lunes, 2 de agosto de 2010

Conjuro a la letoquitis.

Ambil picante en la garganta para matar la infección de la gripa, mambe tostadito en la lengua y el cachete para iluminar el coco y encontrar el punto, estímulos de recuerdos de viejos conocidos que a pesar de los años y la lejanía los tengo presentes en mi vida, nuevas personas y buenas perspectivas, en fin, cuanta cosa mas podría contar. Para proseguir déjenme contarles un chiste que refirió Gustavito la ultima vez, resultase que había una vez un misionero que sanaba y salvaba con sus oraciones, reunía gente a su alrededor y predicaba por doquier, por sus grandes dotes de orador fue enviado como misionero al África, llegando el avión cayó y se murieron los 499 tripulante de los 500 que viajaban siendo nuestro amigo misionero el único sobreviviente, se sacudió el polvo, recogió su maletín que estaba al lado, y dijo “Señor, muéstrame el camino”, y en la espesa selva se abrió un sendero el cual empezó a recorrer, en la mitad del camino un león furioso y hambriento se encontró, con los colmillos le mostraba que se lo iba a comer, pero nuestro amigo misionero, levanto la mirada a los cielos y abrió los brazos “Señor, ponle pensamientos cristianos a esta fiera”, e inmediatamente el león levanto su mirada al cielo y dijo, “Gracias Señor por enviarme esta vianda y yo con esta hambruna”. Se le cumplió el deseo al misionero? Por supuesto que si, y el final, ya se lo imaginaran.

Para el picante del ambil y la lagrimita ha dejado de salir, el mambe va tomando forma y me sacudo del atajo, que trato de tomar imaginando que debo ser a los demás, y que si para todos hay algo diferente, y que si algunos hacen lo que creen y lo hacen bien, lo digo porque los encuentros con el pasado me turban la cabeza, es una dosis extraña de recuerdos con algo de frustración, es envidia, si lo es, yo sé, que he sido envidioso y lo debo admitir. Para ser libre se debe ser sincero consigo mismo, para crear hay que volar libremente sin esperar nada de los demás, pero hay que hacer la cuestión, pues las cosas pasan y se quedan en el tintero, en pudo ser pero no fue, mientras el interior del personaje se pregunta qué fue lo que paso, mejor no hago caso de tanta cosa. La historia del curioso impertinente que está en el Quijote nos habla de un caballero que puso a prueba a su esposa a ver si esta le era fiel, jugo tanto con la cosa, que al final esta le fue infiel, cuando antes ni lo hubiera pensado ser, pero porque busco encontró y tuvo que aceptar que no estamos para probar a nadie más que a nosotros mismos, a ser quien sabemos que somos, y a quemar toda esa maleza que nos crece en las entrañas, si se corta de raíz, es difícil que vuelva a ocupar la totalidad, pero si es solo por encimita pues entonces rápidamente, en donde debieron haber naranjos, cananguchos y limoneros, solo habrá rastrojo y nada será la cosecha. Un conjuro entonces busco para proseguir, pues algunas cosas extrañas me han visitado el día de hoy, día de enfermedad y de intento fallido de escapatoria, un conjuro para vaciar la cabeza y activar el vacilador, el mamador de gallo y el chevereador, pero siempre con coquetería, bien pensado y haciendo el gol. Las imágenes de la internet me muestran muchas cosas serias haciendo cosas no tan serias, que será diferente en todo esto, no será mejor renunciar al capricho propio y dar con impacto un Strike three? Hay entrañas mismas que reposan en los adentros, que se cuecen en cansancios y lamentos por la suerte, hay días que se van y se olvidan pronto y otros que quedan marcados para siempre en nuestra mente, cual es entonces la razón de ser de todo esto, vaya y pregúntele a algún filosofo que lo lleve en el viaje palabritico de la especulación trascendental, porque aquí difícilmente encontrara tal cosa, tan solo relax, y agradezca esa arvejita que lo hace levantarse cada día a trabajar, para crear y no para olvidar, ojo con la letoquitis, ojo, que a donde esta llega se hace a su acomodo, y ahí nos acomoda, no le sirva tinto ni agüita aromática, no le de confianza ni que pase del portón de su propia casa, mas bien conjúrelo de esta manera:
Oh letoquitis que pareces una bronquitis,
Ahogas en el agua y nos das conjuntivitis,
Chite al deber que no es el deber,
Viva la vida y háganse a lo hermoso,
Que lo que es, no cuesta y es gratis,
Gracia graciosuda y sopa sopuda,
De chilena o cabañuela,
Cabecita o de taquito,
Como sea no se deje meter en la letoquitis.

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