lunes, 29 de noviembre de 2010

Aparición del sapo.

En el precioso limbo de este viaje, en el horizonte morado de la tarde caida, bajo la lluvia intensa y el sonar de las chicharras, un sapo saltó y al frente mío se paro. “Que haces ahí?”, asombrado yo le pregunté, lo mire por un momento pero me fui hacia atrás, pensando que era venenoso, “a que vienes sapo”, le dije un poco mas calmado, no sabía si acercarme y sentarme a dialogar o coger la escoba y sacarlo de mi cuarto. Afuera mucho frio hacia, una noche extraña pues en la selva yo estaba. ‘Una razón traigo para ti de parte del curupira que te ha seguido hasta aquí, disculpa su ausencia, pero por fuerza mayor el no puede ser visto, por riesgo a que lo maten, pero aquí esta el mensaje escucha bien, abre tus orejas porque se dice una vez y no mas que una vez’, entonces sin saber ni entender, como ese sapo ha usado el hablado, entre en shock y perdí la razón, sentí de pronto que el aire me faltaba y no podía respirar, sin embargo , de reojo volví a ver la mirada del sapo, quien en saltos coquetos abrió su papel: ‘si lo viste mientras lo creíste y lo perdiste mientras dudaste, entonces que es lo que hay que hacer? Si te conto ese viejo abuelo que las yerbas daban ciencia pero no la vida eterna, entonces que tener? Si los señores te contaron y describieron al curupira y tu lo viste, esa mañana en el baño cuando niño eras tras la hendija de la claraboya mientras te bañabas, entonces porque no creer lo que ves? Porque no crees?’, y el sapo desapareció en ese instante, y yo ni el aire ni la calma había recobrado, su mensaje que aquí escribo es todo lo que alcanzo a recordar, pero mas alla que esta historia, estas palabras, algo en la cabeza me dejo este cuento, que si vi un sapo hablar, para que perder el aire y no creer? Es que acaso no me hablo fue a mi?

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