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Por: Bruja y Abathar
Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!, exclamó el sobrino cuando su tía se rehusó a pasar con el unas vacaciones guayaberas, había estado preparándolo todo, el flotador, el chingue, las gafas oscuras, pero ahora se quedaría con la guayabera colgada entre el closet porque su tía no venia a las vacaciones.
Nooooooooooooooooooooooooooooo, exclamo el sobrino desconsoladamente.
Entonces su ahora malvada tía no tiene mas remedio que lamentar haber cometido semejante improperio vacacional, haber dejado iniciado al sobri favorito que muy majo se vería con el chingue de leopardo, la gafa oscura y la guayabera abierta.
La tía exclamo noooooooooooooooooooooooo cuando la jefa le dijo "no hay plata aun, no puedes irte a san llosef".
Con el ojo encharcao, el corazón arrugao la tía no tan malvada le escribió fatal noticia a su amado y favorito sobri...
vacación en suspenso
el amado y favorito sobri entendió que su tía no era tan malvada, y que le tendría una dulce y colorida coca en casa. Sin embargo meses después de llegado el sobri de la tierra de las guayaberas quiso darle este una sorpresa maja a la tía cayéndole de repente a su apartamento cuando se encontró con la sorpresa de una fiesta celebrada a la coca que tenia guardada que disque para el sobri. Una contumelia de indígenas de la etnia de la Soledad se agolpo esa noche a danzar alrededor del tarro de coca que churai habíale mandado al sobri, consumiendo cantidades alarmantes del preciado polvo (verde).
Noooooooooooooo, volvió a gritar el sobri, quien se presentaba con la guayabera puesta en la puerta de la casa.
Noooooooooooooo, respondió la tía.. al ver como se asomaban tímidamente manadas de lagrimas en los ojos del sobri, lo tomo de la mano para mostrarle que aquel polvo verde.. al cual la etnia indígena de los Soledeños le estaba rindiendo culto, no era mas que areparina teñida de verde, empacada en un tarro de chocolisto propio de las encomiendas selváticas. Tal fue el alivio del sobri que ahora las lágrimas eran de felicidá y regocijo por el reencuentro con su tía, y con su coca dulce....
el sobri prontamente convido a tan particular contumelia de Soledeños a practicar un ritual en honor a su tía, quien se puso la guayabera que tenia guardada paʾ las vacaciones y pusose en el centro del circulo para que los Soledeños ahora con el sobri hicieran los mas alegres y majestuosos bailes, en esas estaban cuando sonó el timbre, en el apartamento ya no solo se le rendía culto a la coca dulce ni a la areparina teñida de verde, si no a unos cigarrillos verdes que salían del closet de la tía, el sobri con su guayuco puesto atendió al llamado esperando a que entrara otro paisano de los Soledeños, pero oh sorpresa, era la tomba...
.. una pequeña nube de humo envolvió a la tomba, quienes como siempre llegaron sin ser invitados al ritual, una vez envueltos en aquel mágico y conocido humillo, preguntaron si además de sus uniformes, algo verde formaba parte del ritual, en ese momento todos los miembros participes en el ritual, el sobri y la tía , estaban equipados en cada cachete con generosas cantidades de coca dulce, y mientras la tomba miraba con resquemor las guayaberas, la etnia de Soledeños comenzaron a cantar al unísono "el que no salte es un tombo.. ", cantico alegre... la tomba una vez aspiro y suspiro el humillo mágico decidió que era hora de abandonar el ritual, no antes sin decomisar una cantidad importante de areparina verde, para el desayuno en el CAI...
En que tanto regocijo se la pasaban que ni la tomba podía oponerse, pues recordabase en cada uno de los cantos las gestas que hicieron posible ese momento de comunión entre la tía y el sobri, alrededor de la coca dulce, los cigarrillos verdes, los tombos mamberos y por supuesto la etnia de los Soledeños. Su mas favorito cantico recordaba esa antigua leyenda en tierras amazónicas, en un pequeño condado conocido como Tarapaqui, cuenta la leyenda que el sobri vivía en ese lugar, alejado de los bullicios de la ciudad esperando descubrir como carajos se le encontraba un cogollo a un palo de guayaba, cuando en esas estaba, de pronto un destello quemo sus ojos, una majestuosa embarcación había atracado en las costas de Tarapaqui, "es la National Geographic" entonces pensó cuando vio desembarcar a un camarógrafo de pelo blanco y cámaras mucho lo muy sofisticadísimas, desafortunadamente pronto se dio cuenta que no se trataba de aquello pues lo acompañaba una reportera que se hacia pasar como Ñamuel Teodorito, al parecer los apacibles días en Tarapaqui seguirían siendo los mismos..., pero no fue así, porque de repente, vio a lo lejos una persona conocida, o mas bien recién conocida, pero seguramente familiar en algún grado y por algún recoeco del árbol genealógico, si señores, era "la tía"....
