lunes, 2 de agosto de 2010

Caza fantasmas.

Sueños que llegan que tuve cuando niño, inversión del mundo, olvido y sin memoria, avanzo en un camino de luces blancas y espinas verdes, me encuentro con migo mismo y siempre muero diariamente, a veces a las tres otras a las cuatro, no hay hora siempre presto, para enterrar esos demonios, porque aparecen cuando menos dice la conciencia que se es, menos mal eso no existe, menos mal es ilusión, porque la verdad la tengo aca, adentro afuera a donde vea o no lo vea, invisibilidad visible, presentimiento general de nuestro cambio, y pues cada quien tiene su destino, si señores que lo tiene, Dieguito Alvarez poeta de la colina asi lo ha descubierto, asi lo ha asumido, mientras otros ahogan penas en alcohol, por celebrar o simplemente lamentar, venga cosa estúpida, es perder el hígado y también la compostura. Las cosas de Dios para algunos son absolutas, para otras simples palabras que suenan etéreas y alejadas de la realidad, cuanto mas nos faltara para conocer como nos conoce a cada uno, para ver como nos ve, y ser lo que se es. Ajijuejulia que la cosa es maravillosa, a veces asusta pero la victoria es segura, porque no vinimos a triunfar, perder o ganar, a ser ricos pobres ni desventurados, estamos por algo mas, inentendible a nuestro entendimiento, invisible a nuestros ojos, pero profundo y hondo que se siente, es la misión, es la aceptación. Haciendo la tarea vamos, a última hora y en el bus, pero al fin y al cabo no hay tiempo correcto, equivocado ni descachado, todo es y no mas que es, cuando el de arriba lo decida.

Y así nos lo contaba, alcoholizado y con la mente etilizada, que a Dios se lo había pedido y así mismo lo había obtenido, se quedo en el camino, cuando la emoción sintió y no supo agradecer, tomar la cosa con calma y aceptar que no fue él sino el mismo Dios quien su sueño hizo realidad, pero a su ego lo enfrentó. Quien sabe como terminara la historia confusa del juego de la oca, por mi parte yo solo narro con letra humilde y siempre agradecida, porque de Dios viene todo, no de nosotros ni de la buena suerte, el Universo así lo dicta, así lo escribió cuando todo empezó. Aprender a caminar, tropezar y guaimaronear, recitar cuatro poesías para que el cambio nos ocurra, y aunque la exploración diluya esencias verdes e inciensos rojos, el Sabbat es el mismo, es el siete, el numero de la perfección, cuanto tiempo dinos Dios, tendremos que esperar para subir el séptimo escalón, para quedarnos en tus huestes, por ahora acepto jolgorioso a la carreara séptima, y a la calle 13, venga a hacer las cosas venga a trabajar, porque Dios hizo al hombre perfecto, y este se creyó ser el mismo Dios entonces fue castigado con tener que trabajar, pero la libertad se le daría si de sus culpas se expiaría, y asi la sangre fue entregada, asi el cordero fue sacrificado, para que celebrar con soberbia, creerse el duro, creerse lo mejor, si gusanos somos, y a la vida lo debemos, venga y hagamos sin halagos, venga construimos sin arribismos, mato a mis demonios, e intento matar a otros.

Lo que viene viene bueno.

Ohh, pero como duele este día, algo se destruye, algo se diluye, se difumina y se esparce por la infinidad del universo, pero como duele dejarte ego, vete ya que no te quiero cerca, que aunque me enseñes no te quiero, aunque me muestres no eres yo, en algo mas creo yo, en algo eterno y con verdadera vida, en un camino inescrutable, en una misión de valentía, vengase como se venga no se debe dar paso al miedo o al considere si es que todo ya está escrito y fácil nunca no lo han dicho, habrá que luchar, con fuerza y unión, con talento y coraje que venga que venga el conjuro del tiempo, ese que te pide, que aclama y devociona, para que se manifieste la luz, para que estalle el color, y en serpentinas de fiesta y circo devenga todo en una gran revolución ¿, el sueño, el sueño, a ti Dios a ti Dios, te lo pido todo el tiempo, que lo traigas a nuestras vidas, porque no es de nosotros sino del cielo y solo del cielo, que venga por fin, el eterno destineo de la alegría y el humor. Luna roja que no descansas para purificar, dejarte sentir en la mitad del plexo solar, acércate a mi mente, sana mi corazón, y déjame fluir sin apegos ni expectativas, porque lo que viene viene bueno, si se le entrega a Dios la razón de los esfuerzos, energía crística de Dios, derrama tu sangre sobre nuestras vidas, para que se venga y se venga por fin la famosa recocha de esa que hablaron los tiempos, y los siglos de los siglos.

