danièle Hervieu–Léger (2012), se puede ver como una emergencia en la que la religiosidad individual “permite a los individuos (independientes con relación a los grandes sistemas religiosos instituidos), ir al contrario y producir pequeños sistemas de creencias que los deja reunir, organizar y darle sentido a sus experiencias personales (…)”.

Se dice que en los barrios de Ciudad de México hay un curandero en cada cuadra, y lo que para las frías estadísticas podría ser una elección debida a las condiciones de pobreza e ignorancia, para muchos que prefieren al “brujo” puede ser una decisión racional, a plena conciencia, porque así ha sido comprobado, y además vivido durante años. Si durante la primera década del siglo XX al amazonas solo llegaban unos pocos viajeros, el siglo XXI muestra una amazonia accesible al turismo y al viajero, a donde muchos europeos llegan buscando experiencias extáticas como el yagé, buscando en la naturaleza y en lo diferente una sensación de conexión con la Unidad. El campo de las creencias se ha revuelto tanto que ya es imposible hablar de civilización occidental sin los muchos matices que esto pueda tener, y al igual que las culturas aborígenes e indígenas que fueron asimilándose y adaptándose a nuevos esquemas de valores traídos por el colonialismo, así mismo los territorios del racionalismo científico vienen siendo también colonizados por otro tipo de saberes que cuestionan profundamente la raíz de la ciencia moderna, como incapaz de explicar las causas primeras de los mismos fenómenos que estos investigan.

En algún punto de la historia la ciencia decidió divorciarse de la teología, eso aceleró por un lado el desarrollo tecnológico y las fuerzas productivas, pero por otro lado provocó un divorcio en cuanto a la explicación de los fenómenos físicos y naturales por causas mágicas-espirituales. El auge del monoteísmo, y la influencia del protestantismo solo podían adjudicar a Dios la posibilidad de hacer milagros, mientras los humanos tendrían que vivir en el completo renunciamiento a las creencias mágicas, y por consiguiente, en la desespiritualización de la naturaleza.

Las ciencias naturales, en su rol de descubrimiento y manipulación de las leyes físicas de la naturaleza han construido barreras entre lo que se concibe como lo natural y lo espiritual, dejando de lado lo eterno y la voluntad, por lo que se conoce como tiempo y adaptación. La naturaleza creada por un Ser Superior se reemplaza como el producto de una constante evolución en el tiempo y en el espacio, adjudicándole características a los seres vivos adquiridas por adaptaciones ocurridas en millones de años. Darwin en su libro el “Origen de las especies” lo presenta de la siguiente manera:

“Estamos convencidos de que las especies no son inmutables, sino que las pertenecientes a los llamados géneros descienden en línea recta de algunas otras especies ya totalmente extinguidas, de análoga manera que las variedades reconocidas de cualquier especie son descendientes de esa especie. Aun más; no dudamos que la selección natural ha sido el más importante, sino el exclusivo medio de modificación.” (Pág. 15)
La teoría de la evolución permeo de manera vertiginosa el desarrollo posterior de la sociedad. Cuando esta se erigió como el paradigma más importante se le clavó la estocada final a las enseñanzas creacionistas que hasta en ese momento influían en la escena educativa de las universidades. Sin embargo, para algunos estudiosos, el auge de la teoría de la evolución fue la justificación perfecta para ensalzar esa sociedad que ya asomaba con fuerza en Europa y Estados Unidos en el siglo XVIII, cuando la revolución industrial, y las ideas liberales de la economía, privilegiaron el desarrollo del capitalismo, y las teorías de Adam Smith. Dejando sentadas las bases ideológicas para la extensión del dominio occidental.

Otras voces se escucharon también cuando la teoría de la evolución le caía como anillo al dedo a quienes buscaban escapar del dogmatismo religioso. Las llamadas sociedades secretas, a donde se discutían cuestiones científicas, esotéricas y teológicas, fueron grupos frecuentados también por quienes defendían la ciencia como el conocimiento de la verdad. En estos círculos también se generó una respuesta a los supuestos del paradigma evolutivo. Para Helena Blavatski, fundadora de la sociedad Teosófica, la evolución era demostrable solo si se le entiende como una evolución espiritual, la cual se puede sustentar sobre muchas analogías de cosmogonías y creencias de los antiguos.

