martes, 23 de junio de 2015

Como un yo – yo.

Y llegas cosquilleo, no te quiero desaprovechar, no te quiero repudiar ni mucho menos mal gastar, cual será tu fuente, por donde quieres hacerme ver, de que se trata la misión cuando la cosa llega y llega así, ya se que en el modo jasopa se derrama toda la sopa, ya sé que en la contienda hay mucho mas levante, ya sé que en el ofrecimiento a tu parte está la mejor parte, lo sublime es la que de abajo sube, recorre el tubo y llega al cielo. Y empieza a sentirse en el cuerpo, mientras la mente piensa y se acalla tipeando letras, diciendo esto, siendo lastre, de quien busca lo más creativo en un momento de cosquilleo. Agujitas en malkuth, tambien llamado Adonai DiAhretz, te veo y observo, te paso a Yesod o mejor Shadai el Chai, para luego darte un paseo por Jehova Eloach di daath y subirte hasta los inmanifestados, a quien nadie ha visto ni ha vuelto para contarlo, me refiero a Jahve Elohim, y también a Eheie, los personajes del astral, del arquetípico, eterno e invisible, y así empieza como un yo-yo, de arriba abajo, de abajo arriba, y conjuro en la tierra, como es en el cielo. Entonces en el centro, veo flores y un jardín, un bebe, a Paulis y a mi persona, una casa y más personas, se abren sus puertas, de la derecha severidad, en la izquierda misericordia, en lo femenino el arte, en lo masculino la razón, así mismo y al revés, suplantados y trasplantados, se llena de árboles la visión, arboles de vida, arboles con hojas. Y así mismo la manejo, para darle razón y sentido al cosquilleo que llega y me visita, prometiéndome enseñar lo que yo mismo le permito.

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