martes, 18 de diciembre de 2012

Vuelta al punto trino.


A tres lados del cuadrado se le suma una arista mas, un ángulo cerrado rompe con el triangulo y busca el equilibrio, así mismo una raya lo atraviesa por el punto medio de la cruz, pareciese una simetría pero no es completa, no hay forma de desplazar la imagen al dominio, ni el dominio a la imagen, uno es función del otro, el resultado de una operación definida por la rotación y la simetría ortogonal. Del centro una espiral empieza a surcar, sigue saliendo, creciendo sin cesar hasta que se pierde en el infinito del papiro mental. Un planeta encuentro ahí  se llama Saturno y está en la cuarta casa del zodiaco natal, cual será el signo del génesis de este universo, en qué punto habrá nacido, será que todo fue así de repente, o más bien mucho lo mas despasitico. Retrocedo y vuelvo por las curvaturas del espiral, la conciencia se encoge, se comprime y se desplaza, hasta el centro y el principio, como volver de lo infinito, el espiral sigue y no termina, como se va a poder llegar hasta el principio. Pero levanto el lápiz y rompo las reglas que gobiernan los sabios del universo creado, para llegar una vez más, al eje ortogonal, sobre el punto de encuentro de la cruz donde se juntaron las aristas del cuadrado, ese mismo que volviendo pierde y vuelve al punto trino de la misma perfección.

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