lunes, 26 de marzo de 2012

Informe final: El Robo del Siglo


La revolución de la recocha, historia que en este momento se encuentra circulando, no solo se escribe en el arte mas puro del gaimaronismo, sino también, en el drama y la acción de la vida diaria. Y como siendo esta una película heredera de las aventuras de Clint Eastwood, no esta para mas que al entrar al apartamento que ahora habito en la calle 92 N16 50, me di cuenta que estaba la puerta rota, bueno, previamente mi hermano me había avisado, razón por la que llegue preparado para cerciorarme de las bondades que trae estar ligero de equipaje. Cuando entraron los ladrones a mi casa de Chia, cambiaron mi destino de teclista a payaso de Los Mozzarella. Pues eso mismo ahora se vivio en este apartamento, pero con la diferencia de que no se llevaron nada, sino antes bien, todo fue una burla a ese malvado espíritu que provoca la rapiña, y no se porque carambas le da por coger lo ajeno.

Y no siendo yo, ni mucho menos, un inocente de ese sentimiento de querer coger lo que no es mio, porque lo hice de adolescente, no me atrevería a catalogar a los individuos que visitaron mi casa de ladrones, aunque no se dieron cuenta que el mejor plan era tomarse un tintico en vista de que esta casa no atesora ningún diamante. Y si, afortunadamente no se llevaron este computador, en el cual se escriben las letras que me gusta escribir de las cosas que suceden en mi camino, las que algún dia se las llevará el viento.

Los ladrones venían por algo valioso, pequeño, que no diera boleta y que estuviera encerrado en algo así como una caleta, caja fuerte que se esconde detrás del armario, o los pesitos pal viaje debajo de la cama, por algo estaban detrás, como si en las paredes de esta casa no se escondiera el mismo ladrillo que se esconde en la de ellos, señores visitantes, personas que como todas las personas, son hijos del mismísimo chuchito lindo y ustedes pueden cambiar su destino., Desde este conjuro escriturologico, recochologico, guaimaronologico, y piadosologico, mando un mensaje a ellos, diciéndole que no se les juzga y que sabemos que no lo volverán a hacer. Tuvieron cuidado al mover porcelanas, sacaron un cajón de mi cuarto, dos del de mi mama, y en el de mi papa sacaron cobijas, buscando insistentemente ese tesoro que se dibujaba en su cabeza, enceguecidos, estos caballeros de la corte suprema de chorologia, esculcaron cada cajón y recoeco, sin que ningún guardia viniera a aprehenderlos.

Son graciosas las vicisitudes de la vida, porque por no tomarse un tintico se tomaron la molestia de dejar desordenado el apartamento, dibujando la fotografía de una escena del crimen digna de las películas de cine negro. Qué pensaría Alfred Hiccock, James Bond, o Eden Philipoots?, como reaccionarían los Magníficos?, que hubiera hecho McGyver?

Pero si les hubiera sido mas comodo tomarse un tintico, y no molestarse en esculcar toda la casa, y por si estaban buscando el café, estaba en el mesón al lado de la estufa con la cafetera, no lo vamos a poner en los cajones del closet. La policía vino a inspeccionaran de que no se robaran el único tesoro: el staff de Los Mozzarella. Personajes como Ali Baba, Garotiño, el bizcocho de baño, los Jo, las gafas, camisas, y diferentes personalidades se salvaron  en un conjuro inesperado que muestra el destino, y lo que se vendrá.
Ayer u hoy por la mañana entraron al apartamento, tal como lo dice la escritura cuando lo situa por la noche y sin avisar, mientras el sueño duerme y solo se sueña. Bendiciones al caballero o caballeros, que como el mismísimo chompiras y el caquito, se vieron en una situación de recorcholis, y de cacheteadita del botija al chompiras, los caquitos más famosos de la televisión. Y por lo pronto se les sigue narrando y asumiendo no parar, pues se perdería el efecto de la maniobra en contemplaciones sin propósito, dejando de la do el desentrañamiento del secreto del Robo del Siglo, ocurrido hoy en la calle 92 N 16 50 int 5, de donde al parecer hurtaron una botella de vino, pa pasar la amargura que le puede suscitar estar haciendo lo que no debe.

Unos vinitos no vendrían mal en esa situación, en un parque escuchando la radio, pueden sonar rancheras, vallenato o tango, por si de pronto eran ladrones argentinos, polka si son ladrones rusos, salsa si son caleños, o el chiuachi, del chavo del 8. Pues tal desenlace se le puede dar al evento si no es la entrega y mayor persistencia al objeto de hacer esto, pues de los contrario seria la perdida de la energía locuristica, que en maniobreos se diluyen por la pantalla de un PC de las letras, al cual se le consigna por automatismo digital, como una secretaria redacta a su jefe a la velocidad del rayo.