jueves, 8 de mayo de 2014

De Teatro a Clown: reflexión sinckuanperfecta del profe Aurelio Gallo

Cuenta Aurelio Gallo, inventor y escribiente de esta historia, que en esas mismas que se facía lo facerido, despertó temprano en la mañana queriendo entender porque en cosas del teatro se conversa con tantos espíritus a la vez, como si no hubiese manera de escapar a la interpretación de algo que sale solito, sin mucho esfuerzo. Ni sobra ni falta de aquello que se conoce como el tacto del acomedido, que la imposición muchas veces en las tablas debe ser dominante y contraria al yo que se cree que es yo, solo así puede haber un personaje de teatro, que no lo es por el solo hecho de estar ahí montado, ni porque tenga publico alrededor, sino más bien por la puerta que abre en la corona a las muchas manifestaciones que el espíritu pueda tener. El clown, es algo parecido, pero mucho menos expuesto a lo impredecible, así su esencia sea la sorpresa y el dejarse llevar, la delicadeza con la que el clown penetra en los ojos de otras personas, no lo puede convertir en un rol implacable que se quiere comer todo el escenario, a todo el público y a él, mismo, deja jugar, baraja la situación y la propone a una lentitud tal, que pareciese que en el hacer nada está hecho. Siendo Aurelio Gallo no docto de estas áreas del teatro ni del clown, su opinión se hacía poco importante y mucho lo confusa, pues en su análisis castraba el lenguaje de destino que tenia eso para sus vidas, en una sopa que se conjuraría como un cucharon cuando revuelve un sancocho, como una brujita su pócima mágica, o un encantador a los ojos de lo conquistado, además, Aurelio Gallo, nunca tuvo noticias de esas artes sino fuese por su primo Silvigilio Jasopa, quien contole la historia de Rosquejin, y del farsante de teatro, que supuestamente mejoraba la salud, y armonizaba la comunidad cuando sus disparatadas obras presentaba en el escenario. Sobre esto y muchas otras cosas íbase tratando la historia, tratando de encontrar el norte, pero solo al sur se dirigía su camino, pasaba al lado oriente, y al occidente, como sin rumbo, pero con la confianza de que en el sin rumbo, un claro destino de esperanza se le dibujaba, puede que estuviera loco, pero ya era demasiado tarde, ni los ejercicios de la razón sinqcuaninperfecta podían evitarla, y ya eran parte constitutiva y viva de esta historia, esa que pensaba que la maestría no era un estudio docto ni una retórica de académicos desocupados, sino aquello que se hace con el corazón, y nada más que con las ganas de hacerlo, y así mismo se convierte, pero con la clara aclaración que nunca sería posible si no se rompe el cascaron, y se lanza nuevamente a alguna de las aventuras que mas le gustaba vivir, esas que además dejan extremos sentires, y sucesos graciosos, cargados de simpleza y honestidad en las palabras. Cual sería la idea, la luz del bombillo que sus augurios prenderían, la manera no de escapar sino de transformar las cosas que ahora a su alrededor mágicamente aparecían, los embates de salud son señales que recuerdan esas cosas que están anotadas en la libreta de tareas de la vida, como un devoir, pour vendredi, samedi, o dimanche, no hay día ni hora para prenderle la turbina a lo que se debe hacer en estas, y todas las tierras, que se han de visitar. 

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