lunes, 29 de octubre de 2018

La constelación es biológica

La constelación es biológica, y la primera constelación es la familia, claro que si, es donde se juegan los pedacitos de ADN para unirse de diferentes formas y crear seres únicos en el universo, los ratones tuvieron sus progenitores que a la vez fueron progenitados por otros roedores, la ascendencia, y lo que sea… en algo la ciencia y la religión se pueden poner de acuerdo es que todos venimos y vamos pal mismo lado, el viaje es realmente de todos. La familia originaria, los gametos que arrancaron la osmositosis del fitoplantros, toda una loza de corales que emergieron tras un erupto de la Pacha Mama, como por decirlo así. 

Es en las constelaciones a las cuales estamos atados donde se juegan los genes, se revuelven, se reorganizan, se rompen, recomponen y olvidan. Es una cosa difícil de imaginar por que no contamos con lo que nos permite verlo y entenderlo de adeveras, sin timaderas. Pero lo cierto es que en este arte de la creación de mundos son muchas las pinceladas que pudieran estimular nuestras vidas de manera positiva con los otros seres, diferentes biológicamente, pero, aun así, juntos, compartiendo el misterio de la vida. La idea de ser uno, de reconocerse como un todo, una dialéctica de esas que enseñaban en las finas aulas del departamento de sociología. 


Es poesía, hasta el fin se puede narrar con poesía, porque así es que se trazan los puntos de vector, las trazas de las dubis que no se intersectan con otras, las reglas del parqués, los mundos que se crean cuando poseemos unas cualidades que no reconocemos en los otros seres, como esto que estamos haciendo, leyendo, y yo escribiendo, mal por supuesto. Nuestra constelación biológica, o micro-macro constelacionismo, todo ese video, toda esa rima que se puede hacer parafraseando la objetividad científica, con acostumbrada frialdad.

No hay comentarios: