viernes, 9 de marzo de 2012

Déjà vu o me dejo el bus?


Pero que es esto, si ya antes lo había vivido, será un dejà vù, o más bien fue que me dejo el bus. Tal como lo veo así mismo puedo decir lo que sigue de la película aquí, y si, no es tiempo de lamentar ni tampoco celebrar, pues en ninguna de las dos está el elixir de la eterna juventud, si todos vamos para viejos, y si no llegamos es porque morimos, si nos quedamos, es porque ya no estamos. Tremendo susto el que se pego, cuando el desenlace de la historia le pareció fatal, corrió hasta callejones sin salida, para darse cuenta que adentro estaba la salida, podía crear y recrear todo a su alrededor, la niña que lo acompañaba, sería su compañera, y no lo dejaría por la inaudita duda que no deja comunicar, por el afán de tener e impostar la verdad, todo se quemaría, acabaría en cenizas buscando a otro cuerpo pertenecer, volver al polvo, abonar las raíces de otra célula viva que sus nutrientes pueda aprovechar. Ultima escena, igual a la primera, repetidas veces subió al bus, y al mismo destino este lo llevó, eso paso por muchos años, sin que se constatara lo que el destino le guardaba, en esos tiempos todo era inerte, repetitivo y aburrido, pero ahora seguro es diferente, porque cada día es diferente y trae una aventura nueva, así el dejà vù o el sueño sean repetidos, bendito es, porque otro seguro que si es. Y si la clarividencia se desarrolla que mas pueda pasar que la vida se convierta en evidencia de un divertido juego de azar, en el cual se tiran los dados desde arriba, y como un destino inevitable, nos movemos a la meta. Juntos, luchando, componiendo, no se muere porque así lo dijo el de arriba, que al lado de la presunción crece la simplicidad, al lado de la ostentosidad, lo justo permanece, no se que este en los planes del Creador, pero seguro todo bueno siempre esta, que venga la Recocha, como la pidió Salome el dia que años cumplió. No se que mas quiera decir, o quizá tenga que callar, agradezco a lo invisible, por darme ojos para ver lo invisible, porque en estas huestes del tengo y compro no me quedo, lo paso como mortal que soy y nada mas, la energía que se hace viene mas abundante que cualquier cara de aguacate, que venga y ponga el cuento de que trabaja por nunca trabajar.  Que otro caso tengo en mi cabeza, pues como olvidarlo, era una obra de teatro, a la cual nos contrataron como extras y que show el que nos hicimos, fumamos, juergueamos, y todo lo demás, en la cara de la solemne autoridad, así fue la vida, de ese curso no salió, pues el cristal se salió de madre y vendrá la hora en que no se vea para donde va. Nada de esto se puede predecir, para nada hay una formula ni una ecuación por la que sufrir, si los misterios del cielo no los conoce nadie, ni vale la pena intentarlo hacer, de lo contrario aquel oscuro callejón, volverá para los días iluminar, por lo pronto los prefiero así, simples, y llenos de magia en el andar, porque así es que me voy, y si Dios me da vida, pues pienso regresar, a seguir construyendo esto que algún día no se porque llame, La Revolución de la Recocha. No tengo miedo de vivir lo que tengo que vivir, no temo cumplir lo que debo cumplir, paso a paso se dibuja el trazo, y la figura se devela es bella con sinuosidad, con pequeñitos fractales, y colores de regletas, recordando aquel viejo lugar que la locura enseñó. 

No hay comentarios: