sábado, 20 de marzo de 2010

Compendio del manual de filosofía barata: el asunto del poder.

Siendo fiel a las máximas de comprender el porqué ciertos acontecimientos se suceden en la vida, cuando en los adentros queman fogonazos y preguntas de por qué si no se comulga con una forma de hacer y creer en las cosas de este mundo, pero eso mismo que se rechaza como principio divino de diferencia, se le pone al frente y lo reta a uno. No dejan de revolotear en mi cabeza varias preguntas concernientes al poder y la organización entre los hombres, pues confieso que me inquieta saber la causa de la poca esperanza que representan estos hombres que venden promesas, las mentiras que ofrecen en nombre de las realidades, y en fin, esa actitud de entregarle todo a los instintos corruptos de la ambición cuando se organiza y forma eso que se conoce como poder, propiedad que en sí misma no se valora como buena o mala, sino del uso que hagamos de esta.
Entonces vemos que todo sucede por algo, y la vida no es definitivamente siempre la historia que anhelamos contar, sino que nos vemos enfrentados a situaciones que al parecer atentan contra nosotros mismos, hasta que las logramos divisar, como parte sustancial de un algo que está en nosotros, pero que estamos abandonando. Así es esto mismo que les vengo aquí a contar. Resultase, que en mi libreta de campo tengo recogidas varias anotaciones que aluden a temas mas o menos parecidos a estos:

“…durante la reunión las mujeres hablaron, y siempre que intervenían lo hacían con demasiada precaución, como cuidándose de no insultar a otras sin estar haciéndolo…”
“…enseñados y aculturizados por la política burocrática nacional, los líderes del resguardo visitan las comunidades y los llenan de promesas, se hacen atender como reyes y disponen de la gallina o el marrano de cualquier familia, los cuales con un aire servicial, se lo dan, pues en su concepción las regalías del Estado son recursos de su propia chequera…”

“…la jornada de trabajo resulto muy interesante, aunque no faltó el habitual desquite con la lengua en contra de las compañeras de la asociación que no estaban presentes…”
Citas de este tipo tengo miles en mi diario de campo, que aluden a formas diversas de seres humanos quitándose la energía unos a otros, hundiéndose, bien sea por la palabra o el abuso, y no estoy hablando de una sociedad en guerra, pues todas estas filigranas y formas de entenderse entre los hombres y mujeres son sancionadas como aceptadas, tolerables, legitimas, están inmersas en la propia existencia de la gente, y aunque molesten a todos, ahí siguen, tan invisibles como siempre. Y no con esto estime mi querido lector o lectora, que promuevo la necesidad de una sociedad sin conflictos, pues aun mas, considero que la ausencia del conflicto a conciencia es la causa de esta cohesión inconsciente, mas individualista y construida desde el ego, que desde el servicio y la entrega desinteresada.
Y como ya lo puede estar intuyendo el lector o lectora, aquí hay lo que los críticos de cine y literatura denominan un ideal cristiano, y si lo hay, pero solo déjenme hacer una salvedad, esa idealidad que se le concibe como el supuesto deber ser pero que no es, aquí no es. Me refiero a lo que es, no porque ya sea, sino porque hacemos que asi sea a cada momento y aceptamos el error como parte de ese proceso. Y entonces, entre todas estas conjeturas, también viene una relación a mi cabeza, y es que dichas formas de organización humana a donde el malestar del sujeto es el pan de cada día, y adonde no hay gozo a la hora de dialogar, porque se teme ofender o prometer lo que no se cumple, donde hay juicio social y estar mirando lo que hacen o dejan de hacer los otros, chisme, habladeras, politiquería, etc; son todos elementos de una enfermedad que se siente en los adentros de la persona pero que se diagnostica en la estructura de la sociedad: la letoquitis.
Entremos pues en materia, en Marcos 10:42-44 Jesús compara dos sociedades que viven en el mismo mundo, pero no creen en lo mismo, la sociedad de los paganos y la de los futuros cristianos, y para que el desocupado lector o lectora me entiendan mas a donde quiero ir, y dándole un poco de caricatura pedagógica a estas sabias enseñanzas del Maestro, piense usted en dos mundos, el de la letoquitis y el de la no letoquitis:

“Jesús los llamó y les dijo:
«Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones las gobiernan como si fueran sus dueños. Y los que tienen algún puesto hacen sentir su poder.

