viernes, 9 de marzo de 2012

Profundear

Profundear. A un día de sol le llega la tarde y de repente se vuelve lluvioso, las calles despejadas del domingo al otro día están congestionadas, las experiencias de hoy son la historia de mañana, y así parecen seguir el curso las cosas. Fuera de la casa esta mucha gente en sus casas durmiendo y otros trabajando, escribiendo el informe del proyecto o pensándose un negocio, otros rezan y otros solo ven en la televisión los goles del partido que perdió Millos ayer. Mientras tanto me ahogo, tratando de sacar lo que siempre he esperado, pasos en falso, desafíos al destino, espíritus que entran y otros que salen, el amor viaja, y se busca, yo lo busco, no solo por encontrarlo, sino por hacer el ejercicio y alimentar esa esperanza que dice que todo estará muy bien, como el reggae lo repite todo el tiempo, como las películas buenas muestran al final que nada parece ser lo que se es, sino que todo cambia y fluye. Desde un tipeo tímido trato de ver la forma nuevamente, los colores siguen apareciéndose y la impaciencia toca a las puertas, que será de mi me pregunto esta vez, que será lo que estoy dando en mi día a día. Creo en los milagros, cuando se trabajan, he visto revelaciones desvanecerse por que se creen instantáneas y no lo son, toca trabajarlas, repito, pero todo se cumple, eso es una ley, lo que aparece en los sueños, y lo que no también, las sorpresas y los planes, todo llega, si que llega. Las cosas se ven en materia y contenido, la carretera con sus curvas y el yogurt mostrándose en las vitrinas, Los Mozzarella sonar una que otra vez, personas crear el paraíso y otros amarrados aun persisten en tener, yo quiero tener y en eso me equivoco, porque hay no encuentro lo que busco y ni siquiera tengo lo que me antoja tener.  No detenerse parece ser la consigna esta vez, escribir locamente para así conjurar, para tener mañana un propósito y una tarea que hacer, levanto el vuelo del águila para ver de lejos, ¡ojo con las minuciosas que se pueden olvidar! Por dónde empezar a sacar la cosa, seguir y seguir, llegara a algún lado? Escuchar las mismas canciones y persistir en los planes de construir un lugar en el campo con Paula, para vivir y respirar, gozar de esta paz que me alberga ahora, que aunque a veces se revuelva no me deja en ningún momento, no se esfuma como si lo hacen los planes. El humo se levanta desde la leña que se quema, su olor lo envuelve todo y lo que era madera se vuelven cenizas, a donde irán después, al asiento de un árbol, para que nutra su tierrita, para que se haga mas fuerte y haga la madera que sea quemada nuevamente en la chimenea de la casa. Que será lo que me bloquea, hay algo que no he perdonado, una fuga de energía que me hace olvidar lo que soy…, soy, soy, soy, quizá toda esta escritura es vanidad, y no va a ningún lado realmente, quizá es mejor actuar y que lo que cuento no lo cuenten las letras sino los hechos que se ven, los que alguna vez dijo Durkheim que se pueden medir, y tratarse como cosas, pero la Fe es imperceptible, pero crea cosas perceptibles, no se detiene y sabe para donde va, su guía único es la creación y no pierde el tiempo lamentándose por la derrota de Milos ayer, que cagada que Millos perdió ayer. Que se logra con mucho profundear, cuando en lo tonto aparece una magia que yo no se, de donde viene, si a que va, solo me divierte y me recuerda lo feliz que soy de estar vivo, de querer a Paula, de seguir soñando y caminando el camino que está al frente. Si el camino estuviera