(Sin nombre)

Me esperas a mi, o esperas a otro, sabes que no soy igual que mi vida es diferente, que no sueño con compras, regalos y toures, que mi destino es incierto y mi corazón muy grande. No se que dicen los novios que no lo son cuando después se reencuentran, desconozco por completo las artes del cortejo y el encanto, si esto es una lucha a donde el más fuerte prevalece seguro no hay nada para mi. Todo lo que está escrito se cumple, porque fue desde el principio y por siempre, y si así estamos los dos en el libro de la vida mi alma se unirá a la tuya y seremos uno y daremos frutos, con buena semilla y de tronco fuerte, si es la fe lo que nos une, seguramente seremos el uno para el otro, no importa que tan diferentes somos, porque no son los caprichos, gustos y materialidades sino es una fuerza superior, la voluntad y el creer, a jijos se vino el construir.

Siento llegar, no quiero pensar que todo está hecho y que ya se logró, la aventura comienza, la fuerza esta fuerte, será que si? Confío que si, porque no lo digo yo, y tampoco tu, es el cruce inevitable de dos personas que se quieren. Si te tuviera aquí en la frente te diría que te quiero y que quiero intentarlo contigo, no será fácil y tu no me conoces, permanezco convicto y no muestro lo que tengo, te pido Dios que me dejes hacerlo, que me quites el miedo que suceda prontico, suave y con buena letra, chiste fresquito y humildad al hablar, o si no el hueso se me atorara en la garganta y mal la pasare, sino lo desembucho y lo hago realidad.

Quinientos sesenta veces más girado que la última vez que me viste pasar, cinco vueltas y un bote mortal, dolorcito en la cabeza y una sonrisa que me persigue hasta en los momentos mas tristes, doscientos sesenta siete frentes de chistolina, ay ayayay te dije que en caso de que quisieras escapar, el botón de escape fácilmente encontrarías, abajo del pantalón, ahí se activaría. Y es que sea esto palabras de ilusión sin ningún piso en la realidad o sea la mismísima verdad, igual me da, porque tal no la tiene nadie, ni tu ni yo, ando, por la vida, gozándomela tanto, que al fin y al cabo esto es una fiesta, nuestro hogar será una piñata, payasos, bufones y acertijos, ajijos cuantos hijos quieres?

Conjuro a la letoquitis.

Ambil picante en la garganta para matar la infección de la gripa, mambe tostadito en la lengua y el cachete para iluminar el coco y encontrar el punto, estímulos de recuerdos de viejos conocidos que a pesar de los años y la lejanía los tengo presentes en mi vida, nuevas personas y buenas perspectivas, en fin, cuanta cosa mas podría contar. Para proseguir déjenme contarles un chiste que refirió Gustavito la ultima vez, resultase que había una vez un misionero que sanaba y salvaba con sus oraciones, reunía gente a su alrededor y predicaba por doquier, por sus grandes dotes de orador fue enviado como misionero al África, llegando el avión cayó y se murieron los 499 tripulante de los 500 que viajaban siendo nuestro amigo misionero el único sobreviviente, se sacudió el polvo, recogió su maletín que estaba al lado, y dijo “Señor, muéstrame el camino”, y en la espesa selva se abrió un sendero el cual empezó a recorrer, en la mitad del camino un león furioso y hambriento se encontró, con los colmillos le mostraba que se lo iba a comer, pero nuestro amigo misionero, levanto la mirada a los cielos y abrió los brazos “Señor, ponle pensamientos cristianos a esta fiera”, e inmediatamente el león levanto su mirada al cielo y dijo, “Gracias Señor por enviarme esta vianda y yo con esta hambruna”. Se le cumplió el deseo al misionero? Por supuesto que si, y el final, ya se lo imaginaran.

