jueves, 18 de julio de 2013

Sixto Rodríguez: me gusta su historia.



Ayer me vi un documental, lo compre en la U Nacional en Bogotá, sin saber de que era, sin ninguna pista que me dijera algo conocido, era sobre un artista, un cantante de folk, me gusta el folk, entonces lo compré. Ayer me lo vi y fue mucho lo que me sorprendió. El documental cuenta la historia de Sixto Rodríguez, un cantautor que a finales de los 60 y principios de los 70 sacó un par de discos, estos gustaron mucho y generaron cierta expectativa entre productores musicales y por eso lo apoyaron, pero le dieron y a la larga no resultó nada, comercialmente hablando. Pasaron unos años, y por alguna razón el vinilo viajo a Suráfrica, se vivía en esa época el apartheid, la sociedad era muy conservadora, el gobierno casi militar, se sentía mucho malestar entre los jóvenes. Resulta que este artista empezó a ser escuchado entre los jóvenes, su honda protesta poética tipo Bob Dylan se extendió por todo el país, llegando a ser incluso mas famoso que Elvis Presly, pero en esas una vez un diario surafricano publico que Sixto Rofriguez se había suicidado en plena tarima, la noticia se tomo por cierta, y es que resulta que una de las canciones de Rodriguez fue censurada, ahí lo mostro el documental, en la sección de documentos y publicaciones censuradas del gobierno. Paso el tiempo y los fanáticos de Rodriguez crecieron, eran plenos años 90 y empezaron a investigar sobre su vida, creciendo la duda de si realmente estaba muerto o vivo, el hecho es que su búsqueda se extendió tanto que hasta su cara la pusieron en una caja de leche, con un “se busca”, se abrió una pagina de internet, y por esta contactaron a una de sus hijas, quien les dijo que Rodríguez estaba vivito y coleando. Lo contactaron, lo encontraron y se entrevistaron, Rodríguez se dedicaba a trabajos de construcción, no había vuelto a grabar discos, aunque si tocaba la guitarra, just for fun, pero era algo así como un profeta musical escondido entre los normales, como algo excepcional camuflado en lo ordinario, y esa era su manera de pensar, una vida modesta sin extravagancias. Le dijeron a Rodríguez que era famoso en Suráfrica, le echaron todo el cuento, y al parecer se lo tomó con naturalidad, como si lo hubiese estado esperando, lo llevaron para allá, organizaron una gira, con toda, limosinas, hoteles de lujo, rueda de prensa, marketing, y fue un éxito, auditorios llenos, y si Rodríguez en Suráfrica era mas famoso que Elvis Presly, y quizá hasta los Beatles. Y bueno, muchas cosas se aprenden, al principio del documental, me dije a mi mismo, “mi mismo, esto va hacer una historia de esos artistas que arrastran fama a consta de un suicidio espectacular, esos artistas no dejan mucho, fama, pero nada mas” pero no, resulta que esa noticia del suicidio fue un montaje para callar una voz que retumbó en los oídos de muchos afrikaans, y que empujaron el proceso de caída del apartheid, que el man estaba vivo y además nunca le intereso la fama, ni la riqueza. Como esos héroes que desprecian todo deseo de fama y reconocimiento y están concentrados en un proceso interior, en ser ejemplo, en la humildad, y en hacer las cosas bien y con amor, reservados, austeros, sabios, profetas, y que a la hora de la batalla final, todo lo que nunca pretendieron llega, pero no por artificios de la industria musical, sino por la misma fuerza de su espíritu. Todo llega a su lugar es por esa fuerza, y permanece, y queda, ahora yo quiero llegar a Bogotá conectarme a internet, y buscar en youtube: Sixto Rodriguez, me gusta su música, pero mas alla de eso, me gusta su historia, me tocó el corazón. 

Sentencia definitiva de este escribiente sobre la venta de oxigeno en el amazonas.

