miércoles, 11 de enero de 2012

El riesgo de reír


Transcurrir la vida sin ni siquiera arriesgar, un instante de segundo, un átomo de tiempo, para que la vida sea otra, para que las caras largas sean más sonrientes, para poner a volar el sieso a espacios siderales, a donde la recocha y la juerga se prendan por un segundo, no se trata de ver solo la vida pasar. Cuando más negro es el túnel, cuando se cierran todas las puertas y nada ni nadie parece estar interesado en tu trabajo, entonces solo recuerda una cosa, que Alejo no es alejo, y que el Maniobrin Bebebuafiano siempre manifestara una nueva puerta, diferente e inesperada a los demás, bendita porque es la que mi Dios te señaló, si señores así es, por eso cuando llegue la hora no se puede escatimar y se debe dar todo de si, se debe hacer siempre lo mejor, y nunca nada esperar más que solo agradecer por la vida que se tiene. Entre las muchas cosas que se suceden, pocas son las que se narran, nada es tan literal como para tan solo describir, porque aquí había una vez, un laberinto que a nuestros paso se torno, al castillo debíamos llegar, y no temer por los horrores de la oscuridad, cada susto fue no más que un chiste que la vida echó, cada espanto no dejo más que una anécdota más para con los amigos compartir. 

No hay comentarios: