martes, 17 de noviembre de 2020

Pablo Corino

 Siendo quizá lo ultimo de lo pensado, de lo facerido, y aventureado en las huestes de este videíto llamado vida terricola, cabe la posibilidad, la probabilidad y la particularidad que Pablito sea ya un espiritu, quien sabe, el hecho es que hace unos meses no se de Pablo Corino. Agoto las redes sociales para localizarlo, pero no encuentro respuesta. Me es extraño perderle la pista a un amigo de repente, sobre todo después de los ultimos encuentros por Whatsup. En uno de esos, Pablito nos leyó a Willi, Dieguito y a mi relatos de las hazañas ocurridas durante su viaje por Suramérica y que se detuvo por ocho meses en Bogotá, Choco, Villa de Leyva, Tabio, Multicentro, Cartagena, Cucunubá entre otros. Pablito Carino salió un día a caminar el contiennte, a enfrentarse con la magia de una tierra exótica y llena de sorpresas. Y llegó a Colombia. Que te habrás hecho Pablito?... si has de leer estas palabras avisame porfavor. Pablito fue el nutridor de la primera memoria que se tiene de esa cosa conocida como la muzzarella. Con Corino, Potes y Willi vivimos las aventuras de Gachantiva, abordo de Le Tuff, expulsados del potrero edenico de los hongos y arrojados en una comedia de gigantes. Wil habíase convertido en un duendesillo, que le hacía sus habituales ademanes a unos tenderos que erán dos veces mas grandes que él. Eran estatuas, seres congelados en el tiempo, uno de ellos sostenía una cerveza, usaba ruana, llevaba el cejo fruncido y parecía concentrado en algo. La salida se vio envuelta en una ilusión, la del motor caído que se cayó, pero que nunca se cayó, todos vimos que se cayó, al otro día estaba en el mismo lugar. Quizá esa misma historia me dice que es mejor esperar a saber que fue lo que pasó con Pablo Corino, quizá nunca se fué, se le espera con ansias en el grupo de Whatsup.