lunes, 30 de marzo de 2015

Mantener el equilibrio.

Caer, respirar, aceptar, no entender, pero volver aceptar. Cuando ese espíritu domina, cuando todo son sensaciones e imágenes en piel, hay que dejarlo pasar, hay que darle curso, ser misericordioso con el propio cuerpo. Pero dado que la conciencia mira al punto del equilibrio y no de la complacencia, la severidad se debe hacer presente para atajar lo que ya es demasiado e infructuoso, sobre todo cuando la conexión es profunda, y lo que se piense y haga desde acá, tiene influencia allá. Es la responsabilidad y el valor de reconocer que en el lado femenino, lo que tiene Netzach, Yesod y Hod, debe ser contenido y únicamente ofrecido al ser que me acompaña. Esa lección ya me la sabía, de modo intuitivo, y hasta con profundo conocimiento del árbol de la vida, pero no la aplico, y eso es lo que me preocupa. La voluntad realmente es la síntesis de todo, pues cada parte simplemente es un mecanismo de una máquina, pero esta no se mueve de manera coherente, no va donde quiere ir, sino es en la voluntad que se ejercita. Ya pasó, y no hay pecado ni tampoco complacencia, más bien acción, decisión de jugar con sabiduría, porque en este cuerpo estoy empacado temporalmente, y así mismo es sagrado templo de lo venidero, abogo a la alta jerarquía para la templanza, para el equilibrio y la sana práctica de todo arte que pueda ser provechoso para la vida, siendo consiente de cuando se llega a la cuerda floja, o bien aprendo a caminar en ella, o bien me alejo y piso suelo sólido.

Falso final?

Primer falso final, o ultimo verdadero principio, cualquiera sea el destino, la tarea llega a su fin, y mañana emprendemos regreso a tierras colombianas, no antes sin pasar por DF, a la casa de Andrews Murch. Lo que se hizo se hizo, y queda sembrado, abonadito y regado para que crezca frondoso, que la vida trae nuevas cosas, que los alientos de quienes compartieron con nosotros se llevan siempre en el alma. Nos vamos, quien sabe si regresemos, si vengan otros destinos, o se pisen tierras que ya se han pisado, lo único seguro es que no hay nada seguro, y que más vale decir gracias a esta tierra que llaman México, Chiapas, San Cristóbal por habernos recibido y abiertos sus brazos, de fuego y de agua, de tierra y de aire, quedaron sembradas las semillas y de aseguro crecerán sanas y fuertes. Llegamos 2 y nos vamos 3, aunque por fuera solo se vean dos, porque adentro esta la bendición más grande de estas tierras, la vida, el hijo, la hija, vamos a ver que es, y quien es, quien será, como estás, le contaremos que es en esencia comiteco, le hablaremos de esas tierras, que buena bendición la que nos llevamos, la vida sigue y que bien que así sea, porque no queda de otra, hasta que se nos acabe la cuerda. Empiezo a mirar, a buscar la luz blanca, a estimular la imaginación, a ver las figuras que inspiran el camino, a ver en los sueños a interpretar el camino, es hora de iniciar al mago, activar la abundancia, hacer dulce la palabra, de trabajar duro, de reír con mesura, de agradecer todo el tiempo, de concentrarse y poner el ojo donde debe de estar. Se abren las alas, y empieza la huida, de arriba se ve, de abajo se siembra, agradezco venir a estas tierras, de ser quien soy yo, de levantar el vuelo, y retarme a mí mismo.