martes, 23 de junio de 2015

Un rayo flamigero pasa por Tarapacá.

Dícese que la imaginación y el sueño anteceden a la realidad, que cuando nos aventuramos sin miedo a eso de la imaginería muchas cosas bonitas se deben proyectar. Pero debe haber un límite entre lo que se sueña con voluntad o lo que simplemente se desea sin justificación, o más bien recordando las palabras de Pabel, se trata de saber porque se hace y cree cada cosa que se media desde el momento de la creación hasta la realización. Y esto debe ser asi, porque el solo hecho de crear no nos dice nada sobre que crear, el libre albedrio escoge de que tipo de inspiraciones se vale para llamar a la visión y dibujarla en el lienzo de la vida de cada quien. Un día como hoy, cuando las actividades no se ven muy claras, y las acciones limitadas ante lo que es un proyecto de ensoñaciones entonces me sumerjo en los tipeos que delinean y escudriñan, a que espíritu evocar, siendo Dios el protector, para que venga y comunique cual es el paso que se ha de dar. Quizá pueda salir a la calle, a realizar un trabajo con una encuesta y un papel, hablar con la gente de esto y de lo otro, sin parar a pensar, sin detenernos a escudriñar, pero hoy se ha elegido este camino, el que comienza con un rayo azul desde kether y termina en malkuth, para enraizar el propósito y entregarlo a la voluntad del Creador. En un lugar llamado Tarapacá un remolino de luces trae la tormenta y la inundación, pero antes de ser luz primero es la oscuridad, el Abyss. La fecundación de los arquetipos penetra cada agujero negro de oscuridad, con tanta fuerza que este no aguanta y estalla en un millar de luces, esto esta sucediendo en Tarapaca, donde las personas que lo habitan toman de este rayo y lo forman en su interior, absorbiendo el arco iris, el pliego de luces y toda su imaginación, un pensamiento les llega y tiene que ver con los productos de su chagra, con las artesanías, con su ingenio, con su creación. Ya el rayo esta esparcido y viaja locamente por las huestes de Chokmah, aprende la misericordia, pero aún debe saber de severidad, entonces pasa por Binah, llega el primer llamado a la integridad, a la formación, asumiendo que su ingenio es valioso y vale la pena cristalizarlo en un lugar que se ha de llamar Mercado Indígena de Tarapacá. Ya con la idea en esta fase, pasamos derechito donde Gevulah, la diplomacia actúa, que se quiere y como se quiere, al tener todos estas cosas, hay que defenderse de quienes nos quieran destruir, por eso vamos a Geburah. Luego lo más importante, ya que se tiene el consentimiento y la defensa puesta, la proyección, dejar que desde el Sol se haga Oro, y se sepa porque somos alquimistas y usamos la sal. En typhareth, es el centro de Ruach, la plasticidad de la visión, la ruta que empieza a encontrar la concreción. El mercado indígena ya esta soñado, charlado y concertado, pero aun no segura su manifestación sino se trabaja la victoria y la gloria, por eso paso por la casa de Netzach, y luego de Hod, para que nos enseñen para qué sirve el conocimiento, la sabiduría y el resplandor. Listos a poner la primera tabla, se erigen las malokas, se levantan los estantes, se tiene un bello y armonizado lugar, para que todos puedan venir y recordar, que tenemos una raíz, seamos quienes seamos, venimos de las estrellas, de Adam y de Eva. El encuentro final lo hacen las personas que se animan a ocupar y vender en aquel lugar, su comida, sus productos, su pescado, su carne, su fariña, artesanías y otras cosas en Malkuth, y aun siendo alquimistas, recordamos el agua, la tierra, el fuego y el aire, para que del soplo divino se haga vida y este proyecto de la Feria , el mercado indígena, salga derechito, al marco y gol. 

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