lunes, 28 de marzo de 2011

Imágenes y desvaríos.

Merodeas intersticios a donde creíste nunca más volver, te asomas curioso como queriendo saber que pasa después, después de que te hayas ido, y lo abandonaras todo, pero resulta que te veo, con la misma cara de penumbra de hace años, observando el mismo rincón una y otra vez. Poco a poco abro mis ojos y me doy cuenta que es un espejo, que esa persona que parece haber caído en un extraño momentum de incogniscibilidad no es mas que el propio reflejo de mi persona, al que creí enterrado, desalojado, deportado, ahí está nuevamente mirándome de cerca, retando a mi corazón a mirar al frente para no quedarme en sus oscuras tentaciones. Entonces de un salto lo conjuro, le aplico el truco aprendido a donde el mago Potes, para dejarme ir hacia la libertad, a donde de aseguro la Cinufanta encantada aparecerá bailando un vallenato, o porque no, el Hieroto gomelo, a quien le amenizan los movidos de jopo de Rosquijin, un viejo conocido por esta historia cuando tenía corte de comedia. Apuraban por esas épocas un cuento de viejos destinientes, quien en fabulas de Pit Kreutz recordaron al mundo aquel cuento en que Danielle Fiori venció con su flato y salvo la vida del reino de Boluba II, esas pequeñeces de la imaginación que se hicieron magia y han venido transmutando en la vida de los autores, arrebatando al espacio y al tiempo su secuencia lineal, para instaurarse en un plano recochologico sin coordenadas y donde el único vector es la destineada, a donde todo lo increíble se hace lo real, pues aparece ante los propios ojos de quien siempre lo hemos creído, y luchamos, a pesar del dolor que nos causa el ser juzgados continuamente por la sociedad. Así se escribe este cuento que tiene sus inicios más puros por allá en los albores de un LoQuEgIo, a donde el maestro de los bufones nos educo con esmerada disciplina para nunca mas ser presa del conformismo que produce el confort, la comodidad y las posesiones, cuyo efecto favorito es el engaño. En el viejo rincón del cuarto a donde naciste y viste a tu familia, a donde lloraste, reíste y jugaste, ahí estas aun entre nostalgias y anhelos del presente. Porque será que por momentos el reflejo en el espejo se siente tan ajeno, pero tan profundo, llamando insistentemente a la divina providencia para sacar de una vez por todas las lecciones aprendidas con el libanes morisco y el cristianente, las valentías de un gran destiniente nacido por alla muy lejos, o las aventuras del compadre Erasmo a quien es imposible olvidar, ahí que será lo que pasa, pero desde este humilde momento en que se caen ciertas conjuraciones de palabras, sin ninguna dirección ni sentido, únicamente dejándolo aparecer, entonces recobro las fuerzas de las cenizas, y me aprendo la lección verdadera de aquella comunidad que me decía que por nada en este mundo se viene a vivir, aunque en este mundo estamos viviendo…arrimo mi mano a la coraza que tengo a la izquierda, que parece desvencijada y oxidada por el desuso del tiempo, con la mirada fija y mi vida puesta po’alla a donde la siento estar, de un solo toque le hago un relucin, el oxido se hace oro, y desvencijado un tono añejo que ajijos si que le da buena pinta a la coraza, entonces con ella me visto, mientras busco la espada que de su forro no ha salido, esta luce hermosa pero pesada, asi ha estado por días y semanas, no es cuestión de agüero, ni de esas cosas imaginisticas, de no se donde saco fuerzas y la levanto con tal ahinco que siento mas pesada la espada de juguete del rey Arturo , si señores, con coraza y espada, y ahora quien protegerá mi cabeza? Esta ultima parte requiere de un poco mas de verbigracia, a remontarnos a las épocas en que la papa encantada abrió canales nunca imaginados de creación infinita, de alegría axacerbada, y bueno, mostro lo que será mas que lo que es, aunque también es. Por desfortuna de la papa, ya se ha acabado la cosecha y pues la tierra ha quedado mas optima para otro tipo de tubérculos, pues en humos de imagineria que sabroso que se pasan las cosas, pero que soponcio el que produce el salir a trabajar, el querer hacer algo, el empujar el burro para que se haga lo divertido. Y no siendo mas lo que les vine yo a contar, no sobra recordar estimado lector invisible, que los Mozzarella ya prendieron motores, para arrancar con la continuación de su misión recochologica, que entre tremenda sopa desordenada de cosas sin sentido ni trascendencia, bueno, de pronto por accidente, o por gracia de Dios mas bien, se haga lo trascendente, y lo ordenado, una semilla que sembrar.

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