Pero no cualesquier tía, una tía que sin saberlo fue bautizada, a 20 minutos de la nada de Brasil, y como toda tía, a menos que se trate de una película con traducción española (joer tía, pero que coño dices!), tiene un sobrino, porque sin sobri no se es tía, ese mismo día, a cualquier hora "el sobri" fue reconocido por "la tía". Es así como desde entonces en aquel rincón de la nada Tarapaquí, la tía y el sobri intercambiaron voleo de pestaña, pelada de dientes y se dieron cuenta que eran de ramas cercanas. Una vez que recordaron aquellos momentos de la versión sin presupuesto de la Násional Geografig se vieron inundados por las risas y carcajadas de la etnia de los Soledeños. Los cantos rituales, comenzaron a entremezclarse y fundirse con ritmos varios, delicadamente superpuestos. El ritmo se apoderó como por arte de magia de los cuerpos contenidos en las guayaberas... y fue ahí cuando comenzaron a sospechar que los cigarritos verdes y la coca dulce eran de una variedad nunca antes reportada, pues en sus alucinaciones aparecía y reaparecía un extraño gobernador de una tierra "verde" al cual se le veía en muletas y agobiado por los reclamos de un pueblo alebrestado por una persona, un momento, y quien es ese alguien? Pues nada más ni nada menos que la tía.
Y aquí inmediatamente la etnia de los Soledeños canto y bailo más fuerte, pues en el siguiente canto se relato la leyenda que más gustaba a todos y que se titulaba de la siguiente manera: De cuando se cuenta como la tía venció a un gobernador presumido que tenia sumido su pueblo en la mismísima miseria. Dice la leyenda que por los mismos días en que se dio el intercambio de pestañas entre la tía y el sobri, el pueblo de Tarapaqui se encontraba sin servicio de médicos, pues el hospital al no recibir ni una aspirina ni mucho menos un desenfríolito, tenia a la gente enferma y disgustada, "oh y ahora quien podrá defendernos" decían todos en Tarapaqui, cuando de repente, la Tía dijo: "déjenlo en mis manos", y así tal cual fue, pues el pobre gobernador casi no sale esa vez del pueblo pues la Tía con su reconocidísima verbigracia lo dejo sin armas, venciéndolo y dejándolo hasta sin la honra.
Que hermosa leyenda, que poema, decían todos, mientras levantaban a la tía con una sabana como heroína de la libertad, "urra, urra, viva la tía, VIVA!"... los Soledeños un poco perjudicados por los efectos de la coca dulce y de los cigarritos verdes , creían que estaban levitando a la tía con una sabana de 45.00 hilos del mas fino e importado algodón de la India, en otros momentos la veían volar en un tapete persa que seguramente se lo habría pedido prestado a mi pequeña genio, pero en realidad, estaban dando saltitos al unísono menos la tía (quién seguida poseída por el ritmo), razón por la cuál el efecto visual hacia parecer que la tía levitaba, pero NO!, la tía a pesar de toda la experiencia amazónica, aun no sabe volar en sábanas de 45.000 hilos, ni mucho menos a pilotear alfombras persas, por aquello que en pueblos como Tarapaquí y otros corregimientos de la zona no se consiguen dichos lujos en almacenes como el Gran Baratillo o , si acaso se pueden mandar a hacer tortas de cumpleaños decorados de tímidos colorsetes digan ustedes verde limón, rosado fuerte o blanco lechuga.
En ese momento con el patrocinio de los cigarritos verdes, algunos Soledeños, los que aún no habían sido inducidos por el camino de la coca dulce, y engordado sus cachetes, fueron víctimas del despiadado señor Don Monchis, atraídos por el olor de brownies recién horneados comenzaron a deslizarse por el piso de madera del apartamento de la tía, hasta llegar a la minúscula cocina, donde encontraron pócimas varias de manjares de chocolate emparentadas con arequipe y agraz, una razón mas para alucinar....
Aprovechando las pausas entre un canto y otro, entre una leyenda contada, coloreada e imaginada; el sobri con toda la inspiración en combo canto a capela el éxito de todos los tiempos "empanda e bombillo"... Para quienes no han sido iniciados en esta jolgoriosa secta de Soledeños, reproduciremos una parte de esta canción, la cual cuando nació tuvo como momento culmine el apartamento de la tía, exactamente el mismo que en este momento era objeto de tanto baile y cosas verdes, y dice así:
"Salí de la Habana,
en busca de un nuevo horizonte,
con tres calzoncillos,
un par de medias y una cachucha,
para proteger ese sol que me quemaría hasta Miami.
Pre-coro
Pero cambió el viento y sin saberlo
llegué a la Guajira a una tierrita particular,
y la gua gua se convirtió en mototaxi,
que me recogió y me llevo a probar la arepa y...
Coro
empanada e bombillo,
pastel de yuca y avena helada (tris)".