Para el picante del ambil y la lagrimita ha dejado de salir, el mambe va tomando forma y me sacudo del atajo, que trato de tomar imaginando que debo ser a los demás, y que si para todos hay algo diferente, y que si algunos hacen lo que creen y lo hacen bien, lo digo porque los encuentros con el pasado me turban la cabeza, es una dosis extraña de recuerdos con algo de frustración, es envidia, si lo es, yo sé, que he sido envidioso y lo debo admitir. Para ser libre se debe ser sincero consigo mismo, para crear hay que volar libremente sin esperar nada de los demás, pero hay que hacer la cuestión, pues las cosas pasan y se quedan en el tintero, en pudo ser pero no fue, mientras el interior del personaje se pregunta qué fue lo que paso, mejor no hago caso de tanta cosa. La historia del curioso impertinente que está en el Quijote nos habla de un caballero que puso a prueba a su esposa a ver si esta le era fiel, jugo tanto con la cosa, que al final esta le fue infiel, cuando antes ni lo hubiera pensado ser, pero porque busco encontró y tuvo que aceptar que no estamos para probar a nadie más que a nosotros mismos, a ser quien sabemos que somos, y a quemar toda esa maleza que nos crece en las entrañas, si se corta de raíz, es difícil que vuelva a ocupar la totalidad, pero si es solo por encimita pues entonces rápidamente, en donde debieron haber naranjos, cananguchos y limoneros, solo habrá rastrojo y nada será la cosecha. Un conjuro entonces busco para proseguir, pues algunas cosas extrañas me han visitado el día de hoy, día de enfermedad y de intento fallido de escapatoria, un conjuro para vaciar la cabeza y activar el vacilador, el mamador de gallo y el chevereador, pero siempre con coquetería, bien pensado y haciendo el gol. Las imágenes de la internet me muestran muchas cosas serias haciendo cosas no tan serias, que será diferente en todo esto, no será mejor renunciar al capricho propio y dar con impacto un Strike three? Hay entrañas mismas que reposan en los adentros, que se cuecen en cansancios y lamentos por la suerte, hay días que se van y se olvidan pronto y otros que quedan marcados para siempre en nuestra mente, cual es entonces la razón de ser de todo esto, vaya y pregúntele a algún filosofo que lo lleve en el viaje palabritico de la especulación trascendental, porque aquí difícilmente encontrara tal cosa, tan solo relax, y agradezca esa arvejita que lo hace levantarse cada día a trabajar, para crear y no para olvidar, ojo con la letoquitis, ojo, que a donde esta llega se hace a su acomodo, y ahí nos acomoda, no le sirva tinto ni agüita aromática, no le de confianza ni que pase del portón de su propia casa, mas bien conjúrelo de esta manera:
Oh letoquitis que pareces una bronquitis,
Ahogas en el agua y nos das conjuntivitis,
Chite al deber que no es el deber,
Viva la vida y háganse a lo hermoso,
Que lo que es, no cuesta y es gratis,
Gracia graciosuda y sopa sopuda,
De chilena o cabañuela,
Cabecita o de taquito,
Como sea no se deje meter en la letoquitis.

Bogotá.


Abrumado por los mocos, con los huesos quebrados y una ligera fiebrecilla, me paro de mi cama y dispongo a comenzar una nueva aventura, esta vez la cosa se pinta por los lados de aquella ciudad que me mostro la rudeza y la fantasía, la que alguna vez me enamoró y también desencantó, si señores, me refiero a nuestra querida Bogotá. Sea lo que sea, todo comenzó siempre allá, y asi se le haya hecho el quite efectivo durante 27 años de los 29 que tengo de vida, quizá se aproxima la hora de enfrentarme a su duro asfalto, a soportar la frialdad de sus ciudadanos y a disfrutar de la mentira en aras de la mismísima verdad. Pero esta vez el performance lo pondrá mi cuerpo y no tengo mucho interés en buscar deleite en el de otros, ya lo he hecho años, en esos otros muchos años en que las goteras de sus avenidas y huecos desafiaron a mi inteligencia y más de una vez me dejaron sin un pesito por ahí, titilando de frio y cagado del sustito. Con cierta ilusión lo espero llegar, pues escribo desde la selva, a donde la fantasía de la ciudad no es mas que un deseo que se disfruta en la pantalla del televisor o del computador, ahí voy fría capital, con la chaqueta puesta y mirando mi camino, que al fin y al cabo Dios alumbra, en la selva y el cemento. Te veras con color de aventura, te asemejaras a una de esas películas del cine surreal, aparecerás como encantada abriendo las puertas, a las cuales se que no debo entrar, tan solo a donde me sea permitido en aras del deber, porque no es una seducción sino más bien una misión, que así para muchos se asemeje a un deleite de los sentidos, no sabrá que el trabajo esta mas allá de lo que se puede ver, a donde los shlamas de la tribus lejanas de Australia o Curupira de estas selvas vendrán para abrir el iris, y de una vez aceptar que todo lo tenemos ahí. Recuerdo aquella vez que fui robado dos veces en el mismo lugar, siendo la segunda la mas chistosa pues mas anunciada no podía estar, en esas épocas se era ciego, mas que ahora, porque asi vea hoy en un mal espejo, antes lo hacía tras una teja de eternit, también recuerdo aquella vez que me amenazaron cerca de Unicentro, que porque yo me parecía a un pinta que iban a amatar, fueron tan desventurados mis raptores que no encontraron en mi maleta más que unas monedas y un legajador de MM3, lo que obviamente ni les interesó. Tantas y tantas cosas han pasado allá, que déjenme contarle la ultima que paso con el elfo Mowgli cuando pasaba por aquí después de su paseo en San Agustín, resultase que como buenos aventureros salimos una noche en busca de algo interesante, siendo lo único una sunda en potencia que casi nos ganamos por hablar el idioma inglés, salimos corriendo y encontramos una pinta que hablaba también aquel idioma, nos engatuso con “we are not thieves” y pues que carajos entramos a una casa en la candelaria que parecía un prostíbulo, a donde dos maricas tenían un grupo de rap y estaban ensayando, la cara de los dos, fue de un clarísimo “oh my God how are we gonna get out of here”, relax y hágale, vimos la presentación de los raperos, quienes lo hacían muy bien y una cierta atmosfera de seguridad se apodero del cuarto, hasta que obviamente de la manera mas sigilosa decidimos salir, y encontramos una extraña resistencia de sus moradores, entre risas y forcejeos salimos del cuarto y al fin, la calle nos protegía una vez más. Se ha vagado en Bogotá, más que cualquier cosa, llego la hora quizá de escribir la otra historia, del que no espera y sale en busca de aventura sino del que quiere y sabe lo que hace, del que busca su destino, como un artista lo hace con su pincel, como quien deja que las cosas fluyan con el debido cuidado de saber decir no, mejor no, ahí no entro yo, porque entrar a Bogotá no quiere decir quedarse.

Maricadas de la voluntad y el destino.

A veces se produce en el plexo solar, allí a donde dicen unos que se reciben las energias circundantes, a donde se sabe si lo están pensando a uno, o si simplemente se le ha olvidado, una especie de sensacioncilla que habla en términos de opuesto que se debate entre el amor y el odio, la atracción y la repulsión, una contradicción que se revuelca porque en medio de tanta cosa que aparece como encantada en el camino, una cuestión sale a relucir y es aquella que se pregunta por el destino. Existe un Destino, así, con Mayúscula, inescrutable al juicio, e imposible de desentrañar por vía de la razón? O el destino que recorremos no lo inventamos nosotros, con nuestros pensamientos y deseos? Valga la pena la aclaración que no vale acertar de modo tibio ni tampoco radical a esta estúpida pregunta, pero a veces la respuesta se queda en la reflexividad misma y se prefiere desechar. Decir que se lo dejamos al Destino que lo decida, es una forma de salir de la responsabilidad, pero es que hay otra cosa que se conoce en el argot popular como la “química”, no la de los elementos, sino esa de la que se hablaba en el recreo del colegio cuando algún compañero decía, “no se, pero no hay química entre los dos”, lo que en pocas palabras es un “caerse mal”, entonces hay es cuando la presión en el plexo solar se aumenta y viene el mensaje, que si hay un Destino, y no es una respuesta desacertada decir que las cosas pasan si este lo quiere o no, pero muchas veces cuando tal respuesta aparece, es que la voluntad teme por esa responsabilidad, y uno teme cuando le huye a algo que sabe que esta escrito en ese Destino, como le dijeron a Kun Fu panda tratar de evitar el propio camino.

Hace poco recibí una llamada de un muy viejo conocido mío, persona a la cual realmente desconozco, pero tenemos tanto en común que estamos calcados en la misma radiografía, somos los opuestos, es decir a donde trasluce el negro y viceversa, y eso somos, negro y transparencia, y hay espacios entre metidos en aquella radiografía, pues tampoco somos fotografía. Así que aquella persona con quien hemos intentado todas las posibles reacciones químicas posibles en la tabla periódica poníase rabioso por mi constante alusión al Destino después de un discurso que tenía un tono de “hay que cumplir con el deber”, salió a flote la estrategia B67 para no decir que si, y tampoco que no, cual deber? Me pregunte yo hacia dentro, sin decir nada porque no quería contradecirlo, pero se me escapo la evidencia de mi escapismo natural, “vamos a ver que quiere el Destino”, me gane una ligera vaciada corta por celular pero larga mentalmente, me llego por hondas telepáticas directamente al plexo solar, allí a donde se reciben los mensajes del mas allá y del mas acá.

Dentro del video humano diríamos que queda una cierta confrontación en el ambiente, pero como tal no es el que se cuenta en esta historia digamos que toda reacción química tiene su razón de ser y no es casualidad, así sea para fabricar una bomba o explotar un peo químico en clase de MM3, si señores por ahí es la cosa, y es un aviso, una reafirmación y un direccionamiento, el destino se labra con voluntad, el Destino se recorre con voluntad, de lo contrario nos perdemos lo mejor de toda la historia. Y como no está bien visto en el vademécum de la destineología ser testarudo y presumido, más vale atender a las señales del destino, que si llegan es por algo.

Trabajar con Gustavito.

Pude escoger entre ir y no ir, entre dormir media hora mas en mi deliciosa cama en una fría mañana amazonense, o levantarme y ponerme en disposición de trabajo para ayudar a Gustavito a traer unas varas del monte para arreglar su casa, pude elegir, entre eso y mucho mas, cualquier cosa podría estar para mí, pero sabia en mi interior que el haber hecho lo que hice hoy me iba a dar punticos de mas. Y como sabe uno si el score sube o no, es una pregunta que se le puede hacer a quien de estas cosas habla, entonces le respondo que la cosa se siente, y ese sentimiento dice a donde está el score, mal es mal, bien es bien, y excelente es excelente, pero no es por un sentimiento que se toman las decisiones que a veces nos cuesta más tomar, y a las que le mamamos gallo más fácilmente, hay algo mas, material y espiritual, es por otros, no por uno mismo, aunque si, se siente bien. El primer obstáculo a vencer fue el acostumbrado detrimento propio de los pensamientos, trabajo? Trabajo duro? Pero si yo estudie, en un excelente colegio y una excelente Universidad, después aprendí el inglés y trabajé en cosas disque importantes, esas cosas me dice ya saben quien, pero afortunadamente esta vez lo cogí del cuello y lo estrangule con la facilidad que lo hace vanDame en sus peleas, y me fui a trabajar con Gustavito.

Escribir o caminar.

En el camino de la selva su rastro se extravió, los guías lo dejaron y a merced de su sentido se quedó, con el llevaba comida, hamaca, lápiz y papel, desesperado buscaba encontrar cual era el final que iba a escribir. Entonces vió el sol, ubicó el norte y el sur, y caminó hacia el sur en línea recta hasta que el cansancio se lo impidió, en una serie de dudas, varias escenas en su mente aparecían: enfermedad, recuerdo, pasado, nostalgia, se preguntaba porque todo final traía esos ingredientes, pero uno parecido a estos se encontró, que no le parecía nada mal: la soledad. Entonces saco su libreta, lápiz y escribió.

“En el piso tercero de la pensión, un circulo de hombres lo recibió, jugaban al poker y decían groserías, mientras fumaban cigarrillos y tomaban aguardiente, sigiloso entró, sin querer hacerse notar de inmediato, pero de reojo el Mueli lo miró, y de su cara se rio, ‘a quien busca el señorito’ con burla preguntó, ‘no busco a nadie, solo entre aquí pensando que un trago encontraría’, ‘pues venga niño bonito éntrele a un guaro y siéntese a jugar al poker, no se si de donde usted venga estas cosas sean así’. Entonces se sentó bajo la mirada fija del Mueli, los demás parecían indiferentes y solo se concentraban en sus cartas. ‘Flor de diamantes’, ‘no voy’, otro contestó, y como en sospechas todo se fundaba, desfundo su arma y su cabeza encañonó, ‘no voy?’, entonces el amedrentado de una se bajó, tenía una escalera y de inmediato perdió.”

No muy convencido paró entonces de escribir, se acordó que estaba solo en la selva sin saber para donde coger, entonces prefirió salir a caminar, buscar algunas frutas y comer para aguantar, alguien llegaría a su rescate, eso pensaba nuestro personaje, alguien lo sacaría solo hasta que por fin haya encontrado el final que necesitaba. Comió y siguió su marcha hacia el sur, sabia que al Amazonas algún día llegaría, no desesperar, no desesperar, se repetía varias veces mientras los rastros de sus pisadas se encontraban con otras huellas. ‘Un tigre paso por aquí, no hace mucho’, estaba fresco el barro y su bota se enterró, ‘sino llego que me coma el tigre, si no llego que al menos quede un final escrito, no se que será mejor si escribir o caminar’.