Como decir, digo, entiende, que es asi como le cuento, caminamos por seis horas por la espesa jungla del resguardo Uitiboc, íbamos como pal Purité, por toda la mitad de esa colita que por cosas de la vida le quedó a la nación colombiana de toda la amazonia que al principio pretendía, entonces le dimos y le dimos, entre puentes de palos, y barro, pequeñas lomas resbaladizas y una culebrita que dormía en pleno camino y fue despertada de un machetazo en la cabeza. Y llegamos al cedro, al único a tres kilómetros a la redonda, porque lo acabaron todo, en el tiempo de la madera, todos querían plata, y lo talaron toditico, y le dieron a la coca, y de eso hoy no queda nada. Ibamos con Pipo, Tortugo, Chucho, Milton e Ivan, como siempre puro macho, por aca se anda asi, la mujer es algo reservado únicamente para los que se casan con las de acá, o los que van al trébol, yo no voy allá, entonces, el parche es asi, puro macho. Y que vi, resulta, que del cansancio a la llegada nos esperaba un pescado asado, me lo sirvieron en el plato, ya me había bañado, pero aun no había popeyado naditica, eso lo tenia reservado pa la hora de la maloca. Entonces cenamos, Popeye y pa la maloca, cogí ese manguare y me pegue un concierto que ni yo mismo me lo creí, fue malísimo, pero no desfallecí, me sobreactué un poco pero de eso se trataba, romper el hielo, si uno que lo hace tan mal lo hace tan sin agüero, entonces porque no hacerlo el que lo hace bien, y asi fue, el ritmo que yo asemeje fue tocado mucho mejor por pipo, mientras hacíamos el mambe y hablábamos del tema de moda en la comunidad indígena tarapaqueña: la venta del oxigeno. Hay que tema, ya eso me tiene un poco cansado, pero esta semana en que se trabajo eso con un biólogo paisa, y la gente de la W, pues de eso se habló hasta en el caldo, al principio pensaba yo que era una buena oportunidad de obtener recursos, que si se hacían cosas buenas con la plata, pues la plata servia, esta no es buena ni mala en si misma, sino por lo que se le pone, la intención, pero luego me quedé con eso en la cabeza, pensando que el mundo puede cambiar como lo ha hecho siempre, lo que es hoy fijo mañana no lo puede ser, esa ha sido la historia de la humanidad, lo único seguro es que nos vamos a morir, y asi la constitución diga eso de que el territorio indígena es inalienables e inembargable, pues que va, si no se defiende, se puede alienar, y embargar, se lo pueden robar, ya ha pasado, y sigue pasando. Entonces una mañana, después de la caminata, me desperté con el pensamiento que recibir plata de lo que es una pura alcagueteria y que asi tenga un sustento de compensación ambiental, económico y político, no lo tiene por el lado ecológico, pues eso parte de aquel viejo refrán de los colombianos que el que peca y reza empata, y que recibir ese dinero, que disque por el trabajo de conservar, lo que para el paisano no es que no sea hacer nada, sino es hacerlo todo, es cumplir con algo que antes ni sabían, hasta que se inventaron la palabreja conservar. Entonces, del pragmático que piensa en la globalización como un inatajable tiro al arco y gol, paso mas bien al del resabiado, el que ve con sospecha eso tan bueno, de que lleguen unos manes de repente repartiendo dolaritos porque si, eso le daña la mente al paisano, si quiere plata, pues entonces haga de la conservación un negocio, pero no por hacer nada, sino por trabajarlo, vender la conservación no esta mal, pero recibir plata sin vender nada eso si es mas sospechoso que cualquier cosa, nada es gratis, y la cosa con esas multinacionales, que pagan para poder contaminar al otro lado del mundo es seria, deles un dedo y quieren la mano, asi son, además, si se habla desde el pensamiento indígena y la palabra, que estaríamos aportando, sino la legitimidad de seguir contaminándole el ambiente a nuestros hermanos europeos, asiáticos, gringos, pues a la larga los que pierden son ellos, y luego acá nosotros,… lo que tienen que hacer es aprender a vivir con menos, a dejar de creer que solo acumulando es posible la vida, que el crecimiento económico no puede ser ilimitado. “Somos ricos” decía tortugo, mientras caminábamos por el resguardo en medio de tan vasta vegetación, “somos ricos y nos tratan como pobres, pues que lo sigan creyendo” respondia Pipo mientras degustaba de su pintadillo asado con iyico, no se que piensen esos manes que les gusta medir la pobreza, pero  de aseguro que sus medidas no son inocentes ante todo eso, si le digo a alguien que es pobre, asi no lo sea, algún dia se lo puede creer, y ahí es cuando lo someto, cuando puedo tratarlo y moldearlo como me de la gana, y eso hacen este tipo de iniciativas de compensación ambiental, tratar a los otros como menores de edad, que merecen vivir por el solo hecho de existir, sin trabajar, sin decidir, sobre sus vidas, sus territorios, sin sufrir lo que cuesta mantener y valorar lo propio, darles billetico, pa comprar cosas, pa que se sientan ricos, pa que luego se sientan nuevamente pobres y quieran mas de lo mismo, no es suficiente, nunca es suficiente, bienvenidos a la economía global. Ya me mamé de pensar esos proyectos redd+ y he tomado una posición y es esta, que si de lo que se trata es de encontrar un desarrollo propio y a la vez conservar, pues entonces hay muchas cosas que se pueden hacer desde lo productivo, desde la cultura, desde lo turístico, desde lo industrial a pequeña escala, es mejor tener poco, pero haber trabajado por ese poco, que mucho regalado, eso sale caro, eso es la perdida de toda dignidad, es bajar la guardia y dejar a la fiera que se lo devore todo, asi que si le preguntaran al señor escribiente de estas letras por la venta de oxigeno del resguardo Uitiboc yo les digo que no, que no lo hagan, no es un resabio de paisano purista moralista, no, no soy paisano, y me gusta la platica como a todos, pero soy consciente que la platica fácil es un embolate y desordena el pensamiento, busquemos el billete, hay que hacerlo pero no a consta de que se siga contaminando el planeta, pues a la larga eso es lo que los proyectos redd pretenden, eso es.

