martes, 23 de agosto de 2011

Historias de Fantasmas. Buuu!

Después de leer el artículo Voices of fire – Spiritual Entities and Personality”[1] de David K. Stolowitz, B.A., llegaron a mi recuerdo diversas experiencias de historias recientes sobre encuentros con estas entidades. Estaba yo en Tarapacá durante el año 2009 cuando me encontré con Camilo, Giovanni y Chama, líderes del resguardo indígena Cotuhé Putumayo, se disponían estos a abordar una lancha que los llevaría hasta la comunidad de Ventura, a la maloca de don José uno de los pocos médicos tradicionales que quedaban por la zona. Resultase que en mi desparche les pregunté si podía ir con ellos, sin tener ni idea a que realmente iba a ir, solo me interesaba coger una lancha y que me llevara a un lugar desconocido, y si que lo fue, llegamos a la casa de don José, nos reunimos cerca a la cocina a donde la señora preparaba una sopa de pescado, comimos, guindé mi hamaca para estar mas cómodo y participé de una conversación que oscilaba entre la cuestión política y algunos problemas personales. La señora de don José se acercó a donde él estaba sentado, le movió la cabeza y lo fue soplando en el cuerpo, Don José se paró, giraba la cabeza, movía los brazos, y hacia una especie de silbido soplido, cuando voilà, como diría Gustavo Cerati: “tuvo el tiempo en suspensión”. Sentí uno de esos cambios en la atmosfera que no tienen nada que ver con cambios de clima, mas bien la presencia de algo invisible que venía a visitarnos. Pues bien, era un espíritu que entro en don José. Con una voz diferente, el espíritu se presentó ante nosotros.

Absolutamente frio, me quede sentado observando. Cuando avanzó la conversación entendí la razón de ser de ese momento, los líderes del resguardo indígena estaban interesados en saber que estaba pasando con la política local, pues pronto serian las elecciones para nuevo gobernador. Hablaron del candidato que ellos apoyaban, de su rival, decían que el rival estaba empleando maleficios para llegar al poder, para ganar, quienes eran los que lo hacían, preguntaban por cada cosa, programas de salud, proyectos, etc, y el espíritu contestaba de una manera que era evidente que ni este sabía lo que iba a pasar, yo me reduje al silencio y a escuchar, un poco prevenido de no involucrarme pues algo en el fondo me decía que aunque tal cosa fuera real era mejor no abrirla.

Cada espíritu se despedía y anunciaba al siguiente, algunos hablaban en portugués y otros en español, al parecer los espíritus son habitantes locales, no escapan del contexto geográfico a donde se aparecen. Las preguntas a este fueron las mismas, los espíritus contestaban vagamente como si no supieran porque carajos preguntaban por política. Mas me llamó la atención cuando uno de ellos, interrumpió el tema y hablo sobre Jesucristo. Uno de ellos que hablaba en portugués se presentó ante todos, saludándonos de mano, miraba a cada uno y hacía algún comentario, algo dijo de mi, nunca supe que fue, pero preferí continuar con mi política de observador no participante, porque aun no entendía realmente que carajos estaba pasando ahí.

Siguieron llegando espíritus, cada vez que esto sucedía don José se paraba de la silla, hacía unos movimientos de cabeza, hombros y suaquete!! aterrizaba otro. Las preguntas eran las mismas, que pasa con tal candidato, hacemos esto o lo otro, mientras yo en mi cabeza pensaba sobre que le preguntaría a un espíritu, y definitivamente mis curiosidades iban por otro lado, que pasa cuando uno se muere, porque está todavía por acá en la tierra, a donde vamos, y cosas asi, nada de política. Me quede dormido, y nunca pregunte absolutamente nada. Al otro día amanecí y encontré a don José tirado en una hamaca con un crucifijo en el pecho, como si hubiera llegado de la mismísima guerra, lucia cansado y agotado, concentrado en oraciones. Esa vez fue la segunda vez que vi a don José, luego tuve la oportunidad de conocerlo, somos buenos amigos, incluso el me curo de una diarrea que no me quitaba nada, con un té de cogollo de guayaba hervido por mucho tiempo, hasta que se ponga amargoso, y obviamente con un rezo.

Cuando se vive con los indígenas hay que acostumbrarse a este tipo de cosas, hacer un esfuerzo por entender porque están ahí, y de que manera hacen parte de su vida. Churai, otro médico tradicional de Tarapacá, me curó de una alergia en la entre pierna, una alergia que me aparecía y desaparecía por varios años y que en ese momento estaba en su mayor punto de dolor. Para la primera sesión me pidió tabaco y aguardiente, comenzó a entrar en trance, a revisar mi cuerpo y a preguntarme cosas, a invocar el espíritu que le decía la causa de todas las enfermedades, si era curable o no, y la fórmula para sanar. En una de esas estaba este hombre comunicándose con el espíritu, mientras yo estaba echado en el suelo ayudando con toda mi fe a que me curara de ese dolor tan jijuepuerca, cuando de repente Churai abrió los ojos y me dice” “espíritu dice que a usted le gusta leer Biblia”, cosa que yo no había comentado a Churai pues recién lo conocía. Así sucedieron cuatro sesiones mas, que acompañado de dietas, rezos, sopladas y ungüentos hasta el sol de hoy a Dios gracias no ha vuelto a resurgir tan molesta alergia. Con Churai nos hicimos amigos, muchas veces fui a su chagra a donde hacía sus trabajitos que le encomendaban cuando no se requería la presencia física del paciente. Algunos eran para sanar, otros eran ayudas para sacar proyectos adelante, y otros, para que hombres o mujeres consiguieran pareja.

Recientemente con los jiw también fui testigo de una sanación, estaba yo con algunos trabajadores de una fundación que tienen proyectos con ellos, cuando Francia que tenia a su hijo con ella le dice a Omar que su hijo tiene una lesión en el tobillo hace rato y no se le quita. Omar, sin dudar llama a payé Víctor, le explica y este se acerca, lo mira, toma el tobillo con sus manos, se le acerca con la boca al punto del dolor, lo sopla y saca de su boca un pedazo de algo, que era la enfermedad del niño, explica que se trata de un espíritu que habita en la tierra y que ataca cuando hay envidias alrededor. Continuo el paye la curación, al frente de todos y en un ambiente de reunión política, sin ningún tipo de aditivo ni entrada en éxtasis, siguió soplando y sacando cosas, ante la mirada no solo mía, sino de todos los que estábamos alrededor. Luego, fue mi turno, me dolía la espalda hace varias semanas, le pedí a paye Víctor el mismo favor pero este encargo a payé Evelio, me llevo a un lado, le mostré el dolor con una pequeña explicación, me toco y soplo, saco algo, que vi con mis ojos y me dijo, es un espíritu que habita en el agua, saco otros dos, y me dijo que en otro momento hablábamos al respecto. Eso nunca sucedió, pero mis ojos no me engañan, vi mi enfermedad materializada en las manos del payé.



[1] Descargue: Voices of fire – Spiritual Entities and Personality”