jueves, 25 de septiembre de 2025

Sueños en la Luna

Uno de mis temas favoritos en los sueños, o más bien favorito para mi inconsciente, es la casa de Chía. Anoche volví a soñar con ella. Estábamos mi hermano, Abril y “yo” (Yo soy todo el sueño) dentro de una carpa en el patio de la casa. Abril estaba durmiendo. Habíamos llegado y nos acostamos boca abajo mirando hacia fuera por la puerta, veíamos la casa, no había nadie adentro, de hecho, el sueño insinuaba que en la casa nadie había estado desde que nos fuimos. La mirábamos esperando encontrar a alguien, tenía las luces prendidas y se veía más ancha, era de noche. De pronto escuchamos que alguien llegaba, sentimos nervios de que nos vieran que estábamos ahí, y pensábamos salir. Abril seguía durmiendo y nos preocupaba que estas personas nos quisieran hacer daño, y nosotros con una niña dormida entre la carpa. Se sintió un poco de angustia. Entonces entraron, y nos dijeron que tranquilos que ellos también usaban esa carpa para descansar. Ese fue todo el sueño o al menos de lo que me acuerdo. Otros sueños que también han tenido que ver con la casa de Chía son por lo general adentro, este fue en el patio, algo nuevo. Hay una sensación constante en todos los sueños, la idea de que ahí aún hay algo nuestro, o algo mío, y que de alguna manera a pesar del tiempo se mantiene como un referente importante en mi memoria. Y como no, pues como lo dice mi Facebook, yo soy de Chía y crecí en esa casa que ya no existe. Siento que aún algo mío, o que creo mío, está allá. Ahí crecí con mi hermano, mi mamá y mi papá. En la casa familiar hay muchas historias, algunas bonitas y otras feítas, gracias a Dios, todas edificantes y de las cuales he aprendido. Es extraño llegar al punto en que la misma escritura lo lleva a uno a sincerarse, a dejar rodar el cieso para desentrañar una situación pasada, o quien sabe que otra cosa, porque de momento no se prende el recordador y la descripción de las imágenes se vuelven evocaciones, sensaciones que dicen que todo en la vida esta para agradecerlo. Agradezco la vida que escogí.

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