El agraciado Jeangros.


Y porque no dedicarle un parrafito a la historia de un agraciado personaje que por alguna cosa se me atravesó en el camino, no es una historia de salvación para mi ni mas faltaba, pero si es excusa y musa de la inspiración para darse unos humitos, y reírse con el man. Allá a las afueras de la ciudad de Bogotá, tierra de poetas y gramáticos, Atenas Suramericana, y Ritopolis reconocida en el mundo entero, yace un pequeño pueblecito donde muchos tiempos de mis tiempos fueron recibidos, hacia las tempranas edades de la existencia, ese lugar fue donde la educación se convirtió para mi más que en un deber, en un gozo y en una experiencia de la vida, no quisiera ser extenso en el suspenso de decir lo que ya muchos de ustedes que leen esto pueden imaginar, porque es obvio que estoy hablando del colegio Refous, ubicado en tierra de los muiscas, las tierras coteñas de la sabana de Bogotá.

Podría escribir muchas cosas buenas y malas de lo que para mi puede representar esa experiencia, pero en lo particular estoy interesado en valorar y relatar que lo que mejor yo aprendí en ese colegio, no fue las matemáticas, la historia ni la biología, no fue la clase de agricultura, ni la de MM7, no fueron los partidos de futbol, ni los conciertos de rock, ni mucho menos las chicas, pues fueron siempre una especie lejana en mi ecosistema estudiantil. Lo que más me gusto del colegio Refous, fue que me enseñaron a reír, y a hacer reír. El cómico número uno del show que se presentaba diariamente en la cotidianidad de sus días, era el mismísimo y renombrado Roland Jeangros, una persona con carácter autoritario, con cabeza de anarquista, y sentido del humor de los mas finos, lo que lo hacia un personaje que representaba miedo, libertad, y mucha risa. Lo mejor de monsieuir eran sus chistes, entre los que me acuerdo puedo recordar el de la policía de suba, cuando Piñeres formo por la mañana con una chaqueta con verdes fosforescentes. El bulto de fosforina, el famoso “venga para aca” con acento de general francés de la revolución, y de los bichos humanos que componíamos la fauna que el mismo había fundado.