hecho no fuera nuestro camino.A un día de sol le llega la tarde y de repente se vuelve lluvioso, las calles despejadas del domingo al otro día están congestionadas, las experiencias de hoy son la historia de mañana, y así parecen seguir el curso las cosas. Fuera de la casa esta mucha gente en sus casas durmiendo y otros trabajando, escribiendo el informe del proyecto o pensándose un negocio, otros rezan y otros solo ven en la televisión los goles del partido que perdió Millos ayer. Mientras tanto me ahogo, tratando de sacar lo que siempre he esperado, pasos en falso, desafíos al destino, espíritus que entran y otros que salen, el amor viaja, y se busca, yo lo busco, no solo por encontrarlo, sino por hacer el ejercicio y alimentar esa esperanza que dice que todo estará muy bien, como el reggae lo repite todo el tiempo, como las películas buenas muestran al final que nada parece ser lo que se es, sino que todo cambia y fluye. Desde un tipeo tímido trato de ver la forma nuevamente, los colores siguen apareciéndose y la impaciencia toca a las puertas, que será de mi me pregunto esta vez, que será lo que estoy dando en mi día a día. Creo en los milagros, cuando se trabajan, he visto revelaciones desvanecerse por que se creen instantáneas y no lo son, toca trabajarlas, repito, pero todo se cumple, eso es una ley, lo que aparece en los sueños, y lo que no también, las sorpresas y los planes, todo llega, si que llega. Las cosas se ven en materia y contenido, la carretera con sus curvas y el yogurt mostrándose en las vitrinas, Los Mozzarella sonar una que otra vez, personas crear el paraíso y otros amarrados aun persisten en tener, yo quiero tener y en eso me equivoco, porque hay no encuentro lo que busco y ni siquiera tengo lo que me antoja tener.  No detenerse parece ser la consigna esta vez, escribir locamente para así conjurar, para tener mañana un propósito y una tarea que hacer, levanto el vuelo del águila para ver de lejos, ¡ojo con las minuciosas que se pueden olvidar! Por dónde empezar a sacar la cosa, seguir y seguir, llegara a algún lado? Escuchar las mismas canciones y persistir en los planes de construir un lugar en el campo con Paula, para vivir y respirar, gozar de esta paz que me alberga ahora, que aunque a veces se revuelva no me deja en ningún momento, no se esfuma como si lo hacen los planes. El humo se levanta desde la leña que se quema, su olor lo envuelve todo y lo que era madera se vuelven cenizas, a donde irán después, al asiento de un árbol, para que nutra su tierrita, para que se haga mas fuerte y haga la madera que sea quemada nuevamente en la chimenea de la casa. Que será lo que me bloquea, hay algo que no he perdonado, una fuga de energía que me hace olvidar lo que soy…, soy, soy, soy, quizá toda esta escritura es vanidad, y no va a ningún lado realmente, quizá es mejor actuar y que lo que cuento no lo cuenten las letras sino los hechos que se ven, los que alguna vez dijo Durkheim que se pueden medir, y tratarse como cosas, la Fe es imperceptible y crea cosas perceptibles, no se detiene y sabe para donde va, su guía único es la creación y no pierde el tiempo lamentándose por la derrota de Millos ayer, (que cagada que Millos perdió ayer!). Que se logra con mucho profundear, cuando en lo tonto aparece una magia que yo no se de donde viene, y a que va,  divierte y  recuerda lo feliz que soy, de estar vivo, de querer a Paula, de seguir soñando y caminando el camino que está al frente. Si el camino estuviera hecho no fuera nuestro camino. 

