jueves, 15 de febrero de 2018

Cortico pero sabroso

Respiro, encuentro la paz, y me siento deseoso, de empezar a escribir, algo que me guste, no se como hacerle, por donde cogerle, siempre he sido de escritura corta. Decía el abuelo Andrés Churay, “cortico pero sabroso”, cuando terminaba su invocación a los espiritu. Asi mismo los conjuros emanan llamados y materializaciones, sean cómico matemáticas o pachamámico ejecutivas. No importa la historia, se escribe en corto, no tiene principio, a veces no continúa, o casi siempre, pero si se le ve en su conjunto hace parte de una simbología recreada en los salones mismos del escuadron de la Revolucion de la Recocha, y en su reproducción trinan los mismísimos planetas de los destienientes que algún día visitamos, allí se abrió una vibración, que la siento por dentro, una apertura y tranquilidad a que la vida pase de manera chevere. 

El cortico pero sabroso de Churay, es lo que se puede conocer en otros lenguajes Brahmánicos de las tierras mismas de Karnataka, como aquello que se actúa no con las destrezas de la conciencia, sino de la inconsciencia, arrastrando a cada particula muy lejos de su lugar, rumbo a las tierras de Pachamac , con las inmersiones en submundos de la espirituología alquimíca. Esa misma la digo, y es que la invoco para que laespitituología virtuosa proveniente de las huestes mismas de la India, haga de lo suyo, con la siempre certeza de  disolver lo que impide conectar Anahata con Vishuda. Comunicar con el corazón. De Anahata con Ajna, para estar atento y sereno, entre Anahata y Savastana, para que lo que se diga sea un proceso genuino de búsqueda, una historia real, la redención del 33, de Anahata con Manipura, para que lo que se escriba tenga fuerza y proyección, llegue a otras personas y tenga efectos reales en la materialidad. De Anahata con Muladhara, para entregar y recibir la fuerza de la madre, de la que somos, lo que se comparte y une, en lo más primario de la naturaleza del ser. Todas estas conexiones suceden durante la invocación del Abuelo Churay, cortico pero sabroso. 

Emitiendo un calorsiño y una sensacioncilla especial, de ponerle atención, quizá mucho de lo que bien se diga en cualquier idioma es bien decido, o como se diría bende-cido. Sale la gambeta y se empieza a vivir el dolor de escribir alguna letra, algo que cuando se siente es porque de verdad es hora de escribir, y eso es lo que pasa, que a pesar de que escribo documentos académicos aceptables, pretendo mas bien que sean historias bien narradas, algo tiene que estar pasando. Es contar lo que esta pasando. Integrar, es el lema, integrar es dejar que Anahata irradie a Vishuda y de allí baje a los nervios sucedáneos de todo el cuerpo, escribir tiene que ser como hacer yoga, no hay tiempo atrás ni futuro, sino solo presente, solo el aliento que da vida, el que permite que la historia de alguna manera u otra, siga sucediendo. 


Antes de lanzarme a releer debo conectar mis chagras, para que lo que pase, y lo que salga ahora sea mas contado y menos darle vuelta a la enredadera de la academia conceptuológica, citar solo lo necesario.