Si a cuantos creemos en la evolución del espíritu, tan firmemente como los materialistas en la de la materia, se nos acusa de sostener “hipótesis indemostrables”, bien podemos echar en cara a los acusadores que, según ellos mismos confiesa, su teoría de la evolución física no está demostrada y tal vez sea indemostrable. Nosotros podemos por lo menos inferir pruebas de los mitos cosmogónicos cuya pasmosa antigüedad reconocen filólogos y arqueólogos, mientras que nuestros adversarios en nada pueden apoyarse (…)”. (Pág. 80)
Para los movimientos teosóficos, la ciencia moderna y las religiones abandonaron la búsqueda de la verdad en aras de sostenerse como una institución al servicio del poder. Lo más grave de esto según los teósofos, es que así como los antiguos geógrafos llenaban las márgenes de los mapas con desconocidas figuras, advirtiendo que mas allá solo habían fieras y terrenos infranqueables, así mismo la ciencia y la religión han caído en una carrera por ridiculizar a su contrario. Como advirtiendo a sus fieles no ir “más allá”, porque podrían ser presas del engaño de la superstición, o la tentación del maligno.

Las llamadas sociedades secretas, han sido el opio de muchos curiosos, quienes han tratado de demostrar por todos los medios como estos grupos han influido en las esferas más altas de poder. Pero quizá, lo que no se ha analizado, es como estas sociedades, así como muchas comunidades cerradas religiosas o místicas, han constituido síntomas de una crisis de sentido sobre la finalidad misma de la vida. El sentirse elegido es un síntoma necesario para emprender el éxodo hacia el cumplimiento de una misión divina, buscar la salvación, en la obra o en la fe. “Pero no hay nada nuevo bajo el sol” dice el Eclesiastés, y lo que la literatura mágico científica mitifico como algo inalcanzable para muchos, ahora es develado sin restricción al mundo entero. Los libros Apócrifos de la Biblia, prohibidos antes o secretos, ahora están en internet; las formulas alquímicas para convertir el plomo en oro también están al alcance de quien las busque (¿Quién las entiende?); la planta del yagé se ofrece abiertamente a todo quien pague por ello; los grandes gurus del budismo escriben libros que se venden como pan caliente, revelando el camino a la iluminación. El bombardeo de “verdades reveladas” es tan intenso que ahonda el deseo de algunos por ir hasta el final. Sin embargo queda la pregunta, ¿a quienes les interesa asumir el camino del “elegido”?, porque para muchos, la cotidianidad sigue transcurriendo de espaldas a todo esto, y entre mas se “hable”, menos posible es creer.

M. Blavatski, a finales del siglo XIX, escribia de manera apocalíptica lo que quizá ya en estos tiempos estamos viviendo:

Las ciencias físicas tocan ya los límites de la investigación, y la teología dogmática ve agotadas las fuentes de que en otro tiempo bebiera. Si no mienten las señas, se acerca el día en que el mundo tenga pruebas de que únicamente las religiones antiguas estuvieron en armonía con la naturaleza, y de que la ciencia de los antiguos abarcaba todo conocimiento asequible a la mente humana. Se revelarán secretos durante largo tiempo velados; volverán a ver la luz del día olvidados libros de épocas remotas y perdidas artes de tiempos pretéritos; los pergaminos y papiros arrancados de las tumbas egipcias andarán en manos de intérpretes que los descifren, junto con las inscripciones de columnas y planchas cuyo significado aterrorice a los teólogos y confunda a los sabios. ¿Quién conoce las posibilidades del porvenir?” (Pág. 35).
Mas de cien años después, los medios de comunicación y el cine se han encargado de popularizar los grandes secretos, que antes solo estaban para los buscadores. Solo hace falta prender la televisión en Natgeo, History Channel, o Discovery, para enterarse de los muchos misterios que el conspiracionismo promueve como cerrados a la humanidad. Pero queda la duda, que tanto estas grandes verdades, como las que tan pomposamente presenta el documental de Zeitgeist, representan verdaderamente el despertar de la conciencia que tanto se promueve en los círculos místicos como los Rainbow People. Al parecer es necesario analizar esta cuestión desde sus consecuencias, asociadas al comunitarismo, y a un nuevo sentido religioso de lo ecológico.