Al parecer hay una necesidad innata en los seres humanos de sentirse incluidos en algo, y hacer sentir el paso de su tiempo en la vida como algo que avanza, lo que en ocasiones puede ser un “hacer que algo está pasando”, sin que necesariamente este pasando. “Ya hemos corrido mucho y alcanzado nada” me decía un señor ayer en la calle cuando simplemente le preguntaba como estaba, él siendo miembro de una las asociaciones indígenas ha vivido en carne propia el desgaste de sentarse miles de veces con las mismas personas a ver como se le tima al estado de que ellos son indígenas, y que por eso deben darles un trato diferenciado. Aluden su tradicionalidad, su organización, su forma de pensar, y en fin, asuntos que están más en un pasado que un presente, pues despaciosamente empiezan a ser sociedades ligadas a poderes burocráticos. Así, la ficción indígena permanece, pues la anhelan, porque saben que precisamente en esas formas tradicionales de organización se respetaba el orden social como un orden del cosmos, y no como un oportunismo vulgar de alcanzar algunos milloncitos a cambio de ayudas para los amigos. El rescate de la realidad indígena, se convirtió más un asunto de política estatal que de voluntad de los indígenas, quienes increíblemente después de vivir independientemente del poder estatal, ahora exigen del poder estatal un reconocimiento a su independencia.
Hasta aquí, es una lectura social, un reflejo evidentemente deformado de un uso de la energía colectiva que se hace irresponsablemente, y es ignorancia, no puede ser otra cosa, pues aunque todos hayamos sido hechos del mismo polvo, hay una historia que nos determina y por lo tanto es motor de lo que somos como comunidad. Quizá el asunto del conocimiento si es un asunto evolutivo, y no basta con saber todos lo mismo, y acceder a los misterios de las grandes verdades, ni es un asunto de materia obligada del colegio u objeto de estudio de una ciencia social. Nada más alejado de lo que es verdadero. Nos queda entonces una desconfianza enorme a lo que pueden ser los planes de los dominantes sobre los dominados, e igualmente puede ser la respuesta de los dominados, pero no es un acertijo sin respuesta, pues si en tales términos seguimos planteando la cuestión, mal haría yo en evadir una posible salida.
Cuando se escribe de esta manera se teme dar la sensación que algo grandioso se va a decir, o que se está juzgando desde un punto de vista tan ególatra que no se teme hablar de lo profundo con claridad. Pues no siendo tal mi caso, y asi como el que arregla computadores puede hacer lo mismo que yo hago ahora, y lo que no descarta el hecho que su computador pueda estar dañado, es un deber arrancar con uno mismo y encomendar a Dios los resultados, con la salvedad de nunca ser infalible, ni creer tal cosa.
Todo es energía, decía una amiga que visito estas tierras hace pocas semanas, el cuerpo, las palabras, la fe, todo es energía, incluso Dios es energía. Asi como las dietas se descubren por obra de la ciencia empírica y trascendental para regular el funcionamiento del cuerpo humano, asi mismo las energías no pueden ser tratadas indistintamente como si todo fuera rellena o papa criolla, ya que si observamos con mayor detalle encontramos arvejas y aun si preguntamos a la cocinera nos dirá que lleva ajo, cebolla, pimienta, cosas que ya no vemos pero si degustamos. Entonces, así mismo es esta sopa humana, un aglomerado biológico que está conectado orgánicamente entre si.
En fin, ahora soy yo el que da vueltas y vueltas y no concreta nada, y me perdonaran por favor, olvidé lo que vine yo a escribir, pero no se me olvida como lo voy a finalizar. Por lo tanto nos quedan tres cosas: 1. Los humanos viviendo juntos como un cumulo energético, generan estructuras de poder, que por supuesto no son más que relaciones orgánicas de la energía. 2. Todo es energía. 3. EL poder es un reflejo de la energía. Bastante simple y obvio, pero perfecto para introducir la siguiente historia: siendo entonces la sopa un conjunto diferenciado de ingredientes que se degustan y sabrosean, pasando por la costilla, el coliflor, y el maíz, y todo lo demás que nos hace extasiar y sentir la perfección mientras la comemos y relamemos en la mesa todos juntos, levantamos la mirada y esta la cocinera sonriendo con toda su buena onda, y entonces, por efectos mismos de la divinidad en bucle, entendemos que no se puede hablar tanto de cómo hacer una sopa deliciosa cuando es mejor comérsela, pues ese delicioso sabor no solo viene de los ingredientes, sino del espíritu de esa persona, de lo que pensó y puso en ella.
Al respecto el Maestro dice, Marcos 10:43-45:

“Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, que se haga el servidor de todos; y el que quiera ser el primero, que se haga siervo de todos. Así como el Hijo del Hombre no vino para que lo sirvieran, sino para servir y dar su vida como rescate de una muchedumbre.»”

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