viernes, 21 de octubre de 2011

La lengua no siempre habla de si.


La lengua habla de si, como el oro reluce ante los ojos, también el cofre no deja ver, como los ojos no permiten creer; porque preferir la cascara a la fruta, si la primera es amarga y la segunda dulce; porque esconder lo que se debe saber; porque temer cuando se debe decir. La lengua habla de otros, como el oro se cambia por cosas, también el cofre deja imaginar, como los ojos buscan la verdad; porque chuparse los dedos si la sustancia la tiene la carne, porque esconder lo que no se debe saber, porque temer cuando valiente se es. Mi lengua habla de ti, como el oro mas preciado que los ojos no pueden ver, el cofre cerrado no puede estar, como los ojos buscando brillar, porque siempre aparentar lo que el alma no es capaz de crear, lo primero se llama imitar, y lo segundo dejar aflorar…

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