La búsqueda del milagro, la visión espiritual, el dialogo con las plantas, el testimonio de lo mágico, muchas son las formas de definir esta búsqueda que se vive en la actualidad, y quien podría ser ajeno a esto, cuando la búsqueda de sentido se ve contrariada cada vez más por una separación entre el alma y el cuerpo. Los nuevos paradigmas emergen en la actualidad desde visiones científicas, conocimientos ancestrales, ligados a un sentido de unidad, de Gaia, en un intento de volver a vivir por fuera de los monopolios del poder espiritual y material. Sin embargo, así como el dogma religioso o el evolucionismo, contaron con sus estrategias de reproducción para monopolizar los significados legítimos de la vida, así mismo en la actualidad los medios de comunicación han tomado su lugar detentando gran parte del control sobre la sociedad.

Atado a este afán de experiencias mágicas esta también un mercado espiritual y esotérico, de consumos y producción ilimitada de experiencias extáticas. El mundo espiritual no es ajeno a esta forma de vivir, y tiene sus representaciones en lo social. Sin tratar de decir que el auge mágico que se vive en algunos grupos sociales sea una consecuencia directa de los medios de comunicación, si es posible inferir que con la misma ligereza que el mercado mueve bienes y servicios, así mismo existe una economía de caminos de salvación. Darle al consumidor lo que quiere, “para todos los gustos”, el mercado espiritual también trafica con promesas, y cae en muchas veces en esa lógica que dice, “el cliente siempre tiene la razón”.

Bibliografía:

Blavatsky, H. P. (1877) “Isis sin velo”. Clave de los misterios de la ciencia y teología antigua y moderna. ELEVEN. Biblioteca del nuevo tiempo. Rosario, Argentina.

Darwin, C. “El origen de las especies”

Noguera, P (2004) “El reencantamiento del mundo”. Pensamiento Ambiental Latinoamericano. PNUMA, Universidad Nacional. Manizales, Colombia.

Beck, U. (1999). La sociedad del riesgo global. Madrid: Editorial siglo XXI.

Artaud, H. (2012) « Mer partagée, part maudite. La fabrique rituelle d’un horizon maritime : mer et sacré chez les pêcheurs Imrâgen (Mauritanie) », Revue des mondes musulmans et de la Méditerranée [En ligne], 130 | février 2012, mis en ligne le 21 février 2012, consulté le 09 d’octobre 2012. URL : http://remmm.revues.org/7384

Bourdieu, P; Wacquant, L (2005). “Una Invitación a la Sociología Reflexiva”. Siglo XXI Editores Argentina S.A.



[1] Luc. 12:24
[2] “El mundo sin religiones: una gran mentira” Entrevista con Danièle Hervieu–Léger a UN Periódico. Febrero 13 de 2010.

domingo, 12 de mayo de 2013

Conjuro a la indecisión, conjuro la decisión.


A veces me imagino decidiendo un camino y viendo para el otro, siento un terror adentro que mi mente empieza a imaginar que el camino es único y esta predestinado, que la manipulación es real y que no hay escapatoria, que todo está echado, y solo queda esperar el fin. Pero afortunadamente no es asi, porque escoger un camino no es cerrar el camino, sino es abrirlo, las posibilidades siempre son infinitas y se pueden recorrer en diferentes cuerpos, en diferentes naves que con un mismo propósito abordan a la tripulación adecuada para cumplir con las misiones específicas que tiene el viaje. Asi, ese terror que sentía cuando pensaba en que escoger lo uno era renunciar a lo otro desaparece, pues el corazón quiere todo, y es capaz de todo, mientras no se confunda con ambición, mientras no se desdibuje en una búsqueda de la vanidad y el reconocimiento entonces todo es posible, las historias son falsas y la verdad es la que escogemos para nosotros, porque el camino es predestinación pero la predestinación es voluntad, no es el capricho de una invención. 

Regreso al acto.


Cuando se siente decir quién es el que dice, se revuelven los personajes y las voces de la conciencia, pero un suspirillo lo devuelve todo, entra viento nuevo y sale lo que ya no sirve, entonces se renueva la energía y el tiempo lo escribe nuevamente, se ve el camino integrado solo falta recorrerlo, creer en el cuento, vivirlo desde adentro, ir a la acción y no dejar que la nostalgia lo invada. Ahí como el guerrero, en el frente de la propia batalla, donde no hay miedo y el valor se sostiene, se deja soltar el aire para comenzar el acto, un poco de canción, no le vendría mal a esta creación, de sorpresa y precisión, la imprecisión también es perfección, no hay una receta, cada momento es único e irrepetible, no hay una fórmula que diga cómo se hace o se deba hacer, solo es ir al ruedo, y divertirse de lo lindo, pues si el divertidor no se divierte la diversión nunca es completa, hoy empieza la gira oficial por Cartagena, donde Los Mozzarella pondrán lo mejor de su corazón y de toda su creación, la brindaran como un regalo que viene de lo alto y aterriza en lo bajo para volver a lo alto, pero ahora recargado de buena gracia y vibración, la reconexión por via de lo cómico, tan solo es amor y nada más que amor. No interesa la fama, no interesa querer ser los mejores, tan solo ser nosotros y hacerlo con paciencia, eso es un show de Los Mozzarella, una prueba de paciencia y de fe. 

