miércoles, 15 de julio de 2015

Esperando el avión...

Siendo lo facericido y aguardando en las postrimerías para encontrarnos con el Cielo, se suceden las cosas en tierras de las tarapacudas. Esta aventura estuvo acompañada de los Brahmanes, quienes enseñan sus kriyitas y vinyasas, regocijosos encuentros con las artes que emanan cuando la Shejina nos acompaña, y las luchas internas, que nunca faltan, siempre fluyen en enseñanzas importantes y soluciones en la vida, venga que es asi. Sobre todo ahora que la aeronave despliega sus alas y toma impulso para viajar a otros lugares, donde se dibuja en la mente lo que manifiesta el Espíritu, sin interrumpir la respiración ni contenerla, sino incorporándo su estabilidad a ese colorin festivo lleno de crespos y vivezas, que forman un jardín de seres de la naturaleza. No dejar de respirar y siempre trabajar por medio de ella, porque Dios asi entra mas derechito a la glandula pineal, para que se abra el dibujo y se diluyan los miedos de quienes alguna vez acompañaron al Rajad Maniobrin Bebebuafiano. Pedimos iluminación y mucha concentración, el Amor esta al mando, y la Shejiná nos acompaña.

El mundo porvenir y este mundo, son presente y nada mas que presente, la iluminación eterna y la comunión con Dios, ese Cielo que me describió Climaco esa noche en su casa por el Sucuruyu, con trompetitas y angelitos, arco iris y querubines, arcángeles padres y madres, hijos e hijas, santos y apóstoles, profetas, redentores, salvadores. Se forja una imagen pero no es una imagen, sino es un sentir que se va tornando profundo y nos lleva por la luz blanca que comunica con Dios. A esa misma Luz me conecto, a su protección y con el corazón humilde le pido permiso para llegar a mi casa, con Tomas y Paula sin ninguna novedad, bien. Hoy es el viaje, salgo de Tarapacá con el sabor que me gusta y me dice que la feria va a estar buena. Asi espero el avión, con la hojita de limón o el cítrico que encuentre, y que en caso de estar en Cucunuba puede ser entonces eucalipto.

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