lunes, 29 de octubre de 2018

Ciudad de la Luna


Una cajita de recuerdos se abre, su tapa es una melodía y los recuerdos son letras que se cantan. Quien estaba adentro no sabía, una voz siempre me dijo que no era yo, y así mismo lo asumí, me perdí en el destino de mi soledad. Pero la caja es musical, y cuando suena habla el lenguaje que no entiende la mente, hace vibrar una parte que dice y repite, si era yo el que estaba ahí. Leí, entendí, traduje cada palabra y si me vi, en la Ciudad de la Luna volando cometas y globos, en el árbol que tenía para subir cada vez que quería perderme en sensaciones que estrujaban a mi corazón. La amnesia, la defensa de quienes prefieren empezar su historia sin historia, enfrentar el día a día, simulando el olvido del pasado. Pero es imposible, porque jugábamos con pistolas en la Ciudad de la Luna, montábamos en bicicletas y nada podía detenernos, porque no imaginar y enviar una estrella, a un universo del cual no salí pero no volví a ver, yo sé que estoy ahí, y lo puedo sentir, quizá por ello aclamo por una segunda oportunidad en la Ciudad de la Luna.

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