El hall de lo increíble.


Estando siempre lo mucho atento a los vericuetos y saltos imprevistos del destino, resultase que de repente, una nube de colores aterrizo en la heroica, su complejidad era tal que no permitia correr a la velocidad del cerebro para entenderlo, sino a otro tiempo. Una vez los rayos luminosos de la comedia y el humor se hallan puesto en funcionamiento nuevamente, entendemos que estar haciéndolo en el astral si es una forma de hacerlo, o sino que se lo pregunten a Isaac Newton, quien con tanta simpleza nos explicó eso de las fuerzas, así mismo, en la estela estelar espectacularmente espectacular del salón pleno de la revolución de la recocha una misión se siguió dibujando pues nunca perdió su fuerza, tan solo cambió. Y aquí estamos, en la heroica, en Cartagena de Indias, tierra de famosos y de actitud desparpajada, lugar donde los ángeles destineológicos armaron de las suyas y ahora se posiciona como un punto muy importante en la trinidad de la historia de Los Mozzarella, la conexión red CARCUCUBtaetc (DIRECTO), ensambla su embrague dorado, de luces de tiempos pasados, mientras algunas luces acompañan suavemente a la escena, la música nunca deja de sonar, y es el compas perfecto para dibujar el circulo de la diversión cómica, el free style y la buena música.
Cada momento es único y hay que aprovecharlo, hacerlo con el corazón y sin ambición, dejar que la manifestación sea el efecto mismo de las causas originales, un lugar donde hasta el mismísimo Chaplin conocía como la palma de su mano, papiro que contenía la brújula mágica que llevaría su vida. Viéndolo fijamente se debe parecer a una mano que sostiene una flor, la debe cuidar y la debe mimar, apreciar el color y la majestuosidad de su creador. Qué bonito cuadro, espera hipnotizado que algo pase de repente y deje pasar a un siguiente video. La observación hermosa de la flor, sostenida por la delicada mano que no la deja caer, no satisface lo suficiente y de repente algo llega y hace que se caiga, en cámara lenta baja y se hace pedazos en el piso. Así mismo, en estas tonterías y en otras majaderías volvamos al tema que nos concierne acá, el retorno de Los Mozzarella a la escena, a la tarima, a la gente. Como siempre Los Mozzarella y sus espaditas de papel han venido con astucia a proponer otra clase de ritmos, movimientos, y en general lograr una ruptura radical con las formas tradicionales de hacer arte, permitiéndolo ser apreciado como arte del mas elaborado estilo. Parecerá un chiste, de hecho lo es, pero el chiste también tiene su puesto guardado en el hall de lo increíble. 

El Quijote Apócrifo.


