lunes, 29 de noviembre de 2010

Violencia ahistórica.

La bella mañana de ayer fue tan bella como todas en el Amazonas, los pájaros cantaron, los niños iban al colegio, la gente salia a las chagras y algunos fuimos a por un tintico a Sagitario, centro de información de Tarapacá. Llegando al lugar me encontré con Don Claudio, antiguo colono y maderero de la región, apenas me vió me invito a sentarme a que lo acompañara con un tinto. Y bueno, hay fue a donde escuche la chiva del día, al parecer en un bombardeo por los lados de la serranía de la Macarena, el jefe del secretariado de las FARC Monojojoy habia sido abatido en un bombardeo al campamento. Y como suele suceder llegaron los comentarios de quienes se sentaban a la mesa a hablar del tema. Evidentemente todos somos diferentes, y tenemos formas de pensar diferentes, por lo tanto nadie puede opinar lo mismo acerca de un personaje que todos en este país sabían quien era, por lo menos por los noticieros. Pero no quiero hablar ni de las opiniones ni de este personaje, sino de algo muy triste que percibí en este pequeño pueblo que muy posiblemente se sintió en todo el país: como gente celebra y se alegra por la muerte de alguien, quien en este caso, según la generalizada opinión del pueblo colombiano, era un bandido que merecía algo peor que la muerte. Justo la noche anterior me había repetido la película de “Condores o entierran todos los días”, y bueno como las coincidencias no existen se me presentaron mas pistas para seguir encontrándole una explicación a eso que llaman violencia, y es que si algo estoy seguro es que lo que hizo posible a un pájaro godo como Jose María Leon, a quien le achacaron miles de muertos mientras el gobierno lo condecoraba y a un personaje como el Monojojoy a quien se le achacan otros miles, son las mismas causas: el odio, que genera violencia. En esa película se veía claramente como un liberal odiaba a un godo solo por eso, y viceversa, y bueno la violencia que se muestra en la película es exactamente la misma que percibi esa mañana tras la noticia de la muerte del guerrillero: como la gente puede sentir odio, un odio que se disfraza de manera diferente, pero en el fondo es el mismo. El mismo odio que llevo al presidente Uribe a vengar sus propios demonios y a convertirse en otro hombre que mata, el mismo odio que un ciudadano común puede sentir cuando dice “que buena noticia mataron al Monojojoy”. Y es triste, porque ante los ojos de Dios es tan malo el que mata como el que se regocija por la muerte de otro, y ese sentimiento de odio además lo exaltan los titulares del noticiero, cuando abren su titular con una emoción como cuando Colombia le gano 5 a 0 a Argentina, triunfo que por cierto costo muchas víctimas en el país, coincidencia? Que es lo que odiamos? Como podremos empezar a transformar ese rencor, esa vergüenza, ese odio en vida, amor, fraternidad, libertad? Esa misma tarde cansado de los comentarios que escuchaba a mi alrededor fui a caminar hacia la maloca que queda a una hora del pueblo, pase por un pozo, me quite la ropa y me bañe, tranquilice mi cabeza y observe el agua, los arboles los pájaros, sali del pozo y segui caminando, encontré un señor indígena con otras dos quienes tejían hoja para techar una casa a donde en unas semanas se planeaba celebrar una fiesta, camine un poco mas y encontré una pareja de ancianos pasando el día en su chagra haciendo unos trabajos, ninguno de ellos hablo del tema, no era importante, no estaba dentro de su cotidianidad, no sentían, como yo si sentía, ese agobio que produce cuando se cuelan en la mente palabras de presentadores de titulares sensacionalistas que celebran la muerte de un ser humano. Definitivamente desconectarse de los noticieros, de las noticias, comentarios es mas placido y llevadero para el alma, mas fácil se puede no ser parte del odio cuando se alejan los oídos de quienes odian, mas fácil es integrarse a la energía cósmica del amor, que si que existe aquí en la tierra.

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