Poco a poco el sobri fue contagiando a todos con su tumbao, hasta el punto de hacer un trencito que cogió tanta fuerza que tuvo que salirse del apartamento y ocupar la selva soledeña, a donde otras etnias practicaban sus rituales. Anonadados todos se preguntaban "pero quienes son?, que se han metido?", y otros contestaban, "son los Soledeños comandados por esa tal "la tía" y ese tal "el sobri", la demostración de Recochología cogió tales volúmenes que hasta la etnia mas liberal de esas selvas se escandalizaron, denunciando ante las autoridades violación a la moral y exceso de consumo de cosas verdes, pues hasta la letra de la historia era verde...
Si cómo no caballeros, caballeras!!! la Recochología se había tomado no solo los alrededores del apartamento de la tía, se había tomado cuanto espacio verde cercano existía: el park way, el parque Brasilia, las sedes del partido verde, uno que otro edificio verde, supermercados de conocidas marcas (Carulla) y los viejitos verdes. La sede del glorioso partido conservador, no sabía que hacer, al tener cercanía en la conformación del color verde, como color primario, se veían en una situación ya conocida para ellos la de la doble moral, sus caderas y pies cobraban vida propia mientras el resto de sus cuerpos se negaban a participar en el trencito que ya ocupaba varias cuadras, y que con tanto tumbao y sin caminar de lado coreaban casi empeñando sus pulmones "empanada e bombillo, pastel de yuca y avena helada". Este cantico alegre por supuesto iba acompañado por la coreografía que con tanto sabor el sobri les había enseñado a la etnia de los Soledeños y algunos teusaquillanos que se sumaron al jolgorio.
El ritmo, el sabor y el suín del sobri, no eran casualidad, esos pasos no eran copia de programas como el show de Jimmy, no no no, cuenta la historia no oficial que estos pasos el sobri los fue perfeccionando en su estadía en Tarapaquí, los vientos fronterizos brasilisences, después de algunos meses comenzaron a hacer efecto en el sobri, a liberarle las caderas, los hombros, en donde por supuesto en ningún momento podían moverse siguiendo un mismo ritmo....poco a poco el sobri empezó a darse cuenta que era poseedor de la filosofía antirítmica, una corriente de pensamiento subversivo que amenazaba una tradición milenaria en un país reconocido por sus excelentes ritmos y armonías corporales. Tan peludo y grande como un orangután, pero flaco y narizón como un palo de escoba en chingue playero, el sobri recibía de los aires fronterizos la esencia que lo catapultaría al "peor bailarín de la historia", titulo que el sobri perseguía sin descansar.
No es tampoco casualidad que se haya encontrado con su tía, pues cuenta una de las tantas leyendas que antes de pasar por Tarapaqui fue vista en un concurso de baile en un bar gay vistiendo un extravagante atuendo compuesto de brillantes lentejuelas, una peluca y gafas oscuras que disque para no ser reconocida, llevándose el primer premio y preparando lo que posteriormente iba ser la elección y coronación de la Señorita Cogollo Tarapaqui 2010. Todas estas bellas leyendas acicalaban todas las verdosidades de este cuento, pero desafortunadamente no todo lo verde era color de rosaverde, pues había quienes aguarían esta aguacatuda fiesta. De repente, al perturbar la sede del partido conservador, un hombre vestido de verde (pero de verde malo) apareció en el centro del ritual, no tan alegre por supuesto ni cantando empana e bombillo, porque era el general Naranjas, quien venia con su turba de robocops a echarle gas lacrimógeno a la etnia de los Soledeños....
La etnia de los Soledeños, el sobri y la tía inicialmente creían que se trataba de un grupo de tropipopito "mi general naranjas y las güevas protegidas" que iban a amenizar el jolgorio, con su éxito "el que no salte es un tombo" acompañados por sus efectos especiales. Lo que no sabían los Soledeños, los teusaquillanos, el sobri y la tía era el efecto que causaba aquel grupete al cantarmarchando y al bailar con sus bolillos y escudos, con los espectadores quién de la nada comenzaban a llorar, no se sabe bien, si las lagrimas eran inducidas por lo emotivo de sus letras y cadencia en el baile , o por lo espantoso que resultaba aquel grupete que ni candidato a la patadita de la suerte eran.... al ver tanto llanto, tantas lagrimas, al etnia de los Soledeños decidió, repartir botellitas de agua y par pañuelitos para contener tanta lagrima y evitar la inundación de la sede del prestigioso partido conservador.
Ante semejante espectáculo, el sobri, la tía y la etnia de los Soledeños decidieron que no era buena idea, tener en cuenta para futuros jolgorios a "mi general naranjas y las güevas protegidas" porque el efecto que causaban en los espectadores siempre era el mismo, mares profundos de lagrimas y algo de destrozos, a pesar de ser un grupo de tropipopito, que aparentemente no incita al desorden y desmanes, cada vez que aparecían en escena los destrozos eran incalculables, como incalculable resultaban los adeptos y seguidores que iban sumándose por todo el park way a la etnia de los Soledeños... en medio de tanto jolgorio verde. Nunca se hubiesen imaginado queridos lectores lo que pueda proseguir a estas letras sino lo constata por sus propios medios, porque resulta que cuando el general Naranjas se le había dado la patadita de la mala suerte, no siendo candidato a la de la buena, la suerte no mejoro mucho para todos porque una llamada no grata recibió el sobri en su celuverde: "rrringgg, rrrringggg",
"Aló", contestó el sobri.
"El sobri!!!! que gusto oírte, he escuchado mucho de ti", dijo una misteriosa voz, "verderreportate misteriosa voz, eres un soledeño, otro tío perdido, un teusaquillano? Quien eres???" "Soy el Presidente de la Republica Juan Doctor Espantos". Al escuchar que tan renombrado personaje e importantísimo de la política lo llamaba, al sobri che le icho achi, e inmediatamente le dijo: "Dr. Espantos como esta tu familia ala???" Al ver la verde cobardía del sobri, la tía le arrebato el teléfono y le dijo al presidente con su voz amenazante: "Dr. Espantos, no le comemos a su general Naranjas y ni se le ocurra mandar al coronel Zapote y a su corte de tropipotito, estamos cogiendo fuerza, hemos destruido la sede del partido conservador y nos disponemos a tomarnos el poder". Chanfle rechanfle, para la tía no había sido suficiente retar a aquel desventurado gobernador en la Batalla de Tarapaqui, ahora quería mas, quería destruir al presidente, sus armas eran toda la coca dulce que se habían injerido durante la fiesta, las bolsas de Carulla para ahogar la guardia presidencial, los cigarrillos verdes para que todo sea mas divertido, y su arma secreta nuclear: un tumbao del sobri que no había visto la luz publica, y que la tía ha guardado durante años, porque sabia que cuando tuviera a ese tal Dr. Espantos de frente, sacaría de un Maletín de Trucos al sobri, quien se encargaría de mandar un hombro a 52° de latitud norte, el trasero a 85° de longitud oeste y la cola a la altura del Ecuador, un arma letal, "ja, ja, ja, ya veras Dr. Espantos, ya veras" decía la tía.
De repente un:
Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!! con N mayúscula y oes infinitas, fue escuchado en todo el park way y en cada uno de sus rincones ; la etnia de los Soledeños y sus nuevos mejores compañeros de Recochología los teusaquillanos, de manera indescriptible lograron pronunciar esta maravillosa palabra de manera coordinada, tanto así que daba la impresión que hubiesen practicado, y entonando meses enteros para participar en una situación así.. Efectivamente el sobri, había sido víctima de un ataque desmedido de imaginación, de alucinación a tal punto, que confundió un árbol con parpados caídos con el presidente el Doctor Espanto. En medio de estas oes sostenidas, coreadas por los Soledeños, los teusaquillanos y la tía; el sobri recuperó un poco el sentido, y se dió cuenta que llevaba un buen rato hablando con este árbol de parpados de sharpei y cara de payaso recién desmaquillado. Una vez recuperada la cordura propia de la Recochología el sobri, la tía, la etnia de los Soledeños y los teusaquillanos, decidieron dar un giro en busca de aquella trocha que los llevaría de vuelta al apartamento de la tía. No sin antes tirar por debajo de las puertas de las casa del barrio, información sobre un taller de sanarización con el gran gurú de todos los tiempos, el gurú de los guruses.
En el camino se fueron quedando los Soledeños, los teusaquillanos quienes al despedirse agradecieron infinitamente al sobri y a la tía por la generosa recocha, por compartir historias, leyendas, cantos y bailes comandados por la destreza innata del sobri con aquel particular tumbao arrítmico imposible de igualar, por introducirlos en el mundo de la coca dulce, de los cigarritos verdes y de los brownies poco verdes pero que por ser de color chocolate de leche combinaban perfectamente con el verde verde.
El sobri hizo lo propio se despidió de la tía, no antes sin entregarle la preciada e inigualable guayabera traída desde la mismísima tierra de las guayaberas y los guayabos Jiwlandia: la tía saco de la caleta, si si en aquel mismo lugar del que salían los cigarritos magiverdes, la coca dulce gourmet confeccionada por el propio Churai, y entregósela al sobri.
Pasadas las 20:45 horas, después de tanto jolgorio, Recochología y danzas rituales la tía se dijo a si misma "mi misma deberías atisbar que están dando en la televisora" y entre una cosa y otra una .. le pareció ver una cara que le resultaba muuyyy familiar, de alguna de rama de árbol geneailógico cercana, voleeó pestaña para enfocar mejor.... si señores era el sobri y su lácteo amigo mozarelito en el histórico programa sábados felices codeándose con la gorda Fabiola , polilla y demás pandilleros del chascarillo.
Noooooooooooooooooooooooo nooooooooooo exclamó la tía !!!!!!!!!!!
Entonces su ahora malvada tía no tiene mas remedio que lamentar haber cometido semejante improperio vacacional, haber dejado iniciado al sobri favorito que muy majo se vería con el chingue de leopardo, la gafa oscura y la guayabera abierta.
La tía exclamo noooooooooooooooooooooooo cuando la jefa le dijo "no hay plata aun, no puedes irte a san llosef".
Con el ojo encharcao, el corazón arrugao la tía no tan malvada le escribió fatal noticia a su amado y favorito sobri...
vacación en suspenso
el amado y favorito sobri entendió que su tía no era tan malvada, y que le tendría una dulce y colorida coca en casa. Sin embargo meses después de llegado el sobri de la tierra de las guayaberas quiso darle este una sorpresa maja a la tía cayéndole de repente a su apartamento cuando se encontró con la sorpresa de una fiesta celebrada a la coca que tenia guardada que disque para el sobri. Una contumelia de indígenas de la etnia de la Soledad se agolpo esa noche a danzar alrededor del tarro de coca que churai habíale mandado al sobri, consumiendo cantidades alarmantes del preciado polvo (verde).
Noooooooooooooo, volvió a gritar el sobri, quien se presentaba con la guayabera puesta en la puerta de la casa.
Noooooooooooooo, respondió la tía.. al ver como se asomaban tímidamente manadas de lagrimas en los ojos del sobri, lo tomo de la mano para mostrarle que aquel polvo verde.. al cual la etnia indígena de los Soledeños le estaba rindiendo culto, no era mas que areparina teñida de verde, empacada en un tarro de chocolisto propio de las encomiendas selváticas. Tal fue el alivio del sobri que ahora las lágrimas eran de felicidá y regocijo por el reencuentro con su tía, y con su coca dulce....
el sobri prontamente convido a tan particular contumelia de Soledeños a practicar un ritual en honor a su tía, quien se puso la guayabera que tenia guardada paʾ las vacaciones y pusose en el centro del circulo para que los Soledeños ahora con el sobri hicieran los mas alegres y majestuosos bailes, en esas estaban cuando sonó el timbre, en el apartamento ya no solo se le rendía culto a la coca dulce ni a la areparina teñida de verde, si no a unos cigarrillos verdes que salían del closet de la tía, el sobri con su guayuco puesto atendió al llamado esperando a que entrara otro paisano de los Soledeños, pero oh sorpresa, era la tomba...
.. una pequeña nube de humo envolvió a la tomba, quienes como siempre llegaron sin ser invitados al ritual, una vez envueltos en aquel mágico y conocido humillo, preguntaron si además de sus uniformes, algo verde formaba parte del ritual, en ese momento todos los miembros participes en el ritual, el sobri y la tía , estaban equipados en cada cachete con generosas cantidades de coca dulce, y mientras la tomba miraba con resquemor las guayaberas, la etnia de Soledeños comenzaron a cantar al unísono "el que no salte es un tombo.. ", cantico alegre... la tomba una vez aspiro y suspiro el humillo mágico decidió que era hora de abandonar el ritual, no antes sin decomisar una cantidad importante de areparina verde, para el desayuno en el CAI...
En que tanto regocijo se la pasaban que ni la tomba podía oponerse, pues recordabase en cada uno de los cantos las gestas que hicieron posible ese momento de comunión entre la tía y el sobri, alrededor de la coca dulce, los cigarrillos verdes, los tombos mamberos y por supuesto la etnia de los Soledeños. Su mas favorito cantico recordaba esa antigua leyenda en tierras amazónicas, en un pequeño condado conocido como Tarapaqui, cuenta la leyenda que el sobri vivía en ese lugar, alejado de los bullicios de la ciudad esperando descubrir como carajos se le encontraba un cogollo a un palo de guayaba, cuando en esas estaba, de pronto un destello quemo sus ojos, una majestuosa embarcación había atracado en las costas de Tarapaqui, "es la National Geographic" entonces pensó cuando vio desembarcar a un camarógrafo de pelo blanco y cámaras mucho lo muy sofisticadísimas, desafortunadamente pronto se dio cuenta que no se trataba de aquello pues lo acompañaba una reportera que se hacia pasar como Ñamuel Teodorito, al parecer los apacibles días en Tarapaqui seguirían siendo los mismos..., pero no fue así, porque de repente, vio a lo lejos una persona conocida, o mas bien recién conocida, pero seguramente familiar en algún grado y por algún recoeco del árbol genealógico, si señores, era "la tía"....
Pero no cualesquier tía, una tía que sin saberlo fue bautizada, a 20 minutos de la nada de Brasil, y como toda tía, a menos que se trate de una película con traducción española (joer tía, pero que coño dices!), tiene un sobrino, porque sin sobri no se es tía, ese mismo día, a cualquier hora "el sobri" fue reconocido por "la tía". Es así como desde entonces en aquel rincón de la nada Tarapaquí, la tía y el sobri intercambiaron voleo de pestaña, pelada de dientes y se dieron cuenta que eran de ramas cercanas. Una vez que recordaron aquellos momentos de la versión sin presupuesto de la Násional Geografig se vieron inundados por las risas y carcajadas de la etnia de los Soledeños. Los cantos rituales, comenzaron a entremezclarse y fundirse con ritmos varios, delicadamente superpuestos. El ritmo se apoderó como por arte de magia de los cuerpos contenidos en las guayaberas... y fue ahí cuando comenzaron a sospechar que los cigarritos verdes y la coca dulce eran de una variedad nunca antes reportada, pues en sus alucinaciones aparecía y reaparecía un extraño gobernador de una tierra "verde" al cual se le veía en muletas y agobiado por los reclamos de un pueblo alebrestado por una persona, un momento, y quien es ese alguien? Pues nada más ni nada menos que la tía.
Y aquí inmediatamente la etnia de los Soledeños canto y bailo más fuerte, pues en el siguiente canto se relato la leyenda que más gustaba a todos y que se titulaba de la siguiente manera: De cuando se cuenta como la tía venció a un gobernador presumido que tenia sumido su pueblo en la mismísima miseria. Dice la leyenda que por los mismos días en que se dio el intercambio de pestañas entre la tía y el sobri, el pueblo de Tarapaqui se encontraba sin servicio de médicos, pues el hospital al no recibir ni una aspirina ni mucho menos un desenfríolito, tenia a la gente enferma y disgustada, "oh y ahora quien podrá defendernos" decían todos en Tarapaqui, cuando de repente, la Tía dijo: "déjenlo en mis manos", y así tal cual fue, pues el pobre gobernador casi no sale esa vez del pueblo pues la Tía con su reconocidísima verbigracia lo dejo sin armas, venciéndolo y dejándolo hasta sin la honra.
Que hermosa leyenda, que poema, decían todos, mientras levantaban a la tía con una sabana como heroína de la libertad, "urra, urra, viva la tía, VIVA!"... los Soledeños un poco perjudicados por los efectos de la coca dulce y de los cigarritos verdes , creían que estaban levitando a la tía con una sabana de 45.00 hilos del mas fino e importado algodón de la India, en otros momentos la veían volar en un tapete persa que seguramente se lo habría pedido prestado a mi pequeña genio, pero en realidad, estaban dando saltitos al unísono menos la tía (quién seguida poseída por el ritmo), razón por la cuál el efecto visual hacia parecer que la tía levitaba, pero NO!, la tía a pesar de toda la experiencia amazónica, aun no sabe volar en sábanas de 45.000 hilos, ni mucho menos a pilotear alfombras persas, por aquello que en pueblos como Tarapaquí y otros corregimientos de la zona no se consiguen dichos lujos en almacenes como el Gran Baratillo o , si acaso se pueden mandar a hacer tortas de cumpleaños decorados de tímidos colorsetes digan ustedes verde limón, rosado fuerte o blanco lechuga.
En ese momento con el patrocinio de los cigarritos verdes, algunos Soledeños, los que aún no habían sido inducidos por el camino de la coca dulce, y engordado sus cachetes, fueron víctimas del despiadado señor Don Monchis, atraídos por el olor de brownies recién horneados comenzaron a deslizarse por el piso de madera del apartamento de la tía, hasta llegar a la minúscula cocina, donde encontraron pócimas varias de manjares de chocolate emparentadas con arequipe y agraz, una razón mas para alucinar....
Aprovechando las pausas entre un canto y otro, entre una leyenda contada, coloreada e imaginada; el sobri con toda la inspiración en combo canto a capela el éxito de todos los tiempos "empanda e bombillo"... Para quienes no han sido iniciados en esta jolgoriosa secta de Soledeños, reproduciremos una parte de esta canción, la cual cuando nació tuvo como momento culmine el apartamento de la tía, exactamente el mismo que en este momento era objeto de tanto baile y cosas verdes, y dice así:
"Salí de la Habana,
en busca de un nuevo horizonte,
con tres calzoncillos,
un par de medias y una cachucha,
para proteger ese sol que me quemaría hasta Miami.
Pre-coro
Pero cambió el viento y sin saberlo
llegué a la Guajira a una tierrita particular,
y la gua gua se convirtió en mototaxi,
que me recogió y me llevo a probar la arepa y...
Coro
empanada e bombillo,
pastel de yuca y avena helada (tris)".
Poco a poco el sobri fue contagiando a todos con su tumbao, hasta el punto de hacer un trencito que cogió tanta fuerza que tuvo que salirse del apartamento y ocupar la selva soledeña, a donde otras etnias practicaban sus rituales. Anonadados todos se preguntaban "pero quienes son?, que se han metido?", y otros contestaban, "son los Soledeños comandados por esa tal "la tía" y ese tal "el sobri", la demostración de Recochología cogió tales volúmenes que hasta la etnia mas liberal de esas selvas se escandalizaron, denunciando ante las autoridades violación a la moral y exceso de consumo de cosas verdes, pues hasta la letra de la historia era verde...
Si cómo no caballeros, caballeras!!! la Recochología se había tomado no solo los alrededores del apartamento de la tía, se había tomado cuanto espacio verde cercano existía: el park way, el parque Brasilia, las sedes del partido verde, uno que otro edificio verde, supermercados de conocidas marcas (Carulla) y los viejitos verdes. La sede del glorioso partido conservador, no sabía que hacer, al tener cercanía en la conformación del color verde, como color primario, se veían en una situación ya conocida para ellos la de la doble moral, sus caderas y pies cobraban vida propia mientras el resto de sus cuerpos se negaban a participar en el trencito que ya ocupaba varias cuadras, y que con tanto tumbao y sin caminar de lado coreaban casi empeñando sus pulmones "empanada e bombillo, pastel de yuca y avena helada". Este cantico alegre por supuesto iba acompañado por la coreografía que con tanto sabor el sobri les había enseñado a la etnia de los Soledeños y algunos teusaquillanos que se sumaron al jolgorio.
El ritmo, el sabor y el suín del sobri, no eran casualidad, esos pasos no eran copia de programas como el show de Jimmy, no no no, cuenta la historia no oficial que estos pasos el sobri los fue perfeccionando en su estadía en Tarapaquí, los vientos fronterizos brasilisences, después de algunos meses comenzaron a hacer efecto en el sobri, a liberarle las caderas, los hombros, en donde por supuesto en ningún momento podían moverse siguiendo un mismo ritmo....poco a poco el sobri empezó a darse cuenta que era poseedor de la filosofía antirítmica, una corriente de pensamiento subversivo que amenazaba una tradición milenaria en un país reconocido por sus excelentes ritmos y armonías corporales. Tan peludo y grande como un orangután, pero flaco y narizón como un palo de escoba en chingue playero, el sobri recibía de los aires fronterizos la esencia que lo catapultaría al "peor bailarín de la historia", titulo que el sobri perseguía sin descansar.
No es tampoco casualidad que se haya encontrado con su tía, pues cuenta una de las tantas leyendas que antes de pasar por Tarapaqui fue vista en un concurso de baile en un bar gay vistiendo un extravagante atuendo compuesto de brillantes lentejuelas, una peluca y gafas oscuras que disque para no ser reconocida, llevándose el primer premio y preparando lo que posteriormente iba ser la elección y coronación de la Señorita Cogollo Tarapaqui 2010. Todas estas bellas leyendas acicalaban todas las verdosidades de este cuento, pero desafortunadamente no todo lo verde era color de rosaverde, pues había quienes aguarían esta aguacatuda fiesta. De repente, al perturbar la sede del partido conservador, un hombre vestido de verde (pero de verde malo) apareció en el centro del ritual, no tan alegre por supuesto ni cantando empana e bombillo, porque era el general Naranjas, quien venia con su turba de robocops a echarle gas lacrimógeno a la etnia de los Soledeños....
La etnia de los Soledeños, el sobri y la tía inicialmente creían que se trataba de un grupo de tropipopito "mi general naranjas y las güevas protegidas" que iban a amenizar el jolgorio, con su éxito "el que no salte es un tombo" acompañados por sus efectos especiales. Lo que no sabían los Soledeños, los teusaquillanos, el sobri y la tía era el efecto que causaba aquel grupete al cantarmarchando y al bailar con sus bolillos y escudos, con los espectadores quién de la nada comenzaban a llorar, no se sabe bien, si las lagrimas eran inducidas por lo emotivo de sus letras y cadencia en el baile , o por lo espantoso que resultaba aquel grupete que ni candidato a la patadita de la suerte eran.... al ver tanto llanto, tantas lagrimas, al etnia de los Soledeños decidió, repartir botellitas de agua y par pañuelitos para contener tanta lagrima y evitar la inundación de la sede del prestigioso partido conservador.
Ante semejante espectáculo, el sobri, la tía y la etnia de los Soledeños decidieron que no era buena idea, tener en cuenta para futuros jolgorios a "mi general naranjas y las güevas protegidas" porque el efecto que causaban en los espectadores siempre era el mismo, mares profundos de lagrimas y algo de destrozos, a pesar de ser un grupo de tropipopito, que aparentemente no incita al desorden y desmanes, cada vez que aparecían en escena los destrozos eran incalculables, como incalculable resultaban los adeptos y seguidores que iban sumándose por todo el park way a la etnia de los Soledeños... en medio de tanto jolgorio verde. Nunca se hubiesen imaginado queridos lectores lo que pueda proseguir a estas letras sino lo constata por sus propios medios, porque resulta que cuando el general Naranjas se le había dado la patadita de la mala suerte, no siendo candidato a la de la buena, la suerte no mejoro mucho para todos porque una llamada no grata recibió el sobri en su celuverde: "rrringgg, rrrringggg",
"Aló", contestó el sobri.
"El sobri!!!! que gusto oírte, he escuchado mucho de ti", dijo una misteriosa voz, "verderreportate misteriosa voz, eres un soledeño, otro tío perdido, un teusaquillano? Quien eres???" "Soy el Presidente de la Republica Juan Doctor Espantos". Al escuchar que tan renombrado personaje e importantísimo de la política lo llamaba, al sobri che le icho achi, e inmediatamente le dijo: "Dr. Espantos como esta tu familia ala???" Al ver la verde cobardía del sobri, la tía le arrebato el teléfono y le dijo al presidente con su voz amenazante: "Dr. Espantos, no le comemos a su general Naranjas y ni se le ocurra mandar al coronel Zapote y a su corte de tropipotito, estamos cogiendo fuerza, hemos destruido la sede del partido conservador y nos disponemos a tomarnos el poder". Chanfle rechanfle, para la tía no había sido suficiente retar a aquel desventurado gobernador en la Batalla de Tarapaqui, ahora quería mas, quería destruir al presidente, sus armas eran toda la coca dulce que se habían injerido durante la fiesta, las bolsas de Carulla para ahogar la guardia presidencial, los cigarrillos verdes para que todo sea mas divertido, y su arma secreta nuclear: un tumbao del sobri que no había visto la luz publica, y que la tía ha guardado durante años, porque sabia que cuando tuviera a ese tal Dr. Espantos de frente, sacaría de un Maletín de Trucos al sobri, quien se encargaría de mandar un hombro a 52° de latitud norte, el trasero a 85° de longitud oeste y la cola a la altura del Ecuador, un arma letal, "ja, ja, ja, ya veras Dr. Espantos, ya veras" decía la tía.
De repente un:
Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!!!!!!!!! con N mayúscula y oes infinitas, fue escuchado en todo el park way y en cada uno de sus rincones ; la etnia de los Soledeños y sus nuevos mejores compañeros de Recochología los teusaquillanos, de manera indescriptible lograron pronunciar esta maravillosa palabra de manera coordinada, tanto así que daba la impresión que hubiesen practicado, y entonando meses enteros para participar en una situación así.. Efectivamente el sobri, había sido víctima de un ataque desmedido de imaginación, de alucinación a tal punto, que confundió un árbol con parpados caídos con el presidente el Doctor Espanto. En medio de estas oes sostenidas, coreadas por los Soledeños, los teusaquillanos y la tía; el sobri recuperó un poco el sentido, y se dió cuenta que llevaba un buen rato hablando con este árbol de parpados de sharpei y cara de payaso recién desmaquillado. Una vez recuperada la cordura propia de la Recochología el sobri, la tía, la etnia de los Soledeños y los teusaquillanos, decidieron dar un giro en busca de aquella trocha que los llevaría de vuelta al apartamento de la tía. No sin antes tirar por debajo de las puertas de las casa del barrio, información sobre un taller de sanarización con el gran gurú de todos los tiempos, el gurú de los guruses.
En el camino se fueron quedando los Soledeños, los teusaquillanos quienes al despedirse agradecieron infinitamente al sobri y a la tía por la generosa recocha, por compartir historias, leyendas, cantos y bailes comandados por la destreza innata del sobri con aquel particular tumbao arrítmico imposible de igualar, por introducirlos en el mundo de la coca dulce, de los cigarritos verdes y de los brownies poco verdes pero que por ser de color chocolate de leche combinaban perfectamente con el verde verde.
El sobri hizo lo propio se despidió de la tía, no antes sin entregarle la preciada e inigualable guayabera traída desde la mismísima tierra de las guayaberas y los guayabos Jiwlandia: la tía saco de la caleta, si si en aquel mismo lugar del que salían los cigarritos magiverdes, la coca dulce gourmet confeccionada por el propio Churai, y entregósela al sobri.
Pasadas las 20:45 horas, después de tanto jolgorio, Recochología y danzas rituales la tía se dijo a si misma "mi misma deberías atisbar que están dando en la televisora" y entre una cosa y otra una .. le pareció ver una cara que le resultaba muuyyy familiar, de alguna de rama de árbol geneailógico cercana, voleeó pestaña para enfocar mejor.... si señores era el sobri y su lácteo amigo mozarelito en el histórico programa sábados felices codeándose con la gorda Fabiola , polilla y demás pandilleros del chascarillo.
Noooooooooooooooooooooooo nooooooooooo exclamó la tía !!!!!!!!!!!