Resulta que en estos tiempos me encuentro leyendo un libro titulado El Quijote Apócrifo, de un señor Alonso Fernández de Avellaneda, este libro tiene la particularidad que narra una tercera salida hecha por don Quijote y su escudero Sancho previa a la aparición del segundo tomo escrito por Cervantes. Cuando descubrí este libro, por puro azar dentro de una colección de libros digitales, me preguntaba que pudo haber suscitado este efecto de continuar una historia, siendo fiel al contexto, a los precedentes, la psicología de los personajes, pero no a su creador. Lo mas curioso parece ser como las aventuras de estos dos personajes se le salieron a Cervantes del poder de su pluma, tanto que antes de que este hubiese terminado su segundo tomo, este otro ya estaba siendo leído, y le amerito un comentario de parte misma del Quijote.
En la literatura muchas veces se copian estilos de escritura, y personajes, e incluso muchas invenciones modernas no son más que actualizaciones de relatos antiguos, pero que un libro salga a la luz pública como la continuidad de las aventuras de un hidalgo, incluso antes, de que el oficial inventor de estos personajes lo haga, es algo bastante particular, que merece, sin duda, ser tenido en cuenta en el hall de lo increíble. En que momento una historia de la literatura toma vida propia y se le sale de las manos a su autor? Al parecer en esos tiempos en que Cervantes escribía, también lo hacían un montón de locos que competían por fama y renombre, el Quijote, es un personaje que en su locura sale a la caza de cuanta aventura se le presente, a la caza de honra y prestigio, otorgada por ser caballero andante. Estos escritores, como Lope de Vega, y otros que ni me acuerdo, eran invadidos por ese mismo sentimiento, el afán por el reconocimiento los llevó a proezas tan particulares como el continuar historias que hasta sus colegas más cercanos comenzaban. La locura de Don Quijote y la de su fiel escudero Sancho, de la cual todos tomaban por necia y falta de coherencia se sale con la suya, elevando el relato de la mera anécdota al poder simbólico de reflejar, de ser espejo del mundo, de la conciencia humana, del devenir de la historia. Algunos lo ven como un cuestionamiento profundo a las estructuras mentales de la época, una revaluación y critica al continuo desencantamiento de la vida, pero más allá de eso, la historia del Quijote, se genera como un mito, parecido a esos relatos indígenas que nunca acaban, y que siempre se dicen estar incompletos y mal contados, porque siempre hay otro que sabe una parte, o que puede explicar mejor alguna historia, el relato es revelado, y tiene vida propia, es una entidad capaz de transformarse y renovarse con el tiempo, las competencias de la época por ser el primero en escribir y ser reconocido, pasan a un segundo plano, el Quijote es el mito que está siempre vivo entre quien es absorbido por esa fascinante locura, y es que es una enseñanza además de todo, algo que le recuerda al ser humano que la vida se construye con base a esas locuras, a vencer el miedo y a combatir, con una espadita de papel el pos del desagravio de los desvalidos, el ideal de dar la vida, la práctica de la locura que se apoya más en la fe que en la razón. 

Cosas raras.


“Son fotos veladas de un tiempo mejor”, dice Cerati en su canción, porque será que vemos borroso cuando tenemos las gafas que nos permiten ver nítido, porque nos costara tanto aceptar los caminos de la vida, porque se nos olvida agradecer, que nos hace inconformes con lo que hay que estar conforme, y que nos hace acomodados con lo que de verdad nos incomoda, “human nature” diría Madonna.  Pasar al otro paso requiere avanzar de uno en uno, o acaso quien da dos pasos al mismo tiempo, ni el mismo Ben Jhonson lo lograría, uno a uno, invocando el siguiente, con la mirada al frente, se pueden ver los pies si hay temor a tropezar, pero aun así se puede caer. Hay cosas raras, pero aun asi son divertidas, como llorar cuando mucho se ríen, o quedar sin aliento cuando algo muy revelador se nos presenta, a la hora de hablar llegan las palabras, se dicen torpes o se dicen sabias, todo depende de quien las escucha, pero la palabra es la palabra, esta no se imposta ni se confunde, no es decir hablando, ni hablar diciendo, es la palabra y ya está. Un mundo de lenguaje nos envuelve, una red interminable de fonemas, antiguos y modernos, muertos y vivos, algunos son iconos y signos al mismo tiempo, otros jamas conocieron la caligrafia, sin embargo, que hace a uno mas que al otro, porque? La civilización dice que aquellos que lograron escribir se la montaron a los que solo hablaron, y algo de eso es evidente, pero no todo, acaso a quien no le gusta hablar cosas que jamás puedan ser escritas, cuántos de los que tienen boca y saben escribir, realmente escriben, poquísimos, en cambio, cuantos que no saben escribir lo que hablan, cuentan lo que saben, transmiten sus conocimientos a otros, echan historias, leyendas de héroes y seres sobrenaturales, muchos. Lo que no se sabe es mas que lo que se sabe, el silencio no es famoso, la bulla tampoco lo es, la fama es trascendencia, para que los seres inferiores traigan la luz de los superiores deben seducir con sus luminarias, prender los bombillos de discoteca, hacer titilar las retinas para que estas bobas se queden, pero desconfía siempre de todo lo que brilla, inclusive del oro, del que sale de la tierra, pero no del que es vuelto a su elemental desde el alkahest transmutador, quien tenga la percepción que escuche, que enuncie con fuerza y de significado a su verbo, que no requiere gritar para ser escuchado, pues no es solo su boca la que pronuncia palabra. En estos merodeos me encuentro esta noche de lluvias en Cucunubá, como todo ser vivo me hago preguntas, hacia donde camino, cuales son los pasos que doy, porque los doy, que ira a pasar, asi se oscurece la sabiduría pero se despierta las fuerzas del inframundo, las que no hacen parte de aquel pacto sempiterno, pero si abren la posibilidad de lograrlo, de ser parte del prisma de ese arco luminoso que salio después de pasada la lluvia, como el que de pronto sale mañana, cuando el sol salga otra vez por el oriente.

