lunes, 7 de enero de 2019

La última frontera

Aunque el tiempo que pasó entre la conquista del caribe, las costas, montañas y selvas de la Amazonia fue de casi tres siglos, los gérmenes, virus y bacterias que traían los visitantes viajaron mas rápido que ellos, matando a los indígenas a medida que estos se acercaban. Si esta primera y silenciosa muerte por enfermedades no hubiera sucedido, las densidades de población de la Amazonia hubiesen permanecido como se sabe que lo estuvieron durante los largos meses que pasó la misión de Orellana por el Amazonas, y que se documenta en muchos estudios históricos y genéticos. 

Este proceso fue mas intenso en el caribe, y en las costas, luego subieron a las montañas, hasta que le llegó el turno a las etnias que habitaban la Amazonia, quienes primero recibieron a misioneros y naturalistas, caucheros, militares, tigrilleros, madereros, narcos y  las burocracias y aparatos de control del estado. La selva es la ultima frontera, por ello la memoria indígena en la Amazonia esta mucho mas viva que en cualquier otro lado del continente, y no es exagerar, si tenemos en cuenta que aún hay pueblos en aislamiento, como los Yuri-Passé, que se resisten a participar de la “fiesta”.

Disertaciones de la vida en Tarapacá.

Hace unos cinco o cuatro años viene andando la nocturna, como se le conoce al bachillerato que se cursa en Tarapacá en horas de la noche, con una serie de módulos diseñados de tal modo que hacen del bachillerato una aventura no tan larga, pero sustanciosa. Me di cuenta en los inicios que señoras como Adalguiza, Trinidad, Doña Lola, Verónica, asistieron a clases, todas son entre los 50 y 70. 

Cuenta Jonatan que cuando su tía entró a estudiar a él le pareció extraño, pues en su cabeza no se había borrado el día que decidió no volver al colegio e irse a trabajar en madera. Vivió en el monte un año, conoció la plata a la edad de 14 años. Cuando cayó el negocio de la madera Jonatan, quien no quería ser una carga para su mama, evaluó las opciones que tenía a su alcance: la minería? La coca? No, prefirió unirse a ASOAINTAM. 

Dice que asi empezó a aprender, en los espacios que se abrían entre los mambeadores, con la asociación y las entidades del Estado. Hizo el diplomado de Amazonia Viva que promovió Victoria, cuando le dieron el diploma, quizá se le pasó por la cabeza que había pasado de quinto de primaria a ser un graduado en liderazgo indígena. Y que seguramente ya era hora de volver al colegio, a quinto de primaria. “Hagale... que usted lo que esta es joven, míreme a mi toda arrugada y me voy a graduar" -decretó su tía. Entonces se fue a estudiar y en tres años terminó, fue el mejor alumno, con el mayor puntaje en el "Icfes" (Saber, ahora). 

Me cuenta Jonatan que hay dos clases de alumnos, los que sienten vergüenza a la hora de comunicarse a un público y los que no, los primeros son los vistosos, de los otros no se sabe nada. Y dice que ese es el problema de Tarapacá, porque es lo mismo que se observa en las reuniones, las personas temen hablar, pero no por sus ideas sino por cosas tan infantiles como el miedo a la burla, o a estar haciendo algo mal. Esto es psicológico, dijo hoy en la partida de ajedrez. 

Pero también resulta, que en el espacio cultural de Tarapacá también son escazas las alternativas de desaburrimiento para los jóvenes, que hagan otra cosa diferente a estar por ahí, sin hacer nada. No todos tienen las mismas habilidades para el discurso, otros seguramente son hábiles rapiando, otros dibujando, actuando, bailando, o cualquier otra exploración del lenguaje. La vida política, asi como la vemos es terriblemente aburrida, todo lo que pasa, pasa de la misma forma, es un escenario montado, que acepta todas las piruetas del discurso, pero no de los lenguajes, por eso me vuelco hacia la expresión estética, al mensaje sutil y contundente que el arte y el juego pueden ofrecer. 

Quizá esa transformación que necesita este pueblo pasa por ahí, en la posibilidad de expresarse y ser si mismo, en no temer por lo que se piensa, en atreverse a proponer algo diferente. Eso ya lo había escrito hace años en este mismo lugar, las opciones para que la gente se divierta son cerveza, cachasa….la discoteca, la música a todo volumen, y a lo sumo, el pool. Las fiestas tradicionales son muy raras.

Ahi si como quien dice...construir el conocimiento


¿Que puedo decir de los indicadores? que desde que empezó ese trabajo me invadió la duda de que pa que servía eso, que pa que gastar tiempo y dinero en cosas que tienen tan poco efecto en la vida de las personas, sin embargo lo acepté, porque para bien o para mal no tengo la verdad, y los indicadores se van a aplicar en la Amazonia, o mas bien se están aplicando. Lo que ha pasado hasta ahora es que como profesional me he nutrido mucho del tema, en lo teórico y en campo, con las organizaciones, capacitando, viendo los datos, jugando con ello, penetrando las estructuras matemáticas que tanto desvelan a los científicos, ¿como funcionan las cosas? Jugar a construir modelos matemáticos, con datos de la gente, tratando de calcar sus vidas en un algoritmo, puede ser provechoso para la auorganización de los indígenas. Se trata de una labor pedagógica que construye información. Quizá algún día deba metérmele a estudiar Agent Base Modelling, como para saber en carne propia que es programar un modelo. Pero que mamera. Y como eso ocupa mucho tiempo el modelo en computador no es lo que me interesa, sino me interesan son los modelos sociales, ¿a que me refiero con ello? Entrar en una dinámica de modelar lo social incluye actuarlo como un personaje de una historia, en la cual entras por un momento, ¿qué pasa? ¿Que haces? Entonces sale un juego y se pone en el centro del auditorio, un dispositivo diseñado para interactuar jugando, modelando. Y de esa manera saber ¿Cuantas veces voy al baño? o ¿Cuantas especies siembran en las comunidades de Uitiboc?, entre muchas otras. No me interesa meter a la gente en un modelo, me interesa es estimular el aprendizaje mutuo, mi interés en la teoría de los modelos de simulación social no son los modelos de computador, esta es solo una herramienta que invita a jugar, a jugar seriamente, a pensar en algo, ahí si, como quien dice: construir el conocimiento.