martes, 23 de junio de 2015

Cada cosa llegando.

Siendo esto un diario de propios inventos, resultase que no se puede mezquinar palabra para escribir sobre un tema que me trae a colación de invento, y pues recuérdese que todo es obra del mismísimo cómico creador, y que siendo no mas que un regalo y asa mismo es tomado, pasearse por las bellas Cartagena y aventurarse en los terrenos mozzarellisticos que pueda ofrecer la costa Caribe, y darnos cuenta de que es muy cierto la enseñanza de Vanessa de que todo esta dado y no hay que ponerle antes y despueses a nada.
Las aventuras que se aprestan prometen divertir y hacer palpitar los corazones de quienes apreciaran una obra bella, cómica, inocente y graciosa, un querer sin querer queriendo, o un regañito sabroso de nuestro apreciado Roland Jeangros. No hay nada que esperar, ya es el momento de levantar filas y quitarse el miedo, a ir por la de oro que es la única posible. Que se brote la creatividad, la magia y la abundancia en el camino que queriéndolo Dios sea puesto para nosotros recorrerlo, siempre perdonando y aprendiendo con humildad, escuchándonos, cuidándonos los unos a los otros. 
Con las armas afiladas de la teatralidad musical, de la capacidad para hacer gestión y aplicar a oportunidades grandes, de recorrer el camino y decidirse hacerlo, sacándole el tiempo, integrándose a nuestros quehaceres. Conjuro el conjuro porque debo ser mas consciente, de aceptar que todo está dado y no hay que temer, que nada tiene un antes y un después sino solo es. Vivir con agrado, virtud y maestría, en el quehacer que se hiciese, sea serioso o mucho lo jactancioso, pero lo importante es que suceda y no permitir que la idealidad sea desencajada de la realidad, sino aceptada tal como es.
Ya se prometen los rejuvenecidos éxitos de los mozzarella en los escenarios coloniales, las murallas y complejos turísticos de la heroica, y otras ciudades de la gran Caribba.

Y sin mas el tono elocuente que caracteriza estos elocuentísimos discursos, válgame sentir y dejar recorrer los dedos libremente, para que dibujen el sueño, cada cosa llegando. 

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