Déjà vu o me dejo el bus?


Pero que es esto, si ya antes lo había vivido, será un dejà vù, o más bien fue que me dejo el bus. Tal como lo veo así mismo puedo decir lo que sigue de la película aquí, y si, no es tiempo de lamentar ni tampoco celebrar, pues en ninguna de las dos está el elixir de la eterna juventud, si todos vamos para viejos, y si no llegamos es porque morimos, si nos quedamos, es porque ya no estamos. Tremendo susto el que se pego, cuando el desenlace de la historia le pareció fatal, corrió hasta callejones sin salida, para darse cuenta que adentro estaba la salida, podía crear y recrear todo a su alrededor, la niña que lo acompañaba, sería su compañera, y no lo dejaría por la inaudita duda que no deja comunicar, por el afán de tener e impostar la verdad, todo se quemaría, acabaría en cenizas buscando a otro cuerpo pertenecer, volver al polvo, abonar las raíces de otra célula viva que sus nutrientes pueda aprovechar. Ultima escena, igual a la primera, repetidas veces subió al bus, y al mismo destino este lo llevó, eso paso por muchos años, sin que se constatara lo que el destino le guardaba, en esos tiempos todo era inerte, repetitivo y aburrido, pero ahora seguro es diferente, porque cada día es diferente y trae una aventura nueva, así el dejà vù o el sueño sean repetidos, bendito es, porque otro seguro que si es. Y si la clarividencia se desarrolla que mas pueda pasar que la vida se convierta en evidencia de un divertido juego de azar, en el cual se tiran los dados desde arriba, y como un destino inevitable, nos movemos a la meta. Juntos, luchando, componiendo, no se muere porque así lo dijo el de arriba, que al lado de la presunción crece la simplicidad, al lado de la ostentosidad, lo justo permanece, no se que este en los planes del Creador, pero seguro todo bueno siempre esta, que venga la Recocha, como la pidió Salome el dia que años cumplió. No se que mas quiera decir, o quizá tenga que callar, agradezco a lo invisible, por darme ojos para ver lo invisible, porque en estas huestes del tengo y compro no me quedo, lo paso como mortal que soy y nada mas, la energía que se hace viene mas abundante que cualquier cara de aguacate, que venga y ponga el cuento de que trabaja por nunca trabajar.  Que otro caso tengo en mi cabeza, pues como olvidarlo, era una obra de teatro, a la cual nos contrataron como extras y que show el que nos hicimos, fumamos, juergueamos, y todo lo demás, en la cara de la solemne autoridad, así fue la vida, de ese curso no salió, pues el cristal se salió de madre y vendrá la hora en que no se vea para donde va. Nada de esto se puede predecir, para nada hay una formula ni una ecuación por la que sufrir, si los misterios del cielo no los conoce nadie, ni vale la pena intentarlo hacer, de lo contrario aquel oscuro callejón, volverá para los días iluminar, por lo pronto los prefiero así, simples, y llenos de magia en el andar, porque así es que me voy, y si Dios me da vida, pues pienso regresar, a seguir construyendo esto que algún día no se porque llame, La Revolución de la Recocha. No tengo miedo de vivir lo que tengo que vivir, no temo cumplir lo que debo cumplir, paso a paso se dibuja el trazo, y la figura se devela es bella con sinuosidad, con pequeñitos fractales, y colores de regletas, recordando aquel viejo lugar que la locura enseñó. 

التسكع من مصير


Siendo mucho lo bueno todo lo sucedido, los merodeos destineológicos esparcieron la pintura con un pincel de brocha mas gruesa, pues la forma del dibujo debía ampliarse hacia terrenos nuevos, y consolidarse en aquellos conquistados. Nada estaba echado por la borda, pues de un barco salieron dos, y así exploraron las costas y ríos que iban a las montañas, la selva misma aun lo pedía, y como siendo esa la misión, aquí les comparto esta canción.
Soy un tiburón,
soy un guaimarón,
a donde esta el anzuelo
que me saque este orzuelo.

Serioso hago el oso,
y chispín parezco rasputín
cual será el manjar,
que me vaya a banquetear.

