viernes, 28 de marzo de 2014

Escribir sin medida.

Hágase lo mucho o escóndase lo poco, como es que se viene a dar aquel regalín si la puerta por donde sale no se abre, sino que se reserva lo mejor. Será el misterio que se esconde en los albores de una historia de un par de destinientes que algún día cambiaron el mundo por el amor en el corazón, por la verdad de la vida y nada más que por ello, pues así se recuerda, así se dice, o se hace, pero nunca más que sea ir a atrás a corregir la ortografía, o aunque  a veces pasa, y también con la gramática, que toca por ahí hacer una plana, de varias veces: ponte las pilas y completa lo que haces cuando debe de hacerse, es una armonía de economía y tranquilidad, de placidez y eficiencia que se deben tener con los asuntos de la casa. No se por qué siempre hay que estar lidiando con un eguillo que nos molesta, y que nos engaña con pensamientos sacados de onda, pero que va, si ese es el maestro, al que se le aprende a amar… así sea el mismo enemigo. Se trata de sacar, de contar las historias que pasan alrededor de acá en México, viviendo con Paulis la experiencia más del cielo habida, y que además esta con la intención de ir por la mejor parte de esta historia, la vida juntos, aquella delicia de sentir el lazo de la fraternidad y el compromiso de crear con el amor y nada más que con eso, la libertad de escribir y soltar el corazón, sin medir las consecuencias que se cristalizan. 

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