domingo, 12 de mayo de 2013

El Quijote Apócrifo.


Resulta que en estos tiempos me encuentro leyendo un libro titulado El Quijote Apócrifo, de un señor Alonso Fernández de Avellaneda, este libro tiene la particularidad que narra una tercera salida hecha por don Quijote y su escudero Sancho previa a la aparición del segundo tomo escrito por Cervantes. Cuando descubrí este libro, por puro azar dentro de una colección de libros digitales, me preguntaba que pudo haber suscitado este efecto de continuar una historia, siendo fiel al contexto, a los precedentes, la psicología de los personajes, pero no a su creador. Lo mas curioso parece ser como las aventuras de estos dos personajes se le salieron a Cervantes del poder de su pluma, tanto que antes de que este hubiese terminado su segundo tomo, este otro ya estaba siendo leído, y le amerito un comentario de parte misma del Quijote.
En la literatura muchas veces se copian estilos de escritura, y personajes, e incluso muchas invenciones modernas no son más que actualizaciones de relatos antiguos, pero que un libro salga a la luz pública como la continuidad de las aventuras de un hidalgo, incluso antes, de que el oficial inventor de estos personajes lo haga, es algo bastante particular, que merece, sin duda, ser tenido en cuenta en el hall de lo increíble. En que momento una historia de la literatura toma vida propia y se le sale de las manos a su autor? Al parecer en esos tiempos en que Cervantes escribía, también lo hacían un montón de locos que competían por fama y renombre, el Quijote, es un personaje que en su locura sale a la caza de cuanta aventura se le presente, a la caza de honra y prestigio, otorgada por ser caballero andante. Estos escritores, como Lope de Vega, y otros que ni me acuerdo, eran invadidos por ese mismo sentimiento, el afán por el reconocimiento los llevó a proezas tan particulares como el continuar historias que hasta sus colegas más cercanos comenzaban. La locura de Don Quijote y la de su fiel escudero Sancho, de la cual todos tomaban por necia y falta de coherencia se sale con la suya, elevando el relato de la mera anécdota al poder simbólico de reflejar, de ser espejo del mundo, de la conciencia humana, del devenir de la historia. Algunos lo ven como un cuestionamiento profundo a las estructuras mentales de la época, una revaluación y critica al continuo desencantamiento de la vida, pero más allá de eso, la historia del Quijote, se genera como un mito, parecido a esos relatos indígenas que nunca acaban, y que siempre se dicen estar incompletos y mal contados, porque siempre hay otro que sabe una parte, o que puede explicar mejor alguna historia, el relato es revelado, y tiene vida propia, es una entidad capaz de transformarse y renovarse con el tiempo, las competencias de la época por ser el primero en escribir y ser reconocido, pasan a un segundo plano, el Quijote es el mito que está siempre vivo entre quien es absorbido por esa fascinante locura, y es que es una enseñanza además de todo, algo que le recuerda al ser humano que la vida se construye con base a esas locuras, a vencer el miedo y a combatir, con una espadita de papel el pos del desagravio de los desvalidos, el ideal de dar la vida, la práctica de la locura que se apoya más en la fe que en la razón. 

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