Que señor tan gracioso, decía este hombre también , en su sabiduría, que uno en el colegio no tenia amigos, sino compañeros, y que razón tenia, pues sale uno de ese momento y a la larga son pocos los que verdaderamente quedan, si es que le queda alguno. Jeangros odiaba todo lo que pareciera ostentoso, tampoco gustaba de las cosas a medio hacer, valoraba en demasía el arte, el pensamiento matemático, la música, y las ciencias exactas, como humanista no se le veía de a mucho, pues de alguna manera era hijo de una generación que veía en la ciencia exacta el lenguaje mas cercano a la verdad del mundo y del hombre. Aprender a reír con Jeangros costaba caro, pues tan solo yo recuerdo que este man no me pasaba una, y no escatimaba en tratarlo a uno con severidad, luego de que el susto pasaba, quedaba la historia y el recuerdo, que fácilmente se convertía en objeto de bromas y de arremedos entre los compañeros, extendiendo el mensaje, hasta interpretaciones bien fritas, hasta volverlo serio, el mejor mensaje cargado de humor y de ironía.

A Jeangros se le veía reír, pero la mayor parte del tiempo estaba bravo, o por lo menos eso parecía, su lucha educativa, no era solo por graduar personajes y mandarlos a una universidad, porque así con muchos eso era lo que pasara, su mensaje de lucha y de diferencia siempre permanecía, había que luchar contra muchas cosas, entre ellas los medios de comunicación, la política barata, el consumismo, las modas, la banalidad, lo pasajero, este tipo era muy trascendental. Precisamente por eso es que ahora me rio mucho de lo que decía, porque siento que  me sirvió, y me sirve todavía, no es el mesias, ni mucho menos un tirano, tan solo un hombre comprometido que se merece el perdón de todos los que se sintieron ofendidos alguna vez por sus palabras y actos, no es precisamente un candidato a santo, pero si un santo que no parece un santo…., porque es humano, porque se equivoca, porque hace lo que hace con fe y honestidad, y asi es su obra.


El Refous era un colegio barato, y ese era creo yo uno de los mejores atractivos para los padres de familia que matriculaban a su hijo en esa institución. Viví el Refous desde el año 1988 hasta el año 2000, para esas épocas el colegio ya no era un precisamente un refugio de muchachos con elocuentes apellidos de la sociedad bogotana, sino por el contrario, era un colegio diseñado para la clase media, y seguramente eso era mejor para Jeangros, en sus planes no creo que estuviera el darle oportunidades a los que las tienen todas gracias a su cuna, sino a aquellas familias que la sudaban trabajando para educar a sus hijos. En el colegio todos éramos iguales, nadie tenía privilegios, no se veían escoltas, y aunque si conocí estudiantes bastante adinerados, estos en el colegio no lo eran, o por lo menos no se hacían tan evidentes, el sentido de equidad y de igualdad era central en el formación del colegio, sobresalía el que era bueno, sin mucho galardón, ni elogios, y su único premio (o castigo para otros) era seguir.

Serpiente del cananguchal.


Pegarse unos sustillos, apreciar un encuentro culebristico en medio del pantano y bajo la lluvia, con el cananguchal al lado como puente, y con el ángel que llego cuando ya era presa de la serpiente. Tenía la cabeza café y llevaba la mirada puesta en la orilla, no esperando nada más que llegar al otro lado, pues al parecer ya había sido merendado un ratoncito, una guara u otra cosita, y que tenía ganas de hacer la siesta, mi estimada serpiente café, desde acá te cuento que me asuste, y que le agradezco a Dios mandar sus emisarios en los momentos mas oportunos. Y entonces estando en medio, buscando pasar como un héroe el pantano caminando por tres palos que llegaban a un tronco surcado por las trepitosas corrientes del cananguchal, ahí te vi… donde seguramente muchos niños han ido a dar una mirada a su dueña la señora Serpiente Café. Serpiente Café, Serpiente Café, donde pasas de repente, y no me das ni la mirada, cuando te vi nadar hacia la orilla, tu ni me determinaste, aunque mi imaginación peliculera se monto en la película que eras una monstruosa víbora, te pido perdón, porque nada me hace menos monstruoso que tu, y los dos somos creaciones del mismo Dios, pero porfa la próxima vez cuando pases, mándame así sea un besito.


