miércoles, 11 de enero de 2012

Habladurías del tiempo.


El pasado se pregunta, si mañana va tener futuro, la guerra asume que cuando termine tendrá paz, el futuro asemeja una esperanza incesante, el presente les dice “solo yo soy real”, entonces un espejo diluye el tiempo en dos vectores, en un desplazamiento oblicuo hacia el fin y el principio también, asemeja un juego de rayos que reflejan y rebotan, cercando el mantel de la duda y el tiempo. A veces es mejor no mirar atrás, fue la conclusión, a veces es mejor perdonar, y creer sin ver, pues la vista da forma e imagen a las dudas de siempre. Una voz no deja de oírse, un encuentro infinito, una espera por siempre, pues aunque el cuerpo se debilite, el espíritu así se fortalece, y no mira a atrás, ni busca reflejos de manteles cercados, pues en el parecer no se encuentra la esencia, en la forma no encuentra lo divino. El pasado pregunta cuantas veces más podrá dejar de ser el pasado, el pasado es tiempo presente y encuentro con fuerzas externas, así lo dijo la voz, así lo encontró acostado, cruzando la pierna y tentando a los ojos, se ve desnudo y llorando, se siente que quiere decir algo que no ha dicho, siente que el tiempo le pasaron los tiempos, añorando llegar, al dibujo perfecto que su alma escribió. Cansado agotado, no sigue contando, porque regreso a los días de ayer, y aunque el dia de hoy, a su nido a tocado no se arriesga a salir, teme a vivir, la esperanza llama una vez, una nada mas, las demás son las mismas, el que llama es el mismo, entonces se pregunta la razón de su suerte, no acepta y cuestiona, se diluye durmiendo, atrás tendrán que quedar las ataduras del tiempo. Por qué retener lo que solo quiere volar, por qué no dejar que se haga lo escrito, si es imposible soltarlo, si es de todos dejarlo, entonces por qué es tan difícil, entonces por qué se vuelve a lo mismo, hoy no se quiere lo que siempre se dice, para que algo nazca algo tiene que morir, hoy es hoy, y se está vivo, quizá mañana también. 

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