martes, 27 de marzo de 2012

Clown


Y como casa milagrosa, el principio y el fin del mismo clown se presentaron ante mi, invitándome a entrar a descubrir un mundo de lentos movimientos y pocas palabras, a donde el sentido esta en tejer historias mudas, sobre la misma trágicomedia que puede ser la vida, como un rayo sinuoso que pasa por el drama, la esperanza, el juego y la torpeza, presentando de manera amable a un nuevo personaje.

Que clown sea yo, no lo se aún, y estoy lejos de saberlo, pues es tanto el descubrimiento que a cada hora sale un nuevo personaje. Cuando la profesora Christine nos pidió llevar un objeto para la primera clase, puse en mi maleta un turbante y un huevito, porque son elementos con los cuales ya se han tejido historias de comedia en las calles de Cairns, y en los escenarios de Sábados Felices, con el turbante se hizo ese clásico video recordado por todos, Ali Baba.

De la primera clase a la que asistí, me quedo un extraño sabor de boca, aunque reconocía que lo que había pasado adentro era más importante, que simplemente sentir que se sale con una liviana sensación. Se empieza por enfrentar el ego, y comienza el reto de cada alumno por superar ese molesto querer demostrar porque esta ahí, o porque cree tener talento para ser clown, un comienzo bastante estúpido para todos.

El talento y la complejidad hacen los egos tropezarse, y por ende los peores shows, mientras la virtud de la paciencia y la Fe, que como obra misma de diosito lindo, sale siempre a rescatar el momento con graciosos y divertidos números. Como los que se recuerdan  aquella noche en Ubaté, cuando a los asistentes al concierto de la banda del Joe y el Pipe “no me acuerdo”, vallenatero él, se les degustó de una deliciosa entrada de queso mozzarella, pues alla mismo en la tarima estuvieron Iván Rodríguez, leyenda del Rock Bogotano, productor, bajista y compositor, estuvo Aleja, artista de las más bellas artes, Gonzalo en la batería, el maestro de los futuros músicos de Ubaté, Paulis, bailarina de Ballet y poseedora de una perfecta métrica musical, y ni que decir de los hermanos Pope, que como los mismos corioto, van al cielo con su instrumento.



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