Y ahí estaba en man de la noche pasada, al que no le supe el nombre pero que fue un mismísimo enviado, tan enviado que el man nunca se monto en la película que era un enviado, pues de algún modo le parecía que la serpiente estaba en su plena libertad de sacar la testa del agua así un guaimaron jugando a misión del deber pasara con la maleta a medio hombro, celular entre una bolsa, y todo listo para actuar al momento de que cualquier cosa pudiese pasar. El primer intento se hizo por el lado del barro, al lado del camino de tres palos que conducía al tronco que continuaba con el paso humanizado, pero la naturaleza ya lo había derribado, y mi intención “como vino a ser, en que momento no llegue al camino que yo quería llegar y que no tiene un paso peligroso”, hacer un puente que se yo, el lote es el del señor florez, pero los que verdaderamente lo necesitan y lo usan son los del resguardo, seguramente si se ponen de acuerdo los indígenas y el mr, doctor, sargento florez, se podría hacer un puente como el Golden gate, para que un guaimaron como yo pase por ahí, y no tenga porque hacerlo a la misma hora de las serpientes, o por lo menos que pongan pico y placa entre la fauna y la humanidad, o un semáforo que diga cuando pasa el bicho humano, y cuando pasa el bicho bicho. 

domingo, 7 de julio de 2013

Andrews Murch y la jugada england.

Qué bueno que siempre sea así, lo verdadero vence a lo falso, y al final el cuento sigue bueno, como siempre fue, pues como dejar al mundo privado de las historias de Fast y Anibal Smith, los hábiles estrategas del glorioso atlético los pollos, el invencible equipo rojo y de la jugada England, cualquiera haya sido el contrincante, si Pablo Jeangros, Ronaldinho o Messi, siempre jugamos a ganar, no siempre lo conseguimos, pero que va, si de lo que se trataba era de defender el honor del equipo, dejábamos todo de nosotros en el campo de juego, como si se tratara de la vida misma, y aunque no siempre sin mancha de juego sucio, los verdaderos Andy y Pi, antes de jugar el partido, ya se habían pensado toda una estrategia de juego, recuerdo alguna ves durante el segundo tiempo de uno de los tantos que jugamos, que me quede observando el partido desde las tribunas altas del estadio Rolando el Refusin, y vi claramente que lo que habíamos puesto en el papel se estaba cumpliendo, y de una manera que el equipo demostraba rendimiento y solidez.
Que bueno haber vuelto a hablar con Andy, me despertó realmente entusiasmo y espíritu de empuje, y es que a Andres Murcia, alias “Andrews Murch” le debo alguna vez haberme llenado de cojones y con una espadita de papel, fácilmente derrotable por la gambeta más elemental, enfrentarme a manes como Santiago y Pablo Jeangros, que aunque son tío y sobrino, jugaban más que los hermanos corioto. Alguna vez entre por Tito Villarreal, o fue él el que entró por mi, el hecho es que Tito era el jugador mas parecido a Falcao o a Lionel Messi de la época, pero es que resulta que para Andy, capitán del equipo, todo el que se quedaba al partido un miércoles o un sábado por la tarde jugaba, asi sean veinte gloriosos minutos. Que bueno es haber hablado con Andy hace unos minutos, me siento lleno de esa vibra nuevamente, de la valentía y el honor a la hora de enfrentar la vida.

Si bueno eso suena muy bonito, pero resultan que si se preguntaran que si cometíamos errores o si éramos perfectos, obviamente le respondo, que si!!!!! cometíamos errores, y muchos, a veces nos daba por ser violentos y creer salvar el partido por el solo hecho de intimidar, falta en la que incurrimos algunas pocas veces, pero que va, si al fin y al cabo éramos adolescentes inquietos con ganas de arriesgarnos, enseñanzas que el camino se encargaría de poner para que siendo todo esto historia y nada mas que la historia redimida de un triunfo de Los Magníficos, nada falta, ni nada sobra, todo está donde tenía que estar.