miércoles, 28 de febrero de 2024

Adios mamá


Mi mamá está frente a mí, viva, respirando y consciente, pero enferma, en el final de sus días debido a un cáncer que empezó en su útero y se ha metastatizado por su cuerpo. El viernes me voy de Santa Marta, me despediré de ella, me despediré para siempre en esta vida terrenal. Le hablaré a Dios de la mujer que me dio a luz, la que me tuvo en su vientre y me cuidó hasta que crecí. Le pido a Dios que su partida llegue pronto, no quiero verla más así, solo deseo que descanse. Han sido los días más difíciles de mi vida, enfrentándome al reflejo de una vida que debo afrontar con entereza y decisión, trabajar por mí, por mi familia, enfocarme en los cambios que debo realizar, pues todo lo que sucede es una enseñanza que me señala el camino que debo recorrer. Le agradezco a mi mamá, le agradezco haberme dado la vida, cuidado, amamantado, regañado, amado, le agradezco todo, porque ese ha sido el plan y todo sucede por alguna razón. Le agradezco a mi papá por haberme mostrado desde lo que he decidido no ser hasta lo que debo ser, sin juzgarlo, amándolo. Te quedas solo, papá, en esta vida, sin mamá. Ojalá también aprendas lo que debes aprender. Cuando pasamos por esto y nos despedimos de un ser querido, aprendemos cosas que nunca antes habíamos aprendido. Es la hora, no se puede postergar más lo que debo hacer allí. Pido ayuda y valentía para recorrer el camino de la redención, del cambio y la apertura de mi ser hacia la libertad espiritual. Hacer lo que debo hacer.

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