Bueno si, asi se plantearon las cosas y por algo fue, pues el cristal abrió los rayos y en destellos algo mas lejano ilumino, al fin y al cabo esta la conexión, que no requiere del cuerpo ni mucho menos de la anterior canción, pues siendo esta mucho lo mala, algo mejor se puede decir, y pues para calentar he de pensar lo que en español no les puedo contar: يا جندب، يبقي لي في جبل لديك ، لكونه هذا وأكثر من ذلك بكثير ، يأتي ويقول ما كتبته بالفعل[1]


[1] Traducción: O pequeño saltamontes, guardame en tu monte, pues siendo esto y mucho mas, venga y digo lo que ya escribi

Travesía en Transmilenio


En la ciudad de las luces todo destellaba, mientras gotas escurrían sobre los paraguas mojados, y como en una coreografía se iban cerrando cuando la multitud se adentraba en la estación del transporte masivo. El zapateo insistente amenazaba con tumbar el puente, el afán y el frio nos hacia caminar mas rápido, poco a poco se acercaba el final del túnel, a donde en medio del tumulto los que no tenían sombrilla se hacían debajo de los que iban solos con la suya, afianzando así una solidaridad efímera pero importante para aguantar y soportar el ajetreo de montarse en un Transmilenio a las 6 de la tarde en Bogotá. A pesar de la incomodidad, la resignación y la esperanza de estar volviendo a casa parecía ser superior a cualquier tipo de maltrato urbano, llámesele destino inevitable de las grandes ciudades, o rabia contra nosotros mismos por no ser capaces aun de construir una ciudad mas amable. No se escuchaban protestas, mas bien algunos gemidos, que se acentuaban en el cuello mas estrecho del embotellamiento al cruzarse con los pasajeros que buscaban a contracorriente salir de la estación, desafiando un río de sombrillas que apretaban cada vez mas por hacerse dueño de un espacio. Las largas temporadas en la selva me hicieron olvidar lo estúpido que es ponerse una cita con una amiga del colegio a las 6 y 30 pm, calculé cumplir el tramo Virrey-Marly en media hora, pero oh sorpresa cuando dure media hora solo hasta los héroes, lastima, las promesas de rapidez del Trasnmilenio se me habían ido al piso, y con ello la inevitable pregunta de cómo puede ser la manera mas fácil de moverse en Bogotá. Rápidamente hice la evaluación, llegando a las siguientes conclusiones.

a.    Carro: Que mamera, el trancón es definitivamente peor.
b.    Transmilenio: Nota al pie: Absténgase de montar en las horas pico, de resto todo bien.
c.    Bicicleta de 100.000 pesos: No se la deje robar antes de los primeros tres meses, después despreocúpese, seguramente ya recupero la inversión.
d.    Moto: “Eso es un ataúd con dos ruedas” viejo adagio que me enseño Gustavo en San José.
e.    Caminando: Si el tramo no es muy largo, es definitivamente la mejor opción.
f.     Buseta: Siempre una excitante opción, llena de imprevistos, mercados de miseria, cultura, frenazos, competencias, trancones interminables.

Terminaba la travesía, y llegando a las 7 y 30 pm a mi destino, todo se me había olvidado y no lo sentía para nada tan negativo, de solo pensar que para llegar a la misma dirección hace unos quince años hubiera tenido que tomar el siempre temible Directo Caracas, que paraba solo en los extremos de los paraderos, pues bajarse en la mitad de uno de esos calabozos lo hacia a uno presa fácil del choro de turno. Desconozco como se maneje la chequera del Distrito y toda la burocracia que hay en medio de mover un centavo para atender una necesidad en la ciudad capital, pero quizá, si le ponemos empeño todos los habitantes de esta selva de asfalto para que algún día Bogotá tenga un metro y un sistema de Transporte integrado mas eficiente y humano, seguramente los espesos momentos de manoseo en el Transmilenio se vivan con mas calma y hasta con algo de entusiasmo, siempre y cuando se vea que se esta haciendo lo mejor, para que tengamos lo mejor. Ninguna sociedad es tan troglodita para siempre creo yo, y en algún momento, cuando todo está perdido renace una conciencia colectiva que lleva a la ciudad a tomar correctas decisiones y a ser dueña de su propio destino.