La Disvarianza.



Figurémonos por un momento un espacio, tiene unos límites y una forma irregular, puede ser de curvas y rectas, pero nunca del uno o del otro, un espacio como estos puede ser la mente de una persona, suponiendo sus límites como el volumen y distribución de las ideas y pensamientos que genera, introduciremos una nueva variable, la disvarianza. La disvarianza es una fórmula que no puede ser formulada matemáticamente, ni diagramada, ni mucho menos cuantificada como cualquier variable. El cerebro está lleno de disvarianzas, muchas ideas son disvarianzas, la estadística cerebral y la neuropsicología se encargan muy seguramente de darle sinergias a esas disvarianzas, de permitirle a lo absurdo hacerse entendible, y parecer asi sea, con una pisca de razón…, pero volvamos nuevamente al espacio irregular, limitado e infinito, porque cada punto puede contener muchos, y es contenido por muchos otros, los pensamientos se revuelven, esperando a manejar el perímetro, a llevarlo circunciso como una ojeada al tubo del agua, donde se fluyen las presiones, las fuerzas , los ahíncos de lo que se mueve.
Me quedo corrigiéndolo y leyéndolo, preguntándome porque carajos no soy capaz de escribir nada que valga la pena, porque me resigno tan fácilmente, porque me duele tanto el anonimato, es una vanidad? o es un impulso verdadero? que será eso, que se mueve, que será lo que me agita la cabeza, lo que me mantiene como ansioso, porque será que de una vez no callo la mente y la dejo fluir sin pensar tanto sobre lo que se debe hacer, o sobre lo que se ha hecho como si no tuviera valor, hay que será, que será, una ayudita por favor, me siento raro, no me siento bien, pero no estoy mal… disimulo de pronto estar haciendo lo que quiero, que es lo que quiero, será que renuncie a las cosas que creía y traicioné, dejé la verdad de lado, no puedo evitar escribir sobre este vacío, cuando quiero sentir la completud que viene de Dios, quiero ser ya del fluido eterno, donde no existe mente y todo esto se olvida, porque estoy acá, Dios dímelo de una vez, porque estoy vivo, gracias por darme esta vida solo te pido que no te olvides de mi, yo se que no te olvidas, pero yo soy el que te olvida, que paso con los espíritus de la recocha y el humor, porque duermen tanto, porque la gracia gratis data toda esa sabiduría que alguna vez llego a mi se ha ido, quien soy, donde estoy, ayúdame Dios.

El salto maniobrante al figurativosintaxicoaccionisticoreal.


No siendo como se cuecen las habas ni del modo como se hacen los frijoles, el sincronismo anacrónico calla y da vida a una nueva fluorescencia, un destello de luz se imaginara cualquiera, lo cierto es que tal destello lo ven los ojos del Corazón porque los ojos pueden ver casi cualquier cosa, y digo casi, porque a pesar de que no existan acciones sin el espiritu de honestidad, si existen las alejadas, y eso lo aprendí de una filosofa que vive en estos reinos cucunubainicos, tierra donde el escribiente ha venido a pasar sus últimas conjeturas. Ver las cosas como las ven los ojos del corazón, y no como los ojos de la mente lo hacen, esa extraña vocecilla que crea películas que no existen, y que si lo hacen es por torpeza del bicho, y no por porque asi sea verdaderamente, son cosas difíciles de entender, y mucho mas de intentar explicar, por eso es que se prosigue este ritmo, con ganas de estar tranquilo…., simplemente agradecer el momento, son nuevas misiones lo que se vienen, la claridad debe ser luminosa, y no tan opacosa, porque a la hora de ir al ruedo hay que hacerla y simplemente hacerla, en nombre de lo más divino, en nombre de la verdad, de principio a fin. Memorias, memorias de esta historia, que no se cómo empezó un día, como si así mismo hubiese estado escrita, ese súbito momento de creación continua, que así pare se sigue escribiendo, y se sigue llevando con la gracia perfecta, chasquidos que van y otros que vienen, el encuentro se dio y es tiempo de dejarlo, a que se haga un suspiro, a que se vuelva eterno, a que sea el aliento que me tiene contento. Bendito sea Dios que así es la película, porque de otra manera le gustara a los culebrones venezolanos, pero en huestes de este trono, el rey cumple con su misión y se esfuerza por ser mejor cada día, de lo contrario el pueblo se le subleva, y como Robes Pierre termina sus días puesto sobre la guillotina. El misterio es más importante y más cercano a la verdad, todo lo demás son teorías que no sirven mas que para conjeturar y a veces interactuar, la intención no puede estar ahí, debe dar el salto maniobrante al figurativosintaxicoaccionisticoreal o si no de que carajos se trata todo esto. Agradezco y agradezco, de que vale a las personas defender un parecer o un propósito, o una condición cuando todo eso no tiene piso y la verdad es otra, pues esta no entra en pugnas de egos, ni en juegos de razones, con el perdón del científico, asi es como ellos se ganan la vida, y no es que no me guste, solo quiero ser honesto, pues aunque decir que todo no es mas que una ficción es tan poco creíble como creer que eso es, y que todo lo demás es imaginería, vayas conjeturologías, las que súbitamente hacen struggling, y se vuelven palabras, conjuros que limpio, cargas que descargo y que me permitirán sentir mi espalda tranquila, pero en este momento me duele, y debo lograr que sane, encontrando el porqué, pero no solo eso, sino aplicando el antídoto para que lo que está molestando se vaya, chamanizo la cosa, invoco al Espíritu, al amor eterno, y al perdón, vete de aquí, o dolor que no eres de acá, en Tarapacá o Cucunubá, es el mismo, yo se que es el mismo. Muchas cosas han cambiado, en mi casa me encuentro, y me pregunto a mi mismo de que se va tratar este espacio que habito, desde ya no le temo, a decir lo que quiero, quiero que el amor se abra paso en este techo, que sea un pedacito de cielo, que sea una cueva graciosa, que sea el sol del descanso, que sea la base de las operaciones, esta es la respuesta, y ahora la cojo, me cuido de alabarla, o si acaso dudarla, simplemente palabra se es, solo eso es, se sigue escribiendo, mientras la conjuración se vuelve la acción.
Peor que sentirse mal por dentro, es saber porque y no hacer nada para que eso cambie, que cuando pase esto o lo otro lo remedio, o cuando me encuentre con tales todo se cura, pero que va, si es que no es acaso la sola voluntad la energía capaz de transformar cualquier cosa? entonces porque esperar, porque darle mas tiempo al tiempo y a las culpas de lo no hecho, porque no tomar la rienda y volver a coger el galope. A veces la vida mama gallo, a veces nosotros le mamamos gallo, y siendo lo cierto que todo viene por algo y en justa proporción, también es cierto que no se puede quedar la cosa congelada esperando a que de repente algo súbito suceda, a que un superman o un salvador, llegue con los bolsillos llenos de dólares y marque el camino, no es así, nunca lo ha sido ni lo será, la transformación esta adentro, en el espíritu interno, en la propia voluntad de querer trasformar las cosas, de dejarlas fluir y crecer. A mi mente que en chistoses se pone solo le quiero decir que mejor pare de andar en la que anda, pues nada de eso me aprovecha, a mi corazón le pido que se abra mas y que sea mas decidido, que tenga pasión y sana propuesta, al tercer ojo no le pido que vea por entre las paredes como superman, sino tan solo que con sencilla intuición se haga el rastreador del camino a la maestría, de la realización en la obra de la vida, pues para que esto de estar esperando, cuando siempre es posible hacer algo mas allá, algo que alguna vez se pidió, pero por incrédulos no lo creímos, y pasa, y pasa, pero no pasa sino se le deja, sino se le da permiso, sino se le ama, se le da la bienvenida, se le cuida, se le consiente, se le exige, se perfecciona y mejora. Tropezar no es caer, sino es volverse a levantar, mas vale caer un millón de veces que quedarse esperando una sola vez, que quedarse con las manos quietas, cuando pueden moldear el barro, pintar el lienzo, tocar el instrumento, inventar una máquina y quien sabe cuántas cosas más, a mover la mano, que se haga verdad, que todo está a favor y nada lo está en contra.
El dibujo tiene los trazos de un cristal, de un fuego intenso que da vida y luz alrededor, la figura parece tener materiales de transformación social, destellos de luminosidad espiritual, y colores de alegría. En el silencio lo veo, en el silencio lo creo, se lleva en lo hondo solo Dios sabe, por donde será, como vendrá, lo que ya es, y nunca ha dejado de ser. Un impulso divino, un honesto proceder, se requiere ayuda, valentía y divinidad, la fe no se rinde, no re irrita, nunca deja de ser, no depende de la mente, de un acto ni de un ritual, la fe es eterna y llega donde debe llegar, no cree lo que los hombres creen, no ve lo que ven los ojos, no escucha lo que dicen las bocas, tan solo es palabra, palabra de vida, de coca, de yuca dulce, de tabaco y ambil. Espíritus que llamo, a través de este escrito, para que den un empujón para que calmen mi ansiedad, para que me den persistencia y llenen mis días, no hay culpa ni miedo, todo es perfección, adelante que con fe, todo viene y viene bonito.  

Merodeos del tiempo y sobre las ecuaciones del espacio.


Y si, ya era hora de abrir una nueva carpeta y un nuevo capítulo, porque la escritura como la vida deben irse renovando, de lo contrario la versión de lo que vemos y percibimos se vuelve una voz monótona en nuestra cabeza, encegueciéndonos de lo que es menester hacer. Pero el tiempo no existe dirían unos, aquellos mayisticos que estudiaron con ahínco el calendario, o también los cuánticos, cuando estiraban todo a unas velocidades tan jijuemadres que obviamente cualquier cosa podría pasar, el tiempo no existe dicen muchos, vaya a saber, son las 6:46 pm, es el dia del humano planetario con guía sol, algo así como la colisión de partículas que voluntariamente.
Estas palabras, tan afirmativas como cabalísticas, del código guaimaronero de la logia monzona, se aproxima a lo que en estas tierras se conoce como ondas transferentes llenas de información, es la sociedad comunicada, interconectada, o globalizada, es algo muy bravero que esa cosa ya este llegando a lugares muy desconectados, como mi querida Tarapacá, a donde las dantas y borugas de la selva ya comparten sus olores, con las ondas de celulares que se esparcen por ahí. Efectos distantes, diagramaciones sociales que se transforman, conceptos rimbonbantes que se enseñorean para describir lo que se conoce como un instinto del ser humano por comunicarse, acaso quien dijo que solo la tecnología es capaz de usar el espectro electromagnético, cuando la sanación chamanica, inferente en el cuerpo astral, lo viene haciendo desde que el mismo hombre está en la tierra, hasta ahora no se ha visto que ninguna persona sea curado por internet, a menos que sea un juego sugestivo, pero cuantas veces chamanes en la selva no han curado a sus pacientes que están a kilómetros de distancia, tan solo concentrándose y preguntándole a los espíritus el diagnóstico de la enfermedad. Ni el tiempo ni el espacio existen, entonces que es lo que existe?
Vea en nuestro próximo capítulo una respuesta a esta pregunta, con el patrocinio de Rolex, quien le asegura lucir el mejor reloj para ver la hora.
Y de la hora no me queda más que saltar hacia lo azaroso, pues en últimas instancias se ha dado dividendo a las melodías sonorosas por ser alegres y muy divertidas, sin lenguajes patrocinadores del oscurantismo, y puede que esto suene medieval pero es que a veces soy como medio medieval, involucionado o si acaso obtuso, pero que le vamos hacer si todo eso es un engatuso, de simios salvajes e involucionados que aún persisten en creer que son mitos los que gobiernan la energía electro física, que todo son hondas dice la cuántica, que Einstein esto o que Pasteur lo otro, lo importante es que de repente una recua de manes tenían todo perfectamente dividido para hacernos creer en las razones de la ciencia, y no como lo que los ojos de la intuición nos decían, el poder de la razón rugió fuerte en esos años, y no era para menos, si se es que se empezaron a ver unas cosas mucho lo muy asombrosas que obnubilan a cualquiera como para creer que el desarrollo es el camino. Las maquinitas , la tableta, el aparato inteligente,  pero es que acaso hasta donde llegara esta gente, que en sanscrito críptico lemuroso avanzado, y totalmente inentendido.