viernes, 6 de marzo de 2009

Oda a la patria

Muchas palabras se escuchan, solo las simples permanecen, que difícil es decir cosas bonitas, que fácil es maldecirlo todo, también se puede comentar sin mucho lo afectar y eso también pasa como una palabra de lo bonito, pero eso de putiar por tan solo putiar, si que poco se le puede jalar. Y es que en esta tierra una extraña violencia nos arropa, a unos nos conmueve a otros los alienta, no se sabe pa donde coja, prenda el noticiero y escuche lo que pasa, niños, hombres y mujeres nadie se escapa de una pasión confundida con marcas de cerveza y fiestas para estúpidos.
Así es esta tierra bonita, o perdón así es la gente de esta tierra, al planeta solo le pusieron tierra repartida en forma de extensiones rodeadas de mar, no se como llego a la forma esta especie, que se dislumbra con poquito y agradece no morir en manos de su prójimo, lo mas chistoso es que se persignan como si fuesen recorriendo un camino sagrado a donde el sufrimiento habita y la esperanza no es mas que un concepto del intelecto. Por eso creo que cantar y retar esas finas e invisibles huellas del rencor es una posible salida que extirpe de aquí la envidia. Un pueblo chico también alberga violencia chica, pero suficiente para hacer cambiar el rumbo de una calle por otra quizá menos peor, o por lo menos, mas iluminada.
Ahí mi patria querida, como me das dolores de sieso y no se diga de ese espasmo que produce sentir las bocas de tus habitantes hablar. Me da nervios existir, me da miedo contradecir, aquí todo es tiranía de algún vivo que enreda con la lengua al otro, y que mas da que contar todo lo que siento yo aquí y eso que no salgo de las murallas escondidas de la tierra mas bendita del planeta, el